A ver, seamos honestos. Cuando uno piensa en los bichos más raros de Costa Rica, seguro se le vienen a la mente la rana de vidrio o el quetzal. Pero, ¿un tiburón color naranja fosforescente? Diay, mae, eso ya es otro nivel. La noticia que reventó el fin de semana sobre este tiburón nodriza, avistado en las aguas de Tortuguero, es de esas varas que suenan a cuento de pescadores, pero que resulta ser 100% real y científicamente documentada. Y aunque las imágenes son de noviembre, hasta ahora que se publicó el estudio en una revista científica es que se armó el alboroto. ¡Y con toda la razón! Ver a uno de los depredadores más conocidos del mar con un color tan llamativo es, simplemente, ¡qué chiva!
Vamos a lo técnico, pero en versión para nosotros. El bichillo tiene una condición genética llamada xantismo. Luis Hernández, un biólogo marino de la UNA que es un carga en el tema, nos explicó que esto es súper anormal. Básicamente, el pigmento que debía ser el típico café-marrón de un tiburón gata (como también se les conoce) se fue por el lado del naranja. Es como si la naturaleza hubiera decidido usar un marcador resaltador en vez de un lápiz de color. Hernández tiró una hipótesis que suena a chisme de familia versión acuática: la endogamia. O sea, es posible que este ejemplar sea producto del apareamiento entre familiares cercanos, como hermanos o madre e hijo, lo que a veces provoca que estos genes raros se manifiesten.
Pero agarrense, porque la cosa se pone más interesante. Un estudio de la Universidad Federal de Río Grande (allá en Brasil) le metió el hombro a la investigación y descubrió que el tiburón no solo es naranja, sino que también tiene albinismo. ¿Cómo lo saben? Por los ojos, que los tiene completamente blancos. ¡Un combo genético único! Este hallazgo es un bombazo, porque es el primer caso de "albino-xantocromismo" documentado para esta especie en todo el Caribe. ¡Qué nivel! Esto demuestra que, a pesar de su pinta tan particular, el mae la está pulseando y sobrevive sin problemas, lo cual rompe con la idea de que un color tan vistoso lo haría presa fácil. Es la prueba de que la naturaleza, a veces, simplemente hace lo que le da la gana.
Y cuando uno cree que la vara ya no se puede poner más extraña, resulta que este no es el único caso de animales "pintados" de naranja en Tiquicia. ¿Se acuerdan de los monos congo amarillos de Caño Negro? Hace ya más de una década se empezaron a ver y, al igual que nuestro amigo el tiburón, su pelaje era de un intenso color amarillo-anaranjado, en lugar del negro tradicional. Desde entonces, se han reportado más y más casos de pigmentación rara en tropas de monos por todo el país. Esto nos lleva a pensar que no son eventos aislados, sino quizás parte de un patrón más grande que todavía no entendemos del todo.
Al final, como bien dice el biólogo Hernández, este tiburón anaranjado es más que una simple curiosidad para una foto tuanis. Es una oportunidad de oro para investigar. ¿Qué está causando estas mutaciones? ¿Es pura genética y casualidad, o hay algo en el ambiente, algún factor externo, que esté influyendo en el ADN de nuestra fauna? El hallazgo nos deja con una mezcla de asombro y un montón de preguntas. Es un recordatorio de que, por más que creamos conocer nuestros mares y bosques, Costa Rica siempre tiene un as bajo la manga para dejarnos con la boca abierta.
Así que, abro el foro, maes: Más allá de que el tiburón esté a cachete, ¿creen que estas mutaciones son una señal de algo más que está pasando en nuestros ecosistemas, o simplemente son de esas varas impredecibles y maravillosas de la naturaleza?
Vamos a lo técnico, pero en versión para nosotros. El bichillo tiene una condición genética llamada xantismo. Luis Hernández, un biólogo marino de la UNA que es un carga en el tema, nos explicó que esto es súper anormal. Básicamente, el pigmento que debía ser el típico café-marrón de un tiburón gata (como también se les conoce) se fue por el lado del naranja. Es como si la naturaleza hubiera decidido usar un marcador resaltador en vez de un lápiz de color. Hernández tiró una hipótesis que suena a chisme de familia versión acuática: la endogamia. O sea, es posible que este ejemplar sea producto del apareamiento entre familiares cercanos, como hermanos o madre e hijo, lo que a veces provoca que estos genes raros se manifiesten.
Pero agarrense, porque la cosa se pone más interesante. Un estudio de la Universidad Federal de Río Grande (allá en Brasil) le metió el hombro a la investigación y descubrió que el tiburón no solo es naranja, sino que también tiene albinismo. ¿Cómo lo saben? Por los ojos, que los tiene completamente blancos. ¡Un combo genético único! Este hallazgo es un bombazo, porque es el primer caso de "albino-xantocromismo" documentado para esta especie en todo el Caribe. ¡Qué nivel! Esto demuestra que, a pesar de su pinta tan particular, el mae la está pulseando y sobrevive sin problemas, lo cual rompe con la idea de que un color tan vistoso lo haría presa fácil. Es la prueba de que la naturaleza, a veces, simplemente hace lo que le da la gana.
Y cuando uno cree que la vara ya no se puede poner más extraña, resulta que este no es el único caso de animales "pintados" de naranja en Tiquicia. ¿Se acuerdan de los monos congo amarillos de Caño Negro? Hace ya más de una década se empezaron a ver y, al igual que nuestro amigo el tiburón, su pelaje era de un intenso color amarillo-anaranjado, en lugar del negro tradicional. Desde entonces, se han reportado más y más casos de pigmentación rara en tropas de monos por todo el país. Esto nos lleva a pensar que no son eventos aislados, sino quizás parte de un patrón más grande que todavía no entendemos del todo.
Al final, como bien dice el biólogo Hernández, este tiburón anaranjado es más que una simple curiosidad para una foto tuanis. Es una oportunidad de oro para investigar. ¿Qué está causando estas mutaciones? ¿Es pura genética y casualidad, o hay algo en el ambiente, algún factor externo, que esté influyendo en el ADN de nuestra fauna? El hallazgo nos deja con una mezcla de asombro y un montón de preguntas. Es un recordatorio de que, por más que creamos conocer nuestros mares y bosques, Costa Rica siempre tiene un as bajo la manga para dejarnos con la boca abierta.
Así que, abro el foro, maes: Más allá de que el tiburón esté a cachete, ¿creen que estas mutaciones son una señal de algo más que está pasando en nuestros ecosistemas, o simplemente son de esas varas impredecibles y maravillosas de la naturaleza?