¡Ay, papá! Se armó un cimbronazo en la Escuela Rafael Yglesias Castro de Limón. La comunidad entera está sacudida porque Jonder Ortega Agostos, un chamaco de apenas 12 años, dejó este mundo. La bronca es que su propia madre salió a decir en redes sociales que el nene se quitó la vida luego de no pasar las Pruebas Nacionales. ¡Imagínate el dolor de la familia!
Según contó la mamá en su publicación, Jonder estaba súper angustiado porque necesitaba aprobar para poder seguir adelante con sus estudios. Reprobó por solo dos puntitos, ¡dos puntitos! Y eso, aparentemente, fue demasiado para él. Un golpe muy duro para todos, y nos hace pensar qué tan preparados estamos para manejar las presiones que le ponemos a estos niños.
La escuela, obviamente, emitió un comunicado lamentando profundamente la partida del pequeño. Lo describen como un niño ejemplar, lleno de virtudes y valores. Dicen que era bien educado, siempre dispuesto a ayudar y con un corazón enorme. Los profes y los compañeros de sexto también están super consternados. ¡Qué manera de empezar el fin de semana, wey!
El Ministerio de Educación Pública (MEP), como era de esperarse, salió con su comunicado oficial, expresando su pesar por lo sucedido, pero aclarando que no pueden sacar conclusiones sobre las causas del fallecimiento. Eso queda, dicen ellos, a criterio del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). ¡Parece que prefieren lavarse las manos, mándale!, mientras la familia está sufriendo.
Lo que sí confirmaron desde la escuela es que van a brindar apoyo psicológico a los docentes y alumnos, sobre todo a los compañeros de clase de Jonder. Es importante que estos chicos tengan un espacio seguro para expresar sus sentimientos y procesar este duelo tan inesperado. Necesitan que les demos una mano, esos jóvenes van a necesitar mucho cariño ahora mismo.
Y hablando de esto, me pregunto si realmente estamos conscientes del impacto que estas pruebas estandarizadas tienen en la salud mental de nuestros hijos. A veces, parece que la presión por obtener buenos resultados es más importante que su bienestar emocional. Tenemos que replantearnos este modelo educativo, ¡chúpate esa! ¿No será que estamos formando robots en lugar de personas?
Este caso nos lleva a reflexionar sobre la importancia de fomentar un ambiente escolar positivo, donde los niños se sientan valorados y apoyados independientemente de sus calificaciones. Hay que enseñarles que equivocarse es parte del aprendizaje y que hay muchas formas de tener éxito en la vida. Porque la vida, mis panas, no es solamente aprobar unas pruebas.
Ahora, dime tú: ¿Crees que el sistema educativo costarricense está priorizando las pruebas sobre el bienestar emocional de los estudiantes? ¿Qué medidas podríamos tomar para cambiar esta realidad y asegurarnos de que ningún otro niño pase por esta terrible experiencia? Déjanos tus comentarios abajo, ¡queremos saber tu opinión!
Según contó la mamá en su publicación, Jonder estaba súper angustiado porque necesitaba aprobar para poder seguir adelante con sus estudios. Reprobó por solo dos puntitos, ¡dos puntitos! Y eso, aparentemente, fue demasiado para él. Un golpe muy duro para todos, y nos hace pensar qué tan preparados estamos para manejar las presiones que le ponemos a estos niños.
La escuela, obviamente, emitió un comunicado lamentando profundamente la partida del pequeño. Lo describen como un niño ejemplar, lleno de virtudes y valores. Dicen que era bien educado, siempre dispuesto a ayudar y con un corazón enorme. Los profes y los compañeros de sexto también están super consternados. ¡Qué manera de empezar el fin de semana, wey!
El Ministerio de Educación Pública (MEP), como era de esperarse, salió con su comunicado oficial, expresando su pesar por lo sucedido, pero aclarando que no pueden sacar conclusiones sobre las causas del fallecimiento. Eso queda, dicen ellos, a criterio del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). ¡Parece que prefieren lavarse las manos, mándale!, mientras la familia está sufriendo.
Lo que sí confirmaron desde la escuela es que van a brindar apoyo psicológico a los docentes y alumnos, sobre todo a los compañeros de clase de Jonder. Es importante que estos chicos tengan un espacio seguro para expresar sus sentimientos y procesar este duelo tan inesperado. Necesitan que les demos una mano, esos jóvenes van a necesitar mucho cariño ahora mismo.
Y hablando de esto, me pregunto si realmente estamos conscientes del impacto que estas pruebas estandarizadas tienen en la salud mental de nuestros hijos. A veces, parece que la presión por obtener buenos resultados es más importante que su bienestar emocional. Tenemos que replantearnos este modelo educativo, ¡chúpate esa! ¿No será que estamos formando robots en lugar de personas?
Este caso nos lleva a reflexionar sobre la importancia de fomentar un ambiente escolar positivo, donde los niños se sientan valorados y apoyados independientemente de sus calificaciones. Hay que enseñarles que equivocarse es parte del aprendizaje y que hay muchas formas de tener éxito en la vida. Porque la vida, mis panas, no es solamente aprobar unas pruebas.
Ahora, dime tú: ¿Crees que el sistema educativo costarricense está priorizando las pruebas sobre el bienestar emocional de los estudiantes? ¿Qué medidas podríamos tomar para cambiar esta realidad y asegurarnos de que ningún otro niño pase por esta terrible experiencia? Déjanos tus comentarios abajo, ¡queremos saber tu opinión!