DESINFORMADO
ANÓNIMO
Cuál es la extrañeza? Usted dormido o echándose una miada, qué va a evitar que la puta le abra la puerta a un maleante conocido de ella.
Eso está muy claro.
Por otra parte, si bien el sexo es un negocio de plata por sexo, tampoco hay que llevar las cosas a la frialdad extrema.
Uno trata bien, pensando que lo traten bien y en última instancia somo seres sociables.
Es como el dueño del restaurante: si da buen servicio y le queda bien al cliente, se asegura que volverá. Y el dueño es agradecido por lo menos en apariencia por eso, que Usted le está llegando a dejar plata y procurará mantener la relación hasta donde se pueda.
Pero no descarta que al tiempo, a la vuelta de la esquina le pongan una competencia y ese buen cliente se vaya para allá.
SIn embargo, mientras esté llegando lo chinea y usted paga el buen servicio.
Igual, hay dueños que son cabrones y les da lo mismo tratar bien o mal, pues se hacen la idea que clientes siempre llegarán y no piensan que vendrán las vacas flacas.
Sirven un día plantos ricos, otros días fríos o mal cocinados. El que no le gusta que no vuelva.
Todo eso ocurre con las putas y corresponde a cada uno medir dónde se queda o mueve.
Eso está muy claro.
Por otra parte, si bien el sexo es un negocio de plata por sexo, tampoco hay que llevar las cosas a la frialdad extrema.
Uno trata bien, pensando que lo traten bien y en última instancia somo seres sociables.
Es como el dueño del restaurante: si da buen servicio y le queda bien al cliente, se asegura que volverá. Y el dueño es agradecido por lo menos en apariencia por eso, que Usted le está llegando a dejar plata y procurará mantener la relación hasta donde se pueda.
Pero no descarta que al tiempo, a la vuelta de la esquina le pongan una competencia y ese buen cliente se vaya para allá.
SIn embargo, mientras esté llegando lo chinea y usted paga el buen servicio.
Igual, hay dueños que son cabrones y les da lo mismo tratar bien o mal, pues se hacen la idea que clientes siempre llegarán y no piensan que vendrán las vacas flacas.
Sirven un día plantos ricos, otros días fríos o mal cocinados. El que no le gusta que no vuelva.
Todo eso ocurre con las putas y corresponde a cada uno medir dónde se queda o mueve.