¡Qué bronca la que estamos viviendo con esto de la droga, má! El OIJ le pegó duro a un grupo criminal que llevaba años operando en el Triángulo de Osa, metiendo hasta dónde quiera sustancia ilícita desde Colombia. Allanamientos a diestra y siniestra, operativos sorpresa... parece película, pero es la realidad que nos toca vivir.
Parece que este clan, bien organizado, tenía conexiones directas con carteles colombianos, moviendo droga por mar rumbo a nuestro país. Según la información que ha ido saliendo, usaban la geografía complicada del Triángulo de Osa – esos fiordos y esas playas escondidas – para pasar la droga prácticamente impune. Una verdadera pesadilla para nuestros guardacostas, si me preguntas.
La Fiscalía de Crimen Organizado, tanto en Alajuela como en la Zona Sur, ha estado siguiendo estos movimientos hace tiempo. Con toda la paciencia del mundo, juntando pruebas, rastreando las operaciones… ¡y al final les dieron justo! Han identificado varios envíos que fueron decomisados en los últimos años como parte de esta red, demostrando que llevan rato picando piedra.
Lo que más preocupa es que, al parecer, los movimientos del gobierno con el Servicio Nacional de Guardacostas han dejado una brecha enorme en la seguridad de la zona. Ahora resulta que hay poca vigilancia, y eso facilita el trabajo de estos delincuentes. ¿Será que alguien no estaba haciendo bien su trabajo? El caso amerita una investigación seria, porque esto no puede seguir pasando, ¿eh?
La operación del OIJ involucró unidades especiales como SERT, BOA y UEA, por lo que se nota que estaban preparados para cualquier eventualidad. Entre los allanamientos estuvieron algunos en Palmar Sur y Turrúcares, donde encontraron montones de evidencia que los incrimina. Parece que le habían puesto bastante empeño al brete.
Una vez que la mercancía llegaba a nuestras costas, la sacaban tierra adentro hacia San José aprovechando diferentes rutas. Tenían bien planeada la logística, pareciera que sabían exactamente cómo evadir a las autoridades. Lo más preocupante es que, según fuentes del OIJ, este grupo podía tener cómplices infiltrados en otras instituciones, facilitando sus operaciones. Imagínate la torta que eso implica.
Ahora mismo están buscando a uno de los cabecillas en Alajuela, mientras que otros ya están bajo custodia. Pero ojo, esto no significa que el problema esté resuelto. Hay que estar pendientes porque seguramente hay gente esperando para reemplazar a los capturados. El negocio de la droga es muy lucrativo, y siempre habrá quienes quieran meterse, diay.
Con este golpe al crimen organizado, surge la pregunta: ¿Estamos realmente protegiendo nuestras costas y fronteras de este flagelo? ¿Qué medidas concretas podemos tomar, como ciudadanos y como país, para evitar que estas organizaciones sigan utilizando nuestro territorio como puente para el narcotráfico internacional?
Parece que este clan, bien organizado, tenía conexiones directas con carteles colombianos, moviendo droga por mar rumbo a nuestro país. Según la información que ha ido saliendo, usaban la geografía complicada del Triángulo de Osa – esos fiordos y esas playas escondidas – para pasar la droga prácticamente impune. Una verdadera pesadilla para nuestros guardacostas, si me preguntas.
La Fiscalía de Crimen Organizado, tanto en Alajuela como en la Zona Sur, ha estado siguiendo estos movimientos hace tiempo. Con toda la paciencia del mundo, juntando pruebas, rastreando las operaciones… ¡y al final les dieron justo! Han identificado varios envíos que fueron decomisados en los últimos años como parte de esta red, demostrando que llevan rato picando piedra.
Lo que más preocupa es que, al parecer, los movimientos del gobierno con el Servicio Nacional de Guardacostas han dejado una brecha enorme en la seguridad de la zona. Ahora resulta que hay poca vigilancia, y eso facilita el trabajo de estos delincuentes. ¿Será que alguien no estaba haciendo bien su trabajo? El caso amerita una investigación seria, porque esto no puede seguir pasando, ¿eh?
La operación del OIJ involucró unidades especiales como SERT, BOA y UEA, por lo que se nota que estaban preparados para cualquier eventualidad. Entre los allanamientos estuvieron algunos en Palmar Sur y Turrúcares, donde encontraron montones de evidencia que los incrimina. Parece que le habían puesto bastante empeño al brete.
Una vez que la mercancía llegaba a nuestras costas, la sacaban tierra adentro hacia San José aprovechando diferentes rutas. Tenían bien planeada la logística, pareciera que sabían exactamente cómo evadir a las autoridades. Lo más preocupante es que, según fuentes del OIJ, este grupo podía tener cómplices infiltrados en otras instituciones, facilitando sus operaciones. Imagínate la torta que eso implica.
Ahora mismo están buscando a uno de los cabecillas en Alajuela, mientras que otros ya están bajo custodia. Pero ojo, esto no significa que el problema esté resuelto. Hay que estar pendientes porque seguramente hay gente esperando para reemplazar a los capturados. El negocio de la droga es muy lucrativo, y siempre habrá quienes quieran meterse, diay.
Con este golpe al crimen organizado, surge la pregunta: ¿Estamos realmente protegiendo nuestras costas y fronteras de este flagelo? ¿Qué medidas concretas podemos tomar, como ciudadanos y como país, para evitar que estas organizaciones sigan utilizando nuestro territorio como puente para el narcotráfico internacional?
