¡Ay, Dios mío! Ya estamos en campaña electoral y los candidatos sacando propuestas a diestra y siniestra. Ésta vez, nos llega Elícer Feinzaig con un plan para “liberar la movilidad” en Costa Rica. Suena lindo, ¿verdad? Pero vamos a ver qué tan realista es todo esto, porque sabemos cómo andamos con los proyectos ambiciosos… Siempre hay un brete escondido.
Según el PLP, la idea es atacar frontalmente esos atascos que nos hacen perder horas de vida valiosa. No es broma, mae; si te vas temprano a trabajar y aún así llegas tarde, sabes de lo que hablo. La propuesta incluye intervenciones rápidas en puntos críticos como la General Cañas – ¡qué torta ir por ahí en hora pico! –, la rotonda Juan Pablo II, y otras rutas que nos dan dolor de cabeza. Se habla de un corredor rápido tipo mono riel, BRT o incluso un tren elevado entre San José, Heredia y Alajuela. Suena ambicioso, muy ambicioso, diría yo.
Ahora, la neta, lo interesante es que Feinzaig quiere meterle mano a varios temas que llevan años siendo un problema. Un solo billete para toda la GAM, horarios coordinados, aplicación para consultar tiempos reales… ¡qué carga sería no tener que andar regateando con los señores del autobús! Además, proponen pago electrónico universal, paradas seguras e iluminadas, y estaciones intermodales. En teoría, suena a Disneylandia del transporte público. El detalle es si eso se logra en la práctica.
Y no solo eso, pues, Feinzaig va duro. Quiere retirar los carros parchados de la calle, poner drones policías para agilizar los reportes de accidentes y tener grúas disponibles en los puntos conflictivos. Imagínate, sin trabazos ni esperas eternas para mover un carro varado. También propone crear un Centro Nacional de Control de Tráfico Inteligente con semáforos sincronizados y datos en tiempo real. ¡Uy!, si funciona, podríamos estar hablando de un cambio radical.
Otro punto clave es el incentivo al teletrabajo y a las rutas empresariales desde las zonas francas. Ahí sí, mae, darle. Menos carros en la carretera significaría menos estrés para todos y tal vez hasta podríamos respirar aire limpio por primera vez en años. Pero me pregunto, ¿realmente van a apoyar esto las empresas o seguirá siendo una promesa vacía?
Lo que preocupa es la definición del nuevo modelo de transporte. Feinzaig dice que convocará a autobuseros, municipalidades, empresarios y al sector productivo. Y ahí está el quid de la cuestión: ¿Lograrán ponerse de acuerdo? Porque si empieza la pelea de jurisdicciones y egos, el proyecto se irá al traste, como tantos otros en Costa Rica. Ya hemos visto suficientes obras inconclusas para saber que la coordinación es fundamental.
En fin, la propuesta de Feinzaig tiene potencial, sin duda alguna. Pero requiere mucha voluntad política, inversión seria y, sobre todo, colaboración entre todos los actores involucrados. No es una vara fácil de llevar, pero si se hace bien, podría transformar la movilidad en nuestro país. Veremos si realmente tienen los huevos para implementarla o si será otra promesa que se queda en el papel.
¿Ustedes qué opinan? ¿Creen que la propuesta de Feinzaig es factible o es simplemente una cortina de humo para ganar votos? ¿Cuál es el mayor desafío que enfrenta Costa Rica en materia de transporte público y qué soluciones les gustaría ver implementadas?
Según el PLP, la idea es atacar frontalmente esos atascos que nos hacen perder horas de vida valiosa. No es broma, mae; si te vas temprano a trabajar y aún así llegas tarde, sabes de lo que hablo. La propuesta incluye intervenciones rápidas en puntos críticos como la General Cañas – ¡qué torta ir por ahí en hora pico! –, la rotonda Juan Pablo II, y otras rutas que nos dan dolor de cabeza. Se habla de un corredor rápido tipo mono riel, BRT o incluso un tren elevado entre San José, Heredia y Alajuela. Suena ambicioso, muy ambicioso, diría yo.
Ahora, la neta, lo interesante es que Feinzaig quiere meterle mano a varios temas que llevan años siendo un problema. Un solo billete para toda la GAM, horarios coordinados, aplicación para consultar tiempos reales… ¡qué carga sería no tener que andar regateando con los señores del autobús! Además, proponen pago electrónico universal, paradas seguras e iluminadas, y estaciones intermodales. En teoría, suena a Disneylandia del transporte público. El detalle es si eso se logra en la práctica.
Y no solo eso, pues, Feinzaig va duro. Quiere retirar los carros parchados de la calle, poner drones policías para agilizar los reportes de accidentes y tener grúas disponibles en los puntos conflictivos. Imagínate, sin trabazos ni esperas eternas para mover un carro varado. También propone crear un Centro Nacional de Control de Tráfico Inteligente con semáforos sincronizados y datos en tiempo real. ¡Uy!, si funciona, podríamos estar hablando de un cambio radical.
Otro punto clave es el incentivo al teletrabajo y a las rutas empresariales desde las zonas francas. Ahí sí, mae, darle. Menos carros en la carretera significaría menos estrés para todos y tal vez hasta podríamos respirar aire limpio por primera vez en años. Pero me pregunto, ¿realmente van a apoyar esto las empresas o seguirá siendo una promesa vacía?
Lo que preocupa es la definición del nuevo modelo de transporte. Feinzaig dice que convocará a autobuseros, municipalidades, empresarios y al sector productivo. Y ahí está el quid de la cuestión: ¿Lograrán ponerse de acuerdo? Porque si empieza la pelea de jurisdicciones y egos, el proyecto se irá al traste, como tantos otros en Costa Rica. Ya hemos visto suficientes obras inconclusas para saber que la coordinación es fundamental.
En fin, la propuesta de Feinzaig tiene potencial, sin duda alguna. Pero requiere mucha voluntad política, inversión seria y, sobre todo, colaboración entre todos los actores involucrados. No es una vara fácil de llevar, pero si se hace bien, podría transformar la movilidad en nuestro país. Veremos si realmente tienen los huevos para implementarla o si será otra promesa que se queda en el papel.
¿Ustedes qué opinan? ¿Creen que la propuesta de Feinzaig es factible o es simplemente una cortina de humo para ganar votos? ¿Cuál es el mayor desafío que enfrenta Costa Rica en materia de transporte público y qué soluciones les gustaría ver implementadas?
