¡Ay, Dios mío! Se armó un brenar considerable, raza. Parece que el congresista norteño, Mario Díaz-Balart, le echó arena a la olla con sus comentarios sobre el tema de la inmunidad del Presidete Chaves. De entrada, la cosa empezó a sonar como un chunche gordo, así que los expresidentes no tardaron en salir a defender nuestro querido TSE y darle un buen apretón de manos a nuestra democracia. ¡Qué carga!
La movida salió a relucir luego de que Díaz-Balart, por allá en su cuenta de X (antes Twitter, pa' los mocosos), manifestó su inquietud porque quitarle la inmunidad al Presidente a unas pocas semanas de las elecciones pudiera poner en peligro la legitimidad de todo el proceso electoral. Dijo que era un mecanismo ambicioso, vamos, sacándose la espina clavada. Obviamente, eso causó un revuelo bastante feo por acá, y varios empezaron a levantar cejas preguntándose qué onda con tanta injerencia.
Y entonces, ¡bam!, apareció la declaración conjunta de los ocho expresidentes: Oscar Arias, Rafael Ángel Calderón, José María Figueres, Miguel Ángel Rodríguez, Abel Pacheco, Laura Chinchilla, Luis Guillermo Solís y Carlos Alvarado. Todos juntos, firmando una carta abierta donde dicen que esas preocupaciones desde afuera “no son las correctas”. Pues ahí lo tienen, mandándole flores al TSE. Les preocupa cómo les ha ido al TSE y al gobierno, pero creen que las criticas son infundadas y van directamente a afectar la imagen del país.
Lo que resaltan es que nuestra Constitución es clarísima: los funcionarios del gobierno, incluyendo el Presidente y los ministros, solo pueden votar, pero nada más. No pueden meter la mano en las campañas ni en ningún otro asunto electoral. Dicen que estas reglas llevan como 98 años en pie, ¡casi un siglo! Así que, según ellos, Díaz-Balart y compañía deberían estudiar bien la vara antes de lanzarle piedras a la democracia costarricense. Un brete tener que explicar cosas tan elementales, diay.
Además, subrayan que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) tiene el mismo rango e importancia que los otros poderes del Estado – Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial – y que es él solito quien tiene la potestad de interpretar las leyes electorales. Ninguno puede venir de afuera a decirnos cómo tenemos que hacer las cosas, vamos. Y respecto al pedido de levantamiento de inmunidad al Presidente Chaves, aseguran que todo se está manejando dentro de lo legal, con todas las salvaguardias necesarias para evitar cualquier tipo de politiquería. Esa es la jugada.
Como ustedes saben, Costa Rica siempre se ha jactado de ser la democracia más antigua de América Latina, una que nunca ha roto con sus principios democráticos. Desde 1962, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha elogiado nuestros procesos electorales, y esto no va a cambiar ahora por unos cuantos comentarios tendenciosos. Pero bueno, como dice el dicho, “el río que fluye, encuentra piedra”. Algunos actores políticos, buscando desesperadamente sacar ventaja en plena campaña, podrían estar intentando influir en la opinión pública internacional, ¡qué torta!
La verdad, la movida es complicada, pero los expresidentes han dado una señal clara: nos debemos mantener unidos y defendiendo nuestras instituciones. Es importante recordar que la democracia no es perfecta, pero sí es valiosa, y hay que cuidarla como el huevo de serpiente. Porque al final del día, somos nosotros los ciudadanos quienes construimos y mantenemos viva nuestra república. Esto me recuerda aquel caso del ’87, pero eso es otra historia…
Ahora, cuéntenme, amigos: ¿creen que las críticas internacionales son justificadas, o se trata simplemente de injerencia extranjera en nuestra política interna? ¿Deberíamos ignorarlas y confiar en las instituciones costarricenses, o es momento de abrir un debate más profundo sobre nuestro sistema electoral?
La movida salió a relucir luego de que Díaz-Balart, por allá en su cuenta de X (antes Twitter, pa' los mocosos), manifestó su inquietud porque quitarle la inmunidad al Presidente a unas pocas semanas de las elecciones pudiera poner en peligro la legitimidad de todo el proceso electoral. Dijo que era un mecanismo ambicioso, vamos, sacándose la espina clavada. Obviamente, eso causó un revuelo bastante feo por acá, y varios empezaron a levantar cejas preguntándose qué onda con tanta injerencia.
Y entonces, ¡bam!, apareció la declaración conjunta de los ocho expresidentes: Oscar Arias, Rafael Ángel Calderón, José María Figueres, Miguel Ángel Rodríguez, Abel Pacheco, Laura Chinchilla, Luis Guillermo Solís y Carlos Alvarado. Todos juntos, firmando una carta abierta donde dicen que esas preocupaciones desde afuera “no son las correctas”. Pues ahí lo tienen, mandándole flores al TSE. Les preocupa cómo les ha ido al TSE y al gobierno, pero creen que las criticas son infundadas y van directamente a afectar la imagen del país.
Lo que resaltan es que nuestra Constitución es clarísima: los funcionarios del gobierno, incluyendo el Presidente y los ministros, solo pueden votar, pero nada más. No pueden meter la mano en las campañas ni en ningún otro asunto electoral. Dicen que estas reglas llevan como 98 años en pie, ¡casi un siglo! Así que, según ellos, Díaz-Balart y compañía deberían estudiar bien la vara antes de lanzarle piedras a la democracia costarricense. Un brete tener que explicar cosas tan elementales, diay.
Además, subrayan que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) tiene el mismo rango e importancia que los otros poderes del Estado – Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial – y que es él solito quien tiene la potestad de interpretar las leyes electorales. Ninguno puede venir de afuera a decirnos cómo tenemos que hacer las cosas, vamos. Y respecto al pedido de levantamiento de inmunidad al Presidente Chaves, aseguran que todo se está manejando dentro de lo legal, con todas las salvaguardias necesarias para evitar cualquier tipo de politiquería. Esa es la jugada.
Como ustedes saben, Costa Rica siempre se ha jactado de ser la democracia más antigua de América Latina, una que nunca ha roto con sus principios democráticos. Desde 1962, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha elogiado nuestros procesos electorales, y esto no va a cambiar ahora por unos cuantos comentarios tendenciosos. Pero bueno, como dice el dicho, “el río que fluye, encuentra piedra”. Algunos actores políticos, buscando desesperadamente sacar ventaja en plena campaña, podrían estar intentando influir en la opinión pública internacional, ¡qué torta!
La verdad, la movida es complicada, pero los expresidentes han dado una señal clara: nos debemos mantener unidos y defendiendo nuestras instituciones. Es importante recordar que la democracia no es perfecta, pero sí es valiosa, y hay que cuidarla como el huevo de serpiente. Porque al final del día, somos nosotros los ciudadanos quienes construimos y mantenemos viva nuestra república. Esto me recuerda aquel caso del ’87, pero eso es otra historia…
Ahora, cuéntenme, amigos: ¿creen que las críticas internacionales son justificadas, o se trata simplemente de injerencia extranjera en nuestra política interna? ¿Deberíamos ignorarlas y confiar en las instituciones costarricenses, o es momento de abrir un debate más profundo sobre nuestro sistema electoral?
