Washington (DPA). Los líderes israelí y palestino, Ehud Olmert y Mahmud Abbas, se comprometieron hoy a firmar un acuerdo de paz antes del fin de 2008, según anunció el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en la Conferencia de Annapolis sobre Cercano Oriente.
Ambas partes llegaron a un amplio y detallado acuerdo sobre cómo se desarrollarán las negociaciones "de buena voluntad", que comenzarán en dos semanas, según aseguró Bush. El máximo dirigente estadounidense también precisó que las conversaciones incluirán "todos los asuntos fundamentales" del conflicto palestino-israelí "sin excepciones".
El anuncio, para el que ambas partes prometieron "poner todos los esfuerzos" posibles, llegó en el arranque de la Conferencia de Annapolis, a 50 kilómetros de Washington, y después de que Bush, Olmert y Abbas mantuviesen una reunión conjunta de aproximadamente una hora.
Palestinos e israelíes conformarán un comité director de las negociaciones que se reunirá periódicamente. Su primer encuentro será el 12 de diciembre. Los trabajos estarán supervisados directamente por los propios Olmert y Abbas, que se reunirán cada dos semanas.
El comité desarrollará "un plan conjunto de trabajo" y "establecerá y supervisará el trabajo de los equipos negociadores".
Además, ambas partes se comprometen a implementar "inmediatamente" sus respectivas obligaciones según la Hoja de Ruta acordada por el Cuarteto para Cercano Oriente (Rusia, Estados Unidos, Unión Europea y Naciones Unidas) en 2003.
Abbas aseguró que la declaración de hoy es un hito. "Nuestra región está en un cruce de caminos, que separa dos fases históricas, la fase pre-Annapolis y la fase post-Annapolis", afirmó.
El presidente palestino, no obstante, dejó claro desde el principio cuáles son sus posiciones inamovibles en la futura negociación, al afirmar que el eventual tratado "debería básicamente conducir al fin de la ocupación de todos los territorios palestinos ocupados en 1967, incluido Jerusalén Oriental, así como el Golán sirio y lo que queda ocupado del territorio libanés".
Olmert, por su parte, sólo expresó una demanda, pero muy claramente: "Queremos paz. Demandamos el fin al terror, la provocación y el odio. Estamos dispuestos a alcanzar un compromiso doloroso, pleno de riesgos, de manera que podamos hacer realidad estas aspiraciones".
El primer ministro israelí, que reconoció "preocupaciones y dudas" de camino a Annapolis, aseguró sin embargo que "llegó la hora". Olmert reconoció el sufrimiento palestino en el conflicto, y se mostró convencido de alcanzar un acuerdo para formar "dos Estados para dos pueblos".
Ambos líderes alabaron además la amplia representación de la comunidad internacional árabe presente en Annapolis para apoyar el relanzamiento de los negociaciones. Olmert puso como ejemplo para el camino a seguir los acuerdos de paz que Israel alcanzó en el pasado con Egipto y Jordania.
En su inédito papel de mediador, Bush felicitó públicamente a Olmert y Abbas por su "fuerte liderazgo". "Hoy palestinos e israelíes entienden que ayudar al otro a hacer realidad sus aspiraciones es clave para hacer realidad las suyas propias. Ambos requieren un Estado palestino independiente, democrático y viable".
"Conseguir este objetivo no va a ser fácil. Si fuera sencillo, ya habría ocurrido hace mucho tiempo", agregó.
Con la fecha límite fijada para fin de 2008, Bush se aseguraría un gran éxito en política internacional antes de que el 20 de enero de 2009 entregue el testigo a su sucesor en la Casa Blanca. Hoy se aseguró también tener la máxima influencia hacia ese objetivo: según el texto de la declaración conjunta entre palestinos e israelíes, hasta entonces Estados Unidos será el único supervisor extranjero de las negociaciones.
Ambas partes llegaron a un amplio y detallado acuerdo sobre cómo se desarrollarán las negociaciones "de buena voluntad", que comenzarán en dos semanas, según aseguró Bush. El máximo dirigente estadounidense también precisó que las conversaciones incluirán "todos los asuntos fundamentales" del conflicto palestino-israelí "sin excepciones".
El anuncio, para el que ambas partes prometieron "poner todos los esfuerzos" posibles, llegó en el arranque de la Conferencia de Annapolis, a 50 kilómetros de Washington, y después de que Bush, Olmert y Abbas mantuviesen una reunión conjunta de aproximadamente una hora.
Palestinos e israelíes conformarán un comité director de las negociaciones que se reunirá periódicamente. Su primer encuentro será el 12 de diciembre. Los trabajos estarán supervisados directamente por los propios Olmert y Abbas, que se reunirán cada dos semanas.
El comité desarrollará "un plan conjunto de trabajo" y "establecerá y supervisará el trabajo de los equipos negociadores".
Además, ambas partes se comprometen a implementar "inmediatamente" sus respectivas obligaciones según la Hoja de Ruta acordada por el Cuarteto para Cercano Oriente (Rusia, Estados Unidos, Unión Europea y Naciones Unidas) en 2003.
Abbas aseguró que la declaración de hoy es un hito. "Nuestra región está en un cruce de caminos, que separa dos fases históricas, la fase pre-Annapolis y la fase post-Annapolis", afirmó.
El presidente palestino, no obstante, dejó claro desde el principio cuáles son sus posiciones inamovibles en la futura negociación, al afirmar que el eventual tratado "debería básicamente conducir al fin de la ocupación de todos los territorios palestinos ocupados en 1967, incluido Jerusalén Oriental, así como el Golán sirio y lo que queda ocupado del territorio libanés".
Olmert, por su parte, sólo expresó una demanda, pero muy claramente: "Queremos paz. Demandamos el fin al terror, la provocación y el odio. Estamos dispuestos a alcanzar un compromiso doloroso, pleno de riesgos, de manera que podamos hacer realidad estas aspiraciones".
El primer ministro israelí, que reconoció "preocupaciones y dudas" de camino a Annapolis, aseguró sin embargo que "llegó la hora". Olmert reconoció el sufrimiento palestino en el conflicto, y se mostró convencido de alcanzar un acuerdo para formar "dos Estados para dos pueblos".
Ambos líderes alabaron además la amplia representación de la comunidad internacional árabe presente en Annapolis para apoyar el relanzamiento de los negociaciones. Olmert puso como ejemplo para el camino a seguir los acuerdos de paz que Israel alcanzó en el pasado con Egipto y Jordania.
En su inédito papel de mediador, Bush felicitó públicamente a Olmert y Abbas por su "fuerte liderazgo". "Hoy palestinos e israelíes entienden que ayudar al otro a hacer realidad sus aspiraciones es clave para hacer realidad las suyas propias. Ambos requieren un Estado palestino independiente, democrático y viable".
"Conseguir este objetivo no va a ser fácil. Si fuera sencillo, ya habría ocurrido hace mucho tiempo", agregó.
Con la fecha límite fijada para fin de 2008, Bush se aseguraría un gran éxito en política internacional antes de que el 20 de enero de 2009 entregue el testigo a su sucesor en la Casa Blanca. Hoy se aseguró también tener la máxima influencia hacia ese objetivo: según el texto de la declaración conjunta entre palestinos e israelíes, hasta entonces Estados Unidos será el único supervisor extranjero de las negociaciones.