En un avance histórico para Costa Rica, más de 63.000 hogares lograron salir de la pobreza en el último año, llevando el índice de pobreza al 18%, el más bajo desde 2010. Según la Encuesta Nacional de Hogares del INEC, esta reducción se atribuye a una serie de políticas impulsadas por el gobierno de Rodrigo Chaves. La clave ha sido priorizar a los sectores más vulnerables mediante programas de inclusión social y reactivación económica. La ministra Yorleny León destacó que estos resultados reflejan la efectividad de un enfoque que ha combinado medidas de apoyo económico directo, inversión en infraestructura y un rediseño de los programas de asistencia social para hacerlos más eficientes.
Las cifras del INEC revelan que la pobreza extrema también cayó significativamente, pasando del 6,3% al 4,8%, un reflejo del impacto positivo de las políticas en marcha. Regiones rurales, tradicionalmente más afectadas por la pobreza, han registrado caídas sustanciales en sus índices, particularmente la región Chorotega y la Huetar Norte. No obstante, las regiones Brunca y Huetar Caribe aún presentan tasas superiores al 25%, lo que subraya la necesidad de continuar los esfuerzos focalizados.
El ingreso promedio de los hogares ha crecido un 6,7%, situándose en ₡1.119.660, reflejando no solo una mejora en la capacidad adquisitiva, sino también una reactivación económica palpable en diversos sectores. Este crecimiento ha sido acompañado de una reducción en la pobreza multidimensional, que evalúa aspectos como vivienda, salud y educación, y que ha bajado de un 11,9% a un 10,1% en el último año.
El gobierno de Chaves ha sido ampliamente elogiado por su enfoque pragmático y la priorización de políticas orientadas al bienestar social. Entre las iniciativas más destacadas se encuentran los programas de subsidios focalizados, la promoción de la educación técnica para jóvenes y adultos en situación de vulnerabilidad, y la implementación de medidas fiscales que incentivan la creación de empleo formal.
En un contexto donde las críticas por la falta de visión y efectividad de gobiernos anteriores eran la norma, el gobierno de Chaves ha logrado un cambio de paradigma, mostrando que, con un enfoque claro, la política pública puede ser una herramienta poderosa para transformar realidades. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer en las regiones que siguen rezagadas y donde la pobreza persiste como un reto latente.
Con estos resultados, el país no solo muestra una tendencia de mejora sostenida, sino que da un respiro a miles de familias que durante años han luchado contra la precariedad. El desafío para el gobierno ahora es mantener el ritmo y consolidar estas políticas para que los avances no sean temporales, sino un cambio estructural en la lucha contra la desigualdad.
La administración Chaves ha dejado claro que se trata de un "primer paso en un largo camino", y que el compromiso con los más vulnerables seguirá siendo una prioridad.
Las cifras del INEC revelan que la pobreza extrema también cayó significativamente, pasando del 6,3% al 4,8%, un reflejo del impacto positivo de las políticas en marcha. Regiones rurales, tradicionalmente más afectadas por la pobreza, han registrado caídas sustanciales en sus índices, particularmente la región Chorotega y la Huetar Norte. No obstante, las regiones Brunca y Huetar Caribe aún presentan tasas superiores al 25%, lo que subraya la necesidad de continuar los esfuerzos focalizados.
El ingreso promedio de los hogares ha crecido un 6,7%, situándose en ₡1.119.660, reflejando no solo una mejora en la capacidad adquisitiva, sino también una reactivación económica palpable en diversos sectores. Este crecimiento ha sido acompañado de una reducción en la pobreza multidimensional, que evalúa aspectos como vivienda, salud y educación, y que ha bajado de un 11,9% a un 10,1% en el último año.
El gobierno de Chaves ha sido ampliamente elogiado por su enfoque pragmático y la priorización de políticas orientadas al bienestar social. Entre las iniciativas más destacadas se encuentran los programas de subsidios focalizados, la promoción de la educación técnica para jóvenes y adultos en situación de vulnerabilidad, y la implementación de medidas fiscales que incentivan la creación de empleo formal.
En un contexto donde las críticas por la falta de visión y efectividad de gobiernos anteriores eran la norma, el gobierno de Chaves ha logrado un cambio de paradigma, mostrando que, con un enfoque claro, la política pública puede ser una herramienta poderosa para transformar realidades. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer en las regiones que siguen rezagadas y donde la pobreza persiste como un reto latente.
Con estos resultados, el país no solo muestra una tendencia de mejora sostenida, sino que da un respiro a miles de familias que durante años han luchado contra la precariedad. El desafío para el gobierno ahora es mantener el ritmo y consolidar estas políticas para que los avances no sean temporales, sino un cambio estructural en la lucha contra la desigualdad.
La administración Chaves ha dejado claro que se trata de un "primer paso en un largo camino", y que el compromiso con los más vulnerables seguirá siendo una prioridad.