¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez, con la tecnología mandándonos a ver las barbas rojas. Resulta que Moody’s, esos gringos que andan midiendo qué tan bien le va al mundo, dicen que la inteligencia artificial (IA) se está expandiendo como regadera, pero con un buen portazo a la vuelta de la esquina. Según ellos, estamos a punto de explotar una burbuja, ¡qué despiche!, porque la gente anda tirándole plata a este brete sin pensar si realmente les dará algún fruto.
El informe, llamado “Artificial Intelligence – Global: 2026 Outlook” (suenan heavy, ¿verdad?), explica que la competencia entre las empresas que hacen IA es fierísima. Todos quieren sacar el modelo más potente, el más rápido, el que haga milagros. Pero ahí radica el problema: se gastan una lana tremenda en computadoras, infraestructura y toda esa vaina, y luego descubren que no tienen ni idea de cómo ganar dinero con eso. ¡Qué torta!
Y ojo, que no es solo cosa nuestra. Dicen que los modelos de IA que salen de China, todos esos de código abierto, le están pisando los talones a los de Estados Unidos. Eso significa que las empresas americanas, que hasta ahora estaban haciéndose la rica vendiéndole IA a diestra y siniestra, podrían tener que empezar a sudar frío. ¡El chino siempre aparece con algo!
Ahora, claro, como somos ticos y vivimos a otro ritmo, preguntémonos: ¿y nosotros dónde quedamos en todo esto? Mientras los gringos y los chinos se pelean por quién hace la IA más chiva, aquí seguimos batallando para que nos den internet decente. ¡No es lo mismo! Apenas estamos aprendiendo a usar WhatsApp sin que se caiga, y ya nos hablan de robots que nos van a quitar el trabajo. ¡Qué estrés!
Pero no todo es bronca. Moody’s también dice que la IA podría aumentar la productividad, pero… ¡ojo! No para todos. Según ellos, solo las empresas más grandes y con más plata podrán aprovecharla de verdad. Las pymes, esas que son la sangre vital de nuestro país, probablemente tendrán que apañárselas como siempre. ¿Será que la IA crea más desigualdad que beneficios?
El verdadero problema, según el estudio, es la infraestructura. Imagínate: necesitan computadoras gigantescas, centros de datos enormes, electricidad a patadas... y aquí, en Costa Rica, apenas estamos tratando de resolver el problema de los apagones. ¡Imagínate querer correr una IA acá! Y ni hablar del tema de los chips; esos sí que son difíciles de conseguir. Esto significa que, aunque tengamos las mejores ideas del mundo, si no tenemos el hardware necesario, nos vamos al traste.
Además, no podemos olvidarnos de la política. Moody’s advierte que hay muchos riesgos geopolíticos y regulatorios. Por ejemplo, algunos países podrían poner trabas a la importación de chips o limitar el flujo de información. Otros podrían exigir que todas las empresas almacenen sus datos en territorio nacional. ¡Un quilombo! Todo esto complica las cosas y encarece la adopción de la IA a nivel mundial. Y vaya que nosotros, como país pequeño, sentimos los efectos de estas decisiones con más fuerza.
Entonces, amigos, la gran pregunta es: ¿Estamos preparados para recibir la ola de la IA? ¿Podremos aprovechar sus oportunidades sin caer en la trampa de la burbuja y la dependencia tecnológica? ¡Dime tú! ¿Crees que el gobierno debería invertir más en educación y capacitación para que podamos competir en este nuevo escenario, o deberíamos enfocarnos en otras prioridades más urgentes como la seguridad y la salud? ¡Déjanos tus opiniones en los comentarios!
El informe, llamado “Artificial Intelligence – Global: 2026 Outlook” (suenan heavy, ¿verdad?), explica que la competencia entre las empresas que hacen IA es fierísima. Todos quieren sacar el modelo más potente, el más rápido, el que haga milagros. Pero ahí radica el problema: se gastan una lana tremenda en computadoras, infraestructura y toda esa vaina, y luego descubren que no tienen ni idea de cómo ganar dinero con eso. ¡Qué torta!
Y ojo, que no es solo cosa nuestra. Dicen que los modelos de IA que salen de China, todos esos de código abierto, le están pisando los talones a los de Estados Unidos. Eso significa que las empresas americanas, que hasta ahora estaban haciéndose la rica vendiéndole IA a diestra y siniestra, podrían tener que empezar a sudar frío. ¡El chino siempre aparece con algo!
Ahora, claro, como somos ticos y vivimos a otro ritmo, preguntémonos: ¿y nosotros dónde quedamos en todo esto? Mientras los gringos y los chinos se pelean por quién hace la IA más chiva, aquí seguimos batallando para que nos den internet decente. ¡No es lo mismo! Apenas estamos aprendiendo a usar WhatsApp sin que se caiga, y ya nos hablan de robots que nos van a quitar el trabajo. ¡Qué estrés!
Pero no todo es bronca. Moody’s también dice que la IA podría aumentar la productividad, pero… ¡ojo! No para todos. Según ellos, solo las empresas más grandes y con más plata podrán aprovecharla de verdad. Las pymes, esas que son la sangre vital de nuestro país, probablemente tendrán que apañárselas como siempre. ¿Será que la IA crea más desigualdad que beneficios?
El verdadero problema, según el estudio, es la infraestructura. Imagínate: necesitan computadoras gigantescas, centros de datos enormes, electricidad a patadas... y aquí, en Costa Rica, apenas estamos tratando de resolver el problema de los apagones. ¡Imagínate querer correr una IA acá! Y ni hablar del tema de los chips; esos sí que son difíciles de conseguir. Esto significa que, aunque tengamos las mejores ideas del mundo, si no tenemos el hardware necesario, nos vamos al traste.
Además, no podemos olvidarnos de la política. Moody’s advierte que hay muchos riesgos geopolíticos y regulatorios. Por ejemplo, algunos países podrían poner trabas a la importación de chips o limitar el flujo de información. Otros podrían exigir que todas las empresas almacenen sus datos en territorio nacional. ¡Un quilombo! Todo esto complica las cosas y encarece la adopción de la IA a nivel mundial. Y vaya que nosotros, como país pequeño, sentimos los efectos de estas decisiones con más fuerza.
Entonces, amigos, la gran pregunta es: ¿Estamos preparados para recibir la ola de la IA? ¿Podremos aprovechar sus oportunidades sin caer en la trampa de la burbuja y la dependencia tecnológica? ¡Dime tú! ¿Crees que el gobierno debería invertir más en educación y capacitación para que podamos competir en este nuevo escenario, o deberíamos enfocarnos en otras prioridades más urgentes como la seguridad y la salud? ¡Déjanos tus opiniones en los comentarios!
