¡Ay, Dios mío! Esto del fuero presidencial se nos puso más complicado que encontrar parqueado el carro en Escazú un domingo. Resulta que el intento de los diputados de quitarle el fuero al presidente Chaves quedó varado este lunes, dejándolo en una especie de limbo legal que parece sacado de novela. Después de un largo debate y varias vueltas, la votación no alcanzó los números necesarios para destituirlo de su protección legal, dejando la investigación por presunta concusión pendiente, esperando pacientemente… aunque no tanto.
Para ponerlos al día rapidito, la cosa empezó hace unos meses cuando el fiscal general, Carlo Díaz, le pidió a la Corte Suprema de Justicia que mandara la solicitud de retiro del fuero a la Asamblea Legislativa. La Corte, luego de darle vueltas, dio luz verde con 15 votos a favor y 7 en contra, abriendo paso a una comision especial en el Congreso que analizó toda la maraña. Esa comisión, después de escuchar varios testimonios y hacer estudios, recomendaba calzar el asunto y aprobar el levantamiento, pero al final, como dice el dicho, ‘las intenciones para sembrar, no llenan la alforja’.
La votación, como les contaba, dejó un sabor amargo. Veintiún legisladores le dieron la espalda al presidente, mientras que treinta y cuatro votaron a favor del levantamiento. Pero, ¿adivinen qué? Se necesitaban 38 votos positivos para poder mandar al presidente a los tribunales. ¡Un despiche monumental! Esto significa que, por ahora, Chaves seguirá disfrutando de esa barrera legal que lo protege de enfrentar cargos penales directamente.
El jefe del Ministerio Público, Díaz, fue claro en sus declaraciones: “Mientras el Presidente ostente su cargo, no puede ser sometido a proceso penal sin dicha autorización”. Pero no se preocupen, insistió, que la investigación no se va a ir al traste. De hecho, dijo que la causa se quedará ahí, guardada, lista para reactivarse tan pronto como el presidente pierda esa inmunidad. Como si fuera un Chunche esperando a ser desempaquetado.
Y hablando de esperanzas, la aspirante Laura Fernández, del Partido Pueblo Soberano, ya está pensando en planes B para darle más vida al fuero de Chaves. Su idea es nombrarlo ministro de la Presidencia y coordinador de la continuidad. ¡Imagínense! Si logra meterlo en el Gabinete, le asegura otros cuatro años de protección. Claro, primero tiene que ganarse las elecciones en febrero o abril, dependiendo de cómo vayan las cosas. Ya ven, la política pura, una vara que nunca deja de sorprender.
Pero miren, vamos a ser claros: el fuero presidencial, como bien sabemos, es un privilegio que tienen los altos funcionarios del país, protegiéndolos de enfrentar juicios mientras estén en ejercicio de sus funciones. Es un tema controversial, ¿verdad?, porque muchos creen que nadie debería estar por encima de la ley, ni siquiera el presidente. Algunos lo ven como una herramienta necesaria para evitar persecuciones políticas, mientras que otros lo consideran un obstáculo para la justicia. Un brete, sin duda alguna.
Al momento de cerrar esta nota, el Gobierno todavía no ha emitido ningún comunicado oficial al respecto. Están observando la jugada, seguramente, midiendo las consecuencias y preparando su respuesta. Es comprensible, considerando la magnitud del asunto. Y mientras tanto, la incertidumbre sigue flotando en el aire, como un diay constante que nos hace preguntarnos qué pasará al rato. Las próximas semanas prometen ser interesantes, eso sí que se los digo. Lo que pasa es que en Costa Rica, las cosas casi siempre toman giros inesperados, y eso es precisamente lo que las hace tan... ticas.
Entonces, díganme, ¿creen que la estrategia de Laura Fernández funcionará? ¿Debería haber existido una excepción al fuero en casos de acusaciones graves como la que enfrenta el presidente? ¿O acaso este tipo de protecciones legales son necesarias para garantizar la estabilidad del gobierno?
Para ponerlos al día rapidito, la cosa empezó hace unos meses cuando el fiscal general, Carlo Díaz, le pidió a la Corte Suprema de Justicia que mandara la solicitud de retiro del fuero a la Asamblea Legislativa. La Corte, luego de darle vueltas, dio luz verde con 15 votos a favor y 7 en contra, abriendo paso a una comision especial en el Congreso que analizó toda la maraña. Esa comisión, después de escuchar varios testimonios y hacer estudios, recomendaba calzar el asunto y aprobar el levantamiento, pero al final, como dice el dicho, ‘las intenciones para sembrar, no llenan la alforja’.
La votación, como les contaba, dejó un sabor amargo. Veintiún legisladores le dieron la espalda al presidente, mientras que treinta y cuatro votaron a favor del levantamiento. Pero, ¿adivinen qué? Se necesitaban 38 votos positivos para poder mandar al presidente a los tribunales. ¡Un despiche monumental! Esto significa que, por ahora, Chaves seguirá disfrutando de esa barrera legal que lo protege de enfrentar cargos penales directamente.
El jefe del Ministerio Público, Díaz, fue claro en sus declaraciones: “Mientras el Presidente ostente su cargo, no puede ser sometido a proceso penal sin dicha autorización”. Pero no se preocupen, insistió, que la investigación no se va a ir al traste. De hecho, dijo que la causa se quedará ahí, guardada, lista para reactivarse tan pronto como el presidente pierda esa inmunidad. Como si fuera un Chunche esperando a ser desempaquetado.
Y hablando de esperanzas, la aspirante Laura Fernández, del Partido Pueblo Soberano, ya está pensando en planes B para darle más vida al fuero de Chaves. Su idea es nombrarlo ministro de la Presidencia y coordinador de la continuidad. ¡Imagínense! Si logra meterlo en el Gabinete, le asegura otros cuatro años de protección. Claro, primero tiene que ganarse las elecciones en febrero o abril, dependiendo de cómo vayan las cosas. Ya ven, la política pura, una vara que nunca deja de sorprender.
Pero miren, vamos a ser claros: el fuero presidencial, como bien sabemos, es un privilegio que tienen los altos funcionarios del país, protegiéndolos de enfrentar juicios mientras estén en ejercicio de sus funciones. Es un tema controversial, ¿verdad?, porque muchos creen que nadie debería estar por encima de la ley, ni siquiera el presidente. Algunos lo ven como una herramienta necesaria para evitar persecuciones políticas, mientras que otros lo consideran un obstáculo para la justicia. Un brete, sin duda alguna.
Al momento de cerrar esta nota, el Gobierno todavía no ha emitido ningún comunicado oficial al respecto. Están observando la jugada, seguramente, midiendo las consecuencias y preparando su respuesta. Es comprensible, considerando la magnitud del asunto. Y mientras tanto, la incertidumbre sigue flotando en el aire, como un diay constante que nos hace preguntarnos qué pasará al rato. Las próximas semanas prometen ser interesantes, eso sí que se los digo. Lo que pasa es que en Costa Rica, las cosas casi siempre toman giros inesperados, y eso es precisamente lo que las hace tan... ticas.
Entonces, díganme, ¿creen que la estrategia de Laura Fernández funcionará? ¿Debería haber existido una excepción al fuero en casos de acusaciones graves como la que enfrenta el presidente? ¿O acaso este tipo de protecciones legales son necesarias para garantizar la estabilidad del gobierno?