¡Ay, Dios mío! Qué despiche el que amanecimos hoy en la UCR. El parqueo subterráneo, ¿se acuerdan, el que queda cerquita de Derecho?, quedó más empapado que un pan mojado. Las lluvias de ayer hicieron un desastre tremendo y ahora estamos tratando de averiguar qué pasó con los carros que estaban ahí dentro. Parece que el agua subió hasta donde nadie imaginaba.
Según nos contó Don Pedro Navarro, el director de Servicios Generales, todavía esta mañana no sabían con certeza cuántos vehículos fueron alcanzados por la inundación. Lo único seguro es que una motoneta quedó atrapada, pero él mismo dice que no pueden echarle una mirada al resto porque el agua está ‘hasta el tope’, incluso rebasando el segundo nivel. Uno se pone a pensar, imagínate tener tu carro ahí abajo... ¡qué vara!
Desde tempranas horas, cuadrillas de la UCR andaban remarcando como locos, tratando de sacar el barro y el agua acumulada. Se nota que se esforzaron, pero la cosa estaba bien fea. Parecía una escena de película, con el agua cubriendo casi todo. Algunos estudiantes llegaron a la UCR pensando que todo estaría normal, pero se encontraron con las puertas cerradas y la incertidumbre sobre cuándo podrían regresar a clases presenciales.
La Facultad de Derecho tuvo que suspender las clases presenciales hasta el lunes 20 de octubre. Dicen que quizás podrían extenderlo aún más, dependiendo de cómo avance la limpieza y si encuentran problemas mayores con los vehículos. Mientras tanto, van manejando todo virtualmente. Un brete para los profes y los estudiantes, pero bueno, toca adaptarse, ¿no?
Y hablando de adaptarse, esto me recuerda a aquel año que se inundó Barrio Amón… ¡vaya susto! Pero bueno, eso fue hace mucho tiempo. Lo preocupante ahora es ver cómo afecta esto a los estudiantes y profesores que dependen de ese parqueo. Muchos tienen que venir desde lejos y ahora tendrán que buscar alternativas o pagar transporte extra. Esto sí que pega un tironcito al bolsillo, ¿verdad?
Algunos estudiantes comentan que el parqueo siempre ha tenido problemas con el drenaje, pero que nunca había sido tan grave como esto. Al parecer, hubo fallas en el sistema de bombeo que impidieron que el agua saliera a tiempo. Ahora la UCR tendrá que investigar a fondo qué salió mal y tomar medidas para evitar que vuelva a pasar. No queremos que esto se convierta en una costumbre, ¡qué torta sería!
Lo que más preocupa a muchos es saber si todos los dueños de los vehículos atrapados tenían seguro. Porque imagínate la pelea que se va a armar si resulta que algunos no estaban protegidos. Va a ser un escándalo mediático, ¡seguro! Además, el costo de reparar o reemplazar los autos dañados puede sumar millones de colones. Eso sí que es una carga para la universidad y para el país.
Esta situación nos deja pensando: ¿Es suficiente la infraestructura actual de la UCR para resistir eventos climáticos extremos? ¿Deberíamos invertir más en sistemas de drenaje y prevención de inundaciones en nuestras universidades y colegios? Imagínate que esto le pasara a otra institución educativa... Compartan sus ideas y experiencias en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensan sobre este tema!
Según nos contó Don Pedro Navarro, el director de Servicios Generales, todavía esta mañana no sabían con certeza cuántos vehículos fueron alcanzados por la inundación. Lo único seguro es que una motoneta quedó atrapada, pero él mismo dice que no pueden echarle una mirada al resto porque el agua está ‘hasta el tope’, incluso rebasando el segundo nivel. Uno se pone a pensar, imagínate tener tu carro ahí abajo... ¡qué vara!
Desde tempranas horas, cuadrillas de la UCR andaban remarcando como locos, tratando de sacar el barro y el agua acumulada. Se nota que se esforzaron, pero la cosa estaba bien fea. Parecía una escena de película, con el agua cubriendo casi todo. Algunos estudiantes llegaron a la UCR pensando que todo estaría normal, pero se encontraron con las puertas cerradas y la incertidumbre sobre cuándo podrían regresar a clases presenciales.
La Facultad de Derecho tuvo que suspender las clases presenciales hasta el lunes 20 de octubre. Dicen que quizás podrían extenderlo aún más, dependiendo de cómo avance la limpieza y si encuentran problemas mayores con los vehículos. Mientras tanto, van manejando todo virtualmente. Un brete para los profes y los estudiantes, pero bueno, toca adaptarse, ¿no?
Y hablando de adaptarse, esto me recuerda a aquel año que se inundó Barrio Amón… ¡vaya susto! Pero bueno, eso fue hace mucho tiempo. Lo preocupante ahora es ver cómo afecta esto a los estudiantes y profesores que dependen de ese parqueo. Muchos tienen que venir desde lejos y ahora tendrán que buscar alternativas o pagar transporte extra. Esto sí que pega un tironcito al bolsillo, ¿verdad?
Algunos estudiantes comentan que el parqueo siempre ha tenido problemas con el drenaje, pero que nunca había sido tan grave como esto. Al parecer, hubo fallas en el sistema de bombeo que impidieron que el agua saliera a tiempo. Ahora la UCR tendrá que investigar a fondo qué salió mal y tomar medidas para evitar que vuelva a pasar. No queremos que esto se convierta en una costumbre, ¡qué torta sería!
Lo que más preocupa a muchos es saber si todos los dueños de los vehículos atrapados tenían seguro. Porque imagínate la pelea que se va a armar si resulta que algunos no estaban protegidos. Va a ser un escándalo mediático, ¡seguro! Además, el costo de reparar o reemplazar los autos dañados puede sumar millones de colones. Eso sí que es una carga para la universidad y para el país.
Esta situación nos deja pensando: ¿Es suficiente la infraestructura actual de la UCR para resistir eventos climáticos extremos? ¿Deberíamos invertir más en sistemas de drenaje y prevención de inundaciones en nuestras universidades y colegios? Imagínate que esto le pasara a otra institución educativa... Compartan sus ideas y experiencias en los comentarios, ¡me interesa saber qué piensan sobre este tema!