¡Ay, Dios mío! Aquí vamos de nuevo... Parece que la cosa se pone más caliente que gallina asada en julio. Estados Unidos, sin pena ni remordimiento, le sigue metiendo pólvora al Caribe con una nueva serie de ataques contra lanchas rápidas cerca de Venezuela. Tres muertos, dicen las malas lenguas, y la comunidad internacional ya está raspándose la cabeza pensando qué estará pasando realmente.
La jugada del Pentágono, comandada por Pete Hegseth –que anda publicando fotos en X pa' presumir–, es que estos botes eran “narcoterroristas”. Pero, ¿qué onda eso?, ¿de dónde sacaron esa conclusión tan rápido? No dieron muchos detalles, como siempre, dejando más preguntas que respuestas. El asunto huele raro, mae, muy raro. Parece que quieren disfrazar una pelea política de cruzada antidroga.
Este rollo viene en medio de una presión enorme que Estados Unidos le está haciendo a Nicolás Maduro. Lo quieren aislar, ponerlo en cintura, ofrecerle fajate para que se dobleguela. Hasta han puesto precio a su cabeza, ¡50 millones de dólares!, como si estuviera jugando a la ruleta rusa. Ahora mandan barquitos de guerra y avionetas sigilosas a surcar nuestras aguas, creando un ambiente tenso que nos preocupa a todos en la región.
Pero aquí está el meollo del asunto, diay. Algunos expertos, los más entendidos en leyes marinas, hablan de “ejecuciones extrajudiciales”. ¿Se imaginan eso? Atacar a gente sin darle oportunidad de defenderse, sin siquiera saber si realmente están involucrados en algo turbio. Eso, mis amigos, es una barbaridad y va en contra de todo principio básico de justicia.
Nosotros, los ticos, sabemos bien de lo que habamos: hemos visto guerras y conflictos de cerca. Que se armen broncas ajenas en nuestra puerta nunca es bueno. Este incremento en la tensión puede tener consecuencias impredecibles, desde crisis económicas hasta… peor. Recordemos la época de Reagan y el apoyo a los Contras en Nicaragua. Las cicatrices todavía están presentes, y nadie quiere repetir esa historia.
Lo que empezó como una simple operación contra el narcotráfico, ahora parece encaminado a convertirse en una demostración de fuerza, una especie de juego geopolítico donde nosotros somos peones involuntarios. Las potencias mundiales siempre andan buscando dónde meter sus narices, y el Caribe, con su ubicación estratégica, es un imán para ellas. ¡Qué lata!
Muchos analistas aseguran que Trump, con su retórica de “conflicto armado” contra los cárteles, está tratando de revivir viejas fantasmas. Considera a los traficantes como enemigos bélicos y justifica cualquier ataque. Esa filosofía es peligrosa porque borra la línea entre la seguridad nacional y la agresión. Estamos hablando de violaciones al derecho internacional, de poner en riesgo vidas inocentes, ¡de sembrar el pánico en toda la región!
Ante este panorama, es crucial que Costa Rica mantenga una posición firme en defensa de la paz y el respeto al derecho internacional. Tenemos que exigir transparencia y rendición de cuentas a todas las partes involucradas. ¡Esto no es un jueguito! Esto afecta directamente nuestra seguridad y nuestro futuro. ¿Creen que la comunidad internacional debería intervenir para mediar en esta escalada de tensión o deberíamos simplemente esperar a ver cómo se desarrolla la situación?
La jugada del Pentágono, comandada por Pete Hegseth –que anda publicando fotos en X pa' presumir–, es que estos botes eran “narcoterroristas”. Pero, ¿qué onda eso?, ¿de dónde sacaron esa conclusión tan rápido? No dieron muchos detalles, como siempre, dejando más preguntas que respuestas. El asunto huele raro, mae, muy raro. Parece que quieren disfrazar una pelea política de cruzada antidroga.
Este rollo viene en medio de una presión enorme que Estados Unidos le está haciendo a Nicolás Maduro. Lo quieren aislar, ponerlo en cintura, ofrecerle fajate para que se dobleguela. Hasta han puesto precio a su cabeza, ¡50 millones de dólares!, como si estuviera jugando a la ruleta rusa. Ahora mandan barquitos de guerra y avionetas sigilosas a surcar nuestras aguas, creando un ambiente tenso que nos preocupa a todos en la región.
Pero aquí está el meollo del asunto, diay. Algunos expertos, los más entendidos en leyes marinas, hablan de “ejecuciones extrajudiciales”. ¿Se imaginan eso? Atacar a gente sin darle oportunidad de defenderse, sin siquiera saber si realmente están involucrados en algo turbio. Eso, mis amigos, es una barbaridad y va en contra de todo principio básico de justicia.
Nosotros, los ticos, sabemos bien de lo que habamos: hemos visto guerras y conflictos de cerca. Que se armen broncas ajenas en nuestra puerta nunca es bueno. Este incremento en la tensión puede tener consecuencias impredecibles, desde crisis económicas hasta… peor. Recordemos la época de Reagan y el apoyo a los Contras en Nicaragua. Las cicatrices todavía están presentes, y nadie quiere repetir esa historia.
Lo que empezó como una simple operación contra el narcotráfico, ahora parece encaminado a convertirse en una demostración de fuerza, una especie de juego geopolítico donde nosotros somos peones involuntarios. Las potencias mundiales siempre andan buscando dónde meter sus narices, y el Caribe, con su ubicación estratégica, es un imán para ellas. ¡Qué lata!
Muchos analistas aseguran que Trump, con su retórica de “conflicto armado” contra los cárteles, está tratando de revivir viejas fantasmas. Considera a los traficantes como enemigos bélicos y justifica cualquier ataque. Esa filosofía es peligrosa porque borra la línea entre la seguridad nacional y la agresión. Estamos hablando de violaciones al derecho internacional, de poner en riesgo vidas inocentes, ¡de sembrar el pánico en toda la región!
Ante este panorama, es crucial que Costa Rica mantenga una posición firme en defensa de la paz y el respeto al derecho internacional. Tenemos que exigir transparencia y rendición de cuentas a todas las partes involucradas. ¡Esto no es un jueguito! Esto afecta directamente nuestra seguridad y nuestro futuro. ¿Creen que la comunidad internacional debería intervenir para mediar en esta escalada de tensión o deberíamos simplemente esperar a ver cómo se desarrolla la situación?