¡Aguante Heredia, pura vida! Parece mentira, pero la provincia donde nació la gallina pinta está arrasando en competitividad. No me van a andar mintiendo, los números hablan claro: un buen pedote de 5,1 puntos arriba respecto al año pasado. Esto, mis panas, es gracias a que estamos viendo un repunte general en Costa Rica, pero Heredia se ha llevado la paloma, demostrando que sí se puede sacudir el polvo y ponerse a trabajar como debe ser.
Según el Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC), el Índice de Competitividad Nacional (ICN) 2025 la coloca en un apabullante 68,3 puntos. Pa’ ponerlo en perspectiva, otras provincias como San José, Cartago y Limón también mejoraron un poquito, unos tres puntos, mientras que Alajuela sumó 2,2. Pero Heredia… Heredia se fue pa’ otro rollo, mi pana. Una diferencia considerable que nos hace preguntarnos qué onda están haciendo diferente allá arriba.
Si miramos los números fríos, tenemos a Cartago en 59,5, San José en 58,7, Alajuela en 57,4 y Limón en 52,6. Y luego están las que andan medio arrastrándose, como Puntarenas con 49,2 y Guanacaste, que encima va a la baja por segundo año consecutivo. ¡Qué sal! Esa provincia parece que anda con el acelerador pisao pa’ atrás, golpeada por problemas en salud y construcción. De verdad, da pena ver cómo se van quedando rezagados, porque así no vamos a llegar ni a ningún lado.
Lo que preocupa, y mucho, es que esta disparidad provincial es cada vez más marcada. Como dice el estudio, la competitividad costarricense “tiene rostro territorial”. Heredia, Cartago y San José se han convertido en verdaderos imanes para la inversión y el talento, mientras que Guanacaste y Puntarenas siguen acumulando desventajas. En Guanacaste, la tasa de mortalidad infantil ha dado un brinco alarmante, pasando de 7,4 a 12,1 por cada mil nacidos. ¡Un dato escalofriante que debería hacer pensar a todos!
Y aunque hay avances en el progreso digital en esas zonas, no logran contrarrestar estos retrocesos sociales. Es como si estuviéramos construyendo castillos de arena en la playa, mi pana. Te pones a construir y viene la ola y se lleva todo. Necesitamos soluciones reales y a largo plazo para evitar que la brecha social se siga ampliando. Hablar de tecnologías de información y comunicación (TIC) está bien, pero si la gente no tiene acceso a servicios básicos como atención médica, ¿de qué sirve?
El repunte que vemos este año, según el estudio, es más un ajuste estadístico que una verdadera transformación estructural. Pasamos de 54,5 en 2024 a 56,2 en 2025, pero todavía estamos lejos de tener un nivel de competitividad realmente sólido. Nos queda aún por encima de la cabeza, mi pana. El ICN es una herramienta útil para medir la capacidad de nuestras provincias para generar riqueza y bienestar, y nos muestra dónde debemos enfocar nuestros esfuerzos.
Ahora bien, ¿qué podemos aprender de Heredia? ¿Cómo han logrado posicionarse como líderes en competitividad? Tal vez tengan mejores incentivos fiscales, una mano de obra más capacitada, o simplemente una cultura empresarial más dinámica. Necesitamos analizar a fondo sus estrategias y replicarlas en otras provincias que estén batallando. Porque sinceramente, no podemos permitirnos que sigamos teniendo dos Costas Ricas: una próspera y otra rezagada. Eso no es justo, y además, frena nuestro crecimiento económico como nación.
Entonces, mi pana, te pregunto: ¿cree usted que el modelo de desarrollo de Heredia puede ser replicado en otras provincias de Costa Rica o las condiciones socioeconómicas son demasiado diferentes? ¿Deberíamos estar enfocándonos en políticas públicas específicas para apoyar a las regiones más vulnerables, o apostarle a que el efecto contagio de las áreas más competitivas termine beneficiando a todos eventualmente? ¡Déjeme sus comentarios y acompáñenos a debatir este tema crucial para el futuro de nuestro país!
Según el Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC), el Índice de Competitividad Nacional (ICN) 2025 la coloca en un apabullante 68,3 puntos. Pa’ ponerlo en perspectiva, otras provincias como San José, Cartago y Limón también mejoraron un poquito, unos tres puntos, mientras que Alajuela sumó 2,2. Pero Heredia… Heredia se fue pa’ otro rollo, mi pana. Una diferencia considerable que nos hace preguntarnos qué onda están haciendo diferente allá arriba.
Si miramos los números fríos, tenemos a Cartago en 59,5, San José en 58,7, Alajuela en 57,4 y Limón en 52,6. Y luego están las que andan medio arrastrándose, como Puntarenas con 49,2 y Guanacaste, que encima va a la baja por segundo año consecutivo. ¡Qué sal! Esa provincia parece que anda con el acelerador pisao pa’ atrás, golpeada por problemas en salud y construcción. De verdad, da pena ver cómo se van quedando rezagados, porque así no vamos a llegar ni a ningún lado.
Lo que preocupa, y mucho, es que esta disparidad provincial es cada vez más marcada. Como dice el estudio, la competitividad costarricense “tiene rostro territorial”. Heredia, Cartago y San José se han convertido en verdaderos imanes para la inversión y el talento, mientras que Guanacaste y Puntarenas siguen acumulando desventajas. En Guanacaste, la tasa de mortalidad infantil ha dado un brinco alarmante, pasando de 7,4 a 12,1 por cada mil nacidos. ¡Un dato escalofriante que debería hacer pensar a todos!
Y aunque hay avances en el progreso digital en esas zonas, no logran contrarrestar estos retrocesos sociales. Es como si estuviéramos construyendo castillos de arena en la playa, mi pana. Te pones a construir y viene la ola y se lleva todo. Necesitamos soluciones reales y a largo plazo para evitar que la brecha social se siga ampliando. Hablar de tecnologías de información y comunicación (TIC) está bien, pero si la gente no tiene acceso a servicios básicos como atención médica, ¿de qué sirve?
El repunte que vemos este año, según el estudio, es más un ajuste estadístico que una verdadera transformación estructural. Pasamos de 54,5 en 2024 a 56,2 en 2025, pero todavía estamos lejos de tener un nivel de competitividad realmente sólido. Nos queda aún por encima de la cabeza, mi pana. El ICN es una herramienta útil para medir la capacidad de nuestras provincias para generar riqueza y bienestar, y nos muestra dónde debemos enfocar nuestros esfuerzos.
Ahora bien, ¿qué podemos aprender de Heredia? ¿Cómo han logrado posicionarse como líderes en competitividad? Tal vez tengan mejores incentivos fiscales, una mano de obra más capacitada, o simplemente una cultura empresarial más dinámica. Necesitamos analizar a fondo sus estrategias y replicarlas en otras provincias que estén batallando. Porque sinceramente, no podemos permitirnos que sigamos teniendo dos Costas Ricas: una próspera y otra rezagada. Eso no es justo, y además, frena nuestro crecimiento económico como nación.
Entonces, mi pana, te pregunto: ¿cree usted que el modelo de desarrollo de Heredia puede ser replicado en otras provincias de Costa Rica o las condiciones socioeconómicas son demasiado diferentes? ¿Deberíamos estar enfocándonos en políticas públicas específicas para apoyar a las regiones más vulnerables, o apostarle a que el efecto contagio de las áreas más competitivas termine beneficiando a todos eventualmente? ¡Déjeme sus comentarios y acompáñenos a debatir este tema crucial para el futuro de nuestro país!
