¡Ay, Dios mío! El tema sigue dando qué hablar. Resulta que Robert Méndez Esquivel, el sacerdote tico que anda metido en esta bronca gringa de abuso sexual a menor, no logró convencer al juez para bajarle la fianza. Se mantiene en los 300 mil dólares, ¡una suma considerable para cualquier católico!
Como les cuento, la historia es bastante turbia. Desde agosto pasado, el buen hombre lleva recluido en Estados Unidos, acusado de contactar a un jovencito, parece ser entre 16 y 17 años, vía Grindr, una app de citas. Ahí empezó todo el relajo, según lo que han ido soltando los medios allá. El pobre señor, ahora deberá afrontar una audiencia preliminar mañana, martes, donde se definirán algunos pasos más del proceso judicial.
Ahora bien, la defensa había pedido a gritos que le bajaran la fianza, argumentando diversas cosas, pero el juez se mantuvo firme. Aunque pagara esos casi ¢150 millones, y diay, si tuviera pa' eso, tendría que dejarle el pasaporte y quedaría con prohibición de salir del Valle del Tesoro, Idaho. ¡Imagínate la vida ahí! Un cura confinado en una región rural, lejos de su feligresía... queda feo, ¿eh?
Muchos se preguntan si hay algo más detrás de todo este asunto. Algunos dicen que es una cacería política, otros creen que sí hubo delito y punto. Lo cierto es que la opinión pública está dividida, tanto acá en Costa Rica como en Estados Unidos. Aquí no nos va muy bien siendo conocidos por estas cosas, imagínense... Ya tenemos suficiente con nuestros problemas propios.
En Costa Rica, la Iglesia Católica ha guardado silencio relativamente, emitiendo comunicados generales pero evitando tomar postura clara sobre el caso. Hay quienes critican esa actitud, diciendo que deberían mostrar mayor preocupación por la víctima y por la imagen de la institución. Pero bueno, ya saben cómo son estos temas, siempre hay mucho intereses y resquemores alrededor.
Recordemos también que este caso llega en un momento delicado para la Iglesia, que ya arrastra escándalos similares en otros países. Por eso, la presión mediática es enorme y cualquier detalle puede tener consecuencias significativas. Uno piensa, ¿hasta dónde llegará esta vara?
Y no hablemos de la repercusión social. En redes sociales, la gente está opinando a diestra y siniestra. Algunos defienden al sacerdote, alegando que es inocente hasta probarse lo contrario; otros lo condenan sin apelación, basándose en rumores y especulaciones. ¡Qué desmadre que se arma a veces en internet! Una cosa es dar nuestra opinión, otra distinta es prejuzgar a alguien sin conocer todos los hechos.
Bueno, mira tú, una situación complicada con muchos matices. Este caso sigue abierto y seguramente dará para rato. Después de todo esto, ¿cree usted que la justicia actuará de forma imparcial, o prevalecerán otros factores como la presión mediática y el prejuicio? Compartamos nuestras ideas en el foro, ¡vamos a debatir!
Como les cuento, la historia es bastante turbia. Desde agosto pasado, el buen hombre lleva recluido en Estados Unidos, acusado de contactar a un jovencito, parece ser entre 16 y 17 años, vía Grindr, una app de citas. Ahí empezó todo el relajo, según lo que han ido soltando los medios allá. El pobre señor, ahora deberá afrontar una audiencia preliminar mañana, martes, donde se definirán algunos pasos más del proceso judicial.
Ahora bien, la defensa había pedido a gritos que le bajaran la fianza, argumentando diversas cosas, pero el juez se mantuvo firme. Aunque pagara esos casi ¢150 millones, y diay, si tuviera pa' eso, tendría que dejarle el pasaporte y quedaría con prohibición de salir del Valle del Tesoro, Idaho. ¡Imagínate la vida ahí! Un cura confinado en una región rural, lejos de su feligresía... queda feo, ¿eh?
Muchos se preguntan si hay algo más detrás de todo este asunto. Algunos dicen que es una cacería política, otros creen que sí hubo delito y punto. Lo cierto es que la opinión pública está dividida, tanto acá en Costa Rica como en Estados Unidos. Aquí no nos va muy bien siendo conocidos por estas cosas, imagínense... Ya tenemos suficiente con nuestros problemas propios.
En Costa Rica, la Iglesia Católica ha guardado silencio relativamente, emitiendo comunicados generales pero evitando tomar postura clara sobre el caso. Hay quienes critican esa actitud, diciendo que deberían mostrar mayor preocupación por la víctima y por la imagen de la institución. Pero bueno, ya saben cómo son estos temas, siempre hay mucho intereses y resquemores alrededor.
Recordemos también que este caso llega en un momento delicado para la Iglesia, que ya arrastra escándalos similares en otros países. Por eso, la presión mediática es enorme y cualquier detalle puede tener consecuencias significativas. Uno piensa, ¿hasta dónde llegará esta vara?
Y no hablemos de la repercusión social. En redes sociales, la gente está opinando a diestra y siniestra. Algunos defienden al sacerdote, alegando que es inocente hasta probarse lo contrario; otros lo condenan sin apelación, basándose en rumores y especulaciones. ¡Qué desmadre que se arma a veces en internet! Una cosa es dar nuestra opinión, otra distinta es prejuzgar a alguien sin conocer todos los hechos.
Bueno, mira tú, una situación complicada con muchos matices. Este caso sigue abierto y seguramente dará para rato. Después de todo esto, ¿cree usted que la justicia actuará de forma imparcial, o prevalecerán otros factores como la presión mediática y el prejuicio? Compartamos nuestras ideas en el foro, ¡vamos a debatir!