Me parece, Gollo77, que los dos planteos que has hecho son bastante clarificadores. Respecto a tus últimas palabras, me llamo la atención “Igual nunca se debe soportar la más mínima falta de respeto”. Creo que en muchas personas hay una hipersensibilidad respecto al umbral del respeto. Casi lo veo como un mal que aqueja nuestra cultura porque es muy difícil demarcar cuando es faltar al respeto.
En mi caso, mis parámetros de aceptación es excesivamente amplio en relación al estándar en que me desenvuelvo. Situaciones que para mí son totalmente inofensivas para otras personas pueden resultar altamente agraviantes. En el último tiempo he puesto interés a esto para entender que es lo que determina esta hipersensibilidad en las personas.
Simples palabras, frases, asociaciones o gestos producen una reacción negativa desproporcionada e inmediata en unas personas mientras que en otras no. Unas personas tomamos todo en juego, es decir prácticamente no existe la ofensa, mientras otros toman las cosas muy seriamente y suelen sobre reaccionar.
Mi trabajo me permite interactuar con unas 100 personas de modo recurrente y de estas unas 30 o menos conformamos un network interactivo muy dinámico. Lo que tenemos en común es que para nosotros no existe la ofensa o la agresión en las relaciones humanas. Pero en la medida que los parámetros de aceptación se van serrando, proporcionalmente estas personas van reduciendo la interacción con el medio hasta llegar al aislamiento casi total. En este extremo, la persona ve a los demás como enemigos potenciales de quienes siempre están alerta prestos a desenvainar la espada; y cada palabra, cada gesto o frase la analizan como una ofensa o provocación potencial.