¡Ay, Dios mío! La Carpio está viviendo momentos muy duros, puros capítulos de novela. Las lluvias de estos días han hecho estragos, dejando a miles de familias varadas, sin nada más que agua hasta el cuello y la esperanza de que alguien les eche una mano. La situación es de mamas lindas, vamos.
Como ya sabrán, La Carpio siempre ha sido un brete, un lugar donde la vida es dura, pero sus gentes son de pura cepa. Pero esto, señores, es otra vaina. Más de veinte mil familias han resultado afectadas por estas inundaciones torrenciales, perdiendo pertenencias, documentos y, lo peor de todo, la tranquilidad de poder dormir tranquilos en sus casas. Ver las imágenes es de darle un cosquilleo feo al corazón.
Pero bueno, aquí es donde entra la magia de nuestra gente, el espíritu solidario que nos caracteriza. La Fundación SIFAIS, que lleva años trabajando por la comunidad de La Carpio, no se ha quedado cruzada de brazos. Han habilitado varios puntos de acopio para recibir donaciones, porque, díganlo claro, la necesidad es urgente y hay que actuar rápido.
Para los que quieran echarle una manito, tienen varias opciones. Pueden llevar alimentos no perecederos, colchones, ropa y artículos de higiene personal al edificio Eureka Comunicación, cerca del Estadio Nacional, o directamente a la sede de SIFAIS en La Carpio. También pueden hacer transferencias por SINPE Móvil al número 8997-8963, poniendo como motivo ‘Donación a familias afectadas por inundación’. ¡Vamos, manos a la obra!
Maris Fernández, presidenta de SIFAIS, nos comentaba que desde 2011, la fundación ha trabajado incansablemente por la inclusión y el bienestar social de esta comunidad. En declaraciones a Grupo Extra, explicó que buscan unir esfuerzos con la ciudadanía, empresas y organizaciones para brindar alivio inmediato a los damnificados. “La solidaridad costarricense es enorme, y estamos seguros de que juntos podemos superar este momento difícil,” añadió con una sonrisa esperanzadora.
Y hablando de soluciones rápidas, también tenemos que mencionar la importancia de la prevención. Claro que la lluvia viene de quien la trae, pero a veces, la planificación urbana deja mucho que desear. Es hora de que las autoridades hagan un mea culpa y busquen soluciones a largo plazo para evitar que tragedias como esta se repitan. Que no quede en ’promesas’ y ’planchitas’, sino en acciones concretas que beneficien a la población vulnerable.
Se han organizado colectas en colegios, barrios y empresas, demostrando que el ’tico’ auténtico está dispuesto a compartir lo poco que tiene con sus hermanos necesitados. Vemos fotos de colchones amontonados, cajas llenas de comida y voluntarios trabajando sin descanso para clasificar y distribuir los donativos. Un ejemplo de que, pese a los problemas, aún queda mucha bondad en nuestro país. ¡Eso sí es chiva!
Ahora bien, con tanta solidaridad brillando en el horizonte, me pregunto… ¿cree usted que las medidas de prevención ante desastres naturales deberían ser una prioridad nacional, invirtiendo recursos significativamente mayores en infraestructura resiliente y planes de evacuación efectivos, o considera que la respuesta inmediata a emergencias como esta es suficiente, dependiendo únicamente de la generosidad de la ciudadanía?
Como ya sabrán, La Carpio siempre ha sido un brete, un lugar donde la vida es dura, pero sus gentes son de pura cepa. Pero esto, señores, es otra vaina. Más de veinte mil familias han resultado afectadas por estas inundaciones torrenciales, perdiendo pertenencias, documentos y, lo peor de todo, la tranquilidad de poder dormir tranquilos en sus casas. Ver las imágenes es de darle un cosquilleo feo al corazón.
Pero bueno, aquí es donde entra la magia de nuestra gente, el espíritu solidario que nos caracteriza. La Fundación SIFAIS, que lleva años trabajando por la comunidad de La Carpio, no se ha quedado cruzada de brazos. Han habilitado varios puntos de acopio para recibir donaciones, porque, díganlo claro, la necesidad es urgente y hay que actuar rápido.
Para los que quieran echarle una manito, tienen varias opciones. Pueden llevar alimentos no perecederos, colchones, ropa y artículos de higiene personal al edificio Eureka Comunicación, cerca del Estadio Nacional, o directamente a la sede de SIFAIS en La Carpio. También pueden hacer transferencias por SINPE Móvil al número 8997-8963, poniendo como motivo ‘Donación a familias afectadas por inundación’. ¡Vamos, manos a la obra!
Maris Fernández, presidenta de SIFAIS, nos comentaba que desde 2011, la fundación ha trabajado incansablemente por la inclusión y el bienestar social de esta comunidad. En declaraciones a Grupo Extra, explicó que buscan unir esfuerzos con la ciudadanía, empresas y organizaciones para brindar alivio inmediato a los damnificados. “La solidaridad costarricense es enorme, y estamos seguros de que juntos podemos superar este momento difícil,” añadió con una sonrisa esperanzadora.
Y hablando de soluciones rápidas, también tenemos que mencionar la importancia de la prevención. Claro que la lluvia viene de quien la trae, pero a veces, la planificación urbana deja mucho que desear. Es hora de que las autoridades hagan un mea culpa y busquen soluciones a largo plazo para evitar que tragedias como esta se repitan. Que no quede en ’promesas’ y ’planchitas’, sino en acciones concretas que beneficien a la población vulnerable.
Se han organizado colectas en colegios, barrios y empresas, demostrando que el ’tico’ auténtico está dispuesto a compartir lo poco que tiene con sus hermanos necesitados. Vemos fotos de colchones amontonados, cajas llenas de comida y voluntarios trabajando sin descanso para clasificar y distribuir los donativos. Un ejemplo de que, pese a los problemas, aún queda mucha bondad en nuestro país. ¡Eso sí es chiva!
Ahora bien, con tanta solidaridad brillando en el horizonte, me pregunto… ¿cree usted que las medidas de prevención ante desastres naturales deberían ser una prioridad nacional, invirtiendo recursos significativamente mayores en infraestructura resiliente y planes de evacuación efectivos, o considera que la respuesta inmediata a emergencias como esta es suficiente, dependiendo únicamente de la generosidad de la ciudadanía?