Maes, yo no sé ustedes, pero a veces siento que el manual de “cómo complicarle la vida al cliente” lo actualizan cada semana. Estaba yo, tranquilamente tomándome un café y revisando correos, cuando me topo con la última joyita de PriceSmart. Resulta que ahora, si uno tiene la osadía de hacer una compra en línea por menos de ₡19.500, ¡pum! Le van a clavar una “comisión por servicio” de ₡2.260. Así, por la buena. Una vara que, para ser honestos, huele más a castigo que a servicio.
Vamos a desmenuzar el chunche. La cadena nos dice que a partir de octubre, cualquier compra en su app o página web que no llegue a los casi veinte rojitos de monto mínimo, va a venir con ese recargo. Lo más vacilón es que primero se jalaron una torta con la comunicación, porque mandaron un correo diciendo que la medida empezaba en setiembre, y catorce días después tuvieron que corregir y decir que no, que hasta octubre. Un despiste que ya de por sí no da mucha confianza. Pero bueno, el punto es que ahora, ese antojito de pedir solo el six pack de cervezas artesanales o la bolsa gigante de maní que solo ellos venden, nos va a salir dos rojitos y resto más caro.
Ahora, aquí viene la parte que me da más risa, por no decir que me enoja. La justificación oficial de PriceSmart es que "este cambio nos permite seguir ofreciendo los productos y servicios de la más alta calidad a los precios más bajos posibles, mientras continuamos mejorando la experiencia digital del socio". Diay, ¿me están diciendo que cobrarme más por comprar menos es para “mejorar mi experiencia”? Mae, no hay que ser un genio en finanzas para traducir eso. Lo que en realidad significa es que las órdenes pequeñas les generan mucho brete para la ganancia que les deja, y en lugar de optimizar su logística interna, prefieren pasarnos la factura a nosotros. O comprás un montón, o pagás una multa por “inconveniente”.
El impacto real de esta vara es clarísimo: le pega directo al consumidor que usaba la plataforma por conveniencia y no necesariamente para hacer el diario del mes. ¿Cuántos de nosotros hemos pedido un par de cosas específicas porque no podíamos ir al local o porque simplemente nos dio pereza? Esa flexibilidad se fue al traste. Ahora hay una barrera psicológica y económica. Te obligan a pensar: "¿Realmente necesito esto, o mejor me espero y acumulo más cosas para no pagar la comisión?". Básicamente, mataron la compra espontánea en línea. Si eras de los que pedía un par de chunches de último minuto, pues... ¡salado! Toca planificar más o resignarse a pagar el extra.
Al final del día, esta medida se siente como un paso atrás en la experiencia de cliente que tanto pregonan. En un mundo donde empresas como Amazon nos acostumbraron a la facilidad y a la compra unitaria sin castigo, PriceSmart decide ir en la dirección contraria. Se siente como una movida un poco miope, que podría terminar alejando a un buen segmento de socios que valoraban precisamente esa facilidad. Pero bueno, tal vez sus números les dicen otra cosa. Quién sabe. A mí, por lo pronto, me parece una mala vara.
Maes, ahora en serio: ¿ustedes creen que esta vara los va a hacer cambiar su forma de comprar en PriceSmart? ¿Van a dejar de pedir en línea si no llegan al monto, o simplemente van a comprar más para evitar la comisión? ¿O de plano los mandan a freír churros y buscan alternativas? ¡Cuenten a ver qué piensan!
Vamos a desmenuzar el chunche. La cadena nos dice que a partir de octubre, cualquier compra en su app o página web que no llegue a los casi veinte rojitos de monto mínimo, va a venir con ese recargo. Lo más vacilón es que primero se jalaron una torta con la comunicación, porque mandaron un correo diciendo que la medida empezaba en setiembre, y catorce días después tuvieron que corregir y decir que no, que hasta octubre. Un despiste que ya de por sí no da mucha confianza. Pero bueno, el punto es que ahora, ese antojito de pedir solo el six pack de cervezas artesanales o la bolsa gigante de maní que solo ellos venden, nos va a salir dos rojitos y resto más caro.
Ahora, aquí viene la parte que me da más risa, por no decir que me enoja. La justificación oficial de PriceSmart es que "este cambio nos permite seguir ofreciendo los productos y servicios de la más alta calidad a los precios más bajos posibles, mientras continuamos mejorando la experiencia digital del socio". Diay, ¿me están diciendo que cobrarme más por comprar menos es para “mejorar mi experiencia”? Mae, no hay que ser un genio en finanzas para traducir eso. Lo que en realidad significa es que las órdenes pequeñas les generan mucho brete para la ganancia que les deja, y en lugar de optimizar su logística interna, prefieren pasarnos la factura a nosotros. O comprás un montón, o pagás una multa por “inconveniente”.
El impacto real de esta vara es clarísimo: le pega directo al consumidor que usaba la plataforma por conveniencia y no necesariamente para hacer el diario del mes. ¿Cuántos de nosotros hemos pedido un par de cosas específicas porque no podíamos ir al local o porque simplemente nos dio pereza? Esa flexibilidad se fue al traste. Ahora hay una barrera psicológica y económica. Te obligan a pensar: "¿Realmente necesito esto, o mejor me espero y acumulo más cosas para no pagar la comisión?". Básicamente, mataron la compra espontánea en línea. Si eras de los que pedía un par de chunches de último minuto, pues... ¡salado! Toca planificar más o resignarse a pagar el extra.
Al final del día, esta medida se siente como un paso atrás en la experiencia de cliente que tanto pregonan. En un mundo donde empresas como Amazon nos acostumbraron a la facilidad y a la compra unitaria sin castigo, PriceSmart decide ir en la dirección contraria. Se siente como una movida un poco miope, que podría terminar alejando a un buen segmento de socios que valoraban precisamente esa facilidad. Pero bueno, tal vez sus números les dicen otra cosa. Quién sabe. A mí, por lo pronto, me parece una mala vara.
Maes, ahora en serio: ¿ustedes creen que esta vara los va a hacer cambiar su forma de comprar en PriceSmart? ¿Van a dejar de pedir en línea si no llegan al monto, o simplemente van a comprar más para evitar la comisión? ¿O de plano los mandan a freír churros y buscan alternativas? ¡Cuenten a ver qué piensan!