¡Ay, Dios mío! Parece que ahora sí le vamos a poner lupa a los magistrados de la Corte y del TSE. Después de ocho años de silencio casi total, van a tener que andar contando qué han hecho con nuestros impuestos. Un proyecto de ley que salió de la mano de las diputadas Larios y Moreira, de Liberación Nacional, promete sacarlos un poquito del anonimato y obligarlos a rendir cuentas. ¡Quién lo diría!
La jugada es bastante simple: los magistrados, tanto de la Corte Plena como los suplentes, tendrán que presentar un informe anual detalladísimo sobre su chamba. No solo eso, sino que hasta los del Tribunal Supremo de Elecciones tendrán que seguirle la corriente. Y ojo, porque los diputados son quienes los eligieron originalmente, así que esto les da un poder extra para vigilarles y ver si andan haciendo bien su brete.
Antes, la cosa era más tranquila – o más escondida, pa’ decirlo claro. Los magistrados solo tenían que dar cuentas al final de su periodo, cuando ya estaban pensando en si pedirían reelección o no. O sea, una vez cada ocho años. Pero parece que a algunos diputados se les ocurrió que tal vez sería bueno saber cómo andaba la cosa en medio de esos ocho años, para poder evaluar mejor si vale la pena dejarlos seguir en el puesto. ¡Imagínate, saber si no se fueron al traste!
Según explica el proyecto de ley, este nuevo sistema busca darle a la Asamblea Legislativa herramientas para evaluar la labor de los magistrados de forma más informada. Con datos duros, digo, no solo con promesas y buenas intenciones. Quieren tener información fresca y actualizada para tomar decisiones más acertadas al momento de considerar la reelección de los magistrados. Y eso, señores míos, es algo que muchos estábamos esperando con ansias.
Pero esperen, que hay más. Los informes tendrán que incluir un resumen de las actividades, estadísticas de casos resueltos, cuántas veces salvaron el pellejo con sus votos, y hasta qué tan activos estuvieron en las comisiones. Todo, absolutamente todo, tendrá que estar documentado y listo para que lo veamos nosotros, el pueblo. ¡Será como mirar por la ventana de la justicia!
Y para asegurar que la transparencia esté garantizada, los informes tendrán que publicarse en las páginas web del Poder Judicial, la Asamblea Legislativa y el Tribunal Supremo de Elecciones. Así que no habrá lugar para esconderse ni para jugar al gato y al ratón. Esto significa que tendremos acceso directo a la información, y podremos formarnos nuestra propia opinión sobre cómo está funcionando la justicia en nuestro país. Una vara importante, sin duda.
Ahora, si no cumplen con esta obligación, se les espera una sanción seria. Según la Ley Orgánica del Poder Judicial, no presentar el informe será considerado una falta grave. Y eso, queridos amigos, puede significar consecuencias desagradables para aquellos que intenten evadir esta responsabilidad. ¡Que no se crean que pueden irse con la suya!
En fin, este proyecto de ley es un paso en la dirección correcta hacia una mayor transparencia y rendición de cuentas en el Poder Judicial y el Tribunal Electoral. Pero la verdadera prueba estará en ver si los magistrados realmente cumplen con su deber de informar y si la Asamblea Legislativa utiliza esta información para tomar decisiones informadas. ¿Creen que este proyecto logrará cambiar la cultura del secretismo en estas instituciones, o simplemente será otro intento fallido de hacer más transparente nuestro gobierno?
	
		
			
		
		
	
				
			La jugada es bastante simple: los magistrados, tanto de la Corte Plena como los suplentes, tendrán que presentar un informe anual detalladísimo sobre su chamba. No solo eso, sino que hasta los del Tribunal Supremo de Elecciones tendrán que seguirle la corriente. Y ojo, porque los diputados son quienes los eligieron originalmente, así que esto les da un poder extra para vigilarles y ver si andan haciendo bien su brete.
Antes, la cosa era más tranquila – o más escondida, pa’ decirlo claro. Los magistrados solo tenían que dar cuentas al final de su periodo, cuando ya estaban pensando en si pedirían reelección o no. O sea, una vez cada ocho años. Pero parece que a algunos diputados se les ocurrió que tal vez sería bueno saber cómo andaba la cosa en medio de esos ocho años, para poder evaluar mejor si vale la pena dejarlos seguir en el puesto. ¡Imagínate, saber si no se fueron al traste!
Según explica el proyecto de ley, este nuevo sistema busca darle a la Asamblea Legislativa herramientas para evaluar la labor de los magistrados de forma más informada. Con datos duros, digo, no solo con promesas y buenas intenciones. Quieren tener información fresca y actualizada para tomar decisiones más acertadas al momento de considerar la reelección de los magistrados. Y eso, señores míos, es algo que muchos estábamos esperando con ansias.
Pero esperen, que hay más. Los informes tendrán que incluir un resumen de las actividades, estadísticas de casos resueltos, cuántas veces salvaron el pellejo con sus votos, y hasta qué tan activos estuvieron en las comisiones. Todo, absolutamente todo, tendrá que estar documentado y listo para que lo veamos nosotros, el pueblo. ¡Será como mirar por la ventana de la justicia!
Y para asegurar que la transparencia esté garantizada, los informes tendrán que publicarse en las páginas web del Poder Judicial, la Asamblea Legislativa y el Tribunal Supremo de Elecciones. Así que no habrá lugar para esconderse ni para jugar al gato y al ratón. Esto significa que tendremos acceso directo a la información, y podremos formarnos nuestra propia opinión sobre cómo está funcionando la justicia en nuestro país. Una vara importante, sin duda.
Ahora, si no cumplen con esta obligación, se les espera una sanción seria. Según la Ley Orgánica del Poder Judicial, no presentar el informe será considerado una falta grave. Y eso, queridos amigos, puede significar consecuencias desagradables para aquellos que intenten evadir esta responsabilidad. ¡Que no se crean que pueden irse con la suya!
En fin, este proyecto de ley es un paso en la dirección correcta hacia una mayor transparencia y rendición de cuentas en el Poder Judicial y el Tribunal Electoral. Pero la verdadera prueba estará en ver si los magistrados realmente cumplen con su deber de informar y si la Asamblea Legislativa utiliza esta información para tomar decisiones informadas. ¿Creen que este proyecto logrará cambiar la cultura del secretismo en estas instituciones, o simplemente será otro intento fallido de hacer más transparente nuestro gobierno?
 
	 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		