¡Ey, pura vida, gente del Foro! Aquí su servidora, lista para echarles humo con la última movida que está haciendo tremendo ruido en el mundo de la publicidad por acá en Costa Rica. Se trata de Román MegaVallas, una empresa que parece haberle dado vuelta al asunto y ahora anda creciendo a paso de bimestre. Han hecho un salto impresionante, y la cifra del 200% de crecimiento en 2025… bueno, eso sí que da que pensar, ¿no creen?
Para ponerlos en el rollo, MegaVallas no es precisamente el típico negocio de vallas publicitarias. Román Castillo, el jefe de la operación, ha apostado fuerte por una estrategia de ‘landmarks premium’. Imaginen: estructuras gigantescas, luces que te ciegan de lo brillantes, y ubicaciones estratégicas que hacen que la valla sea prácticamente imposible de ignorar. Ya tienen un coloso de 400 metros cuadrados en la Ruta 27, que es como tener una pantalla gigante en medio de la carretera, y han ido expandiéndose como gremlin, instalando puntos clave en Santa Ana, Moravia, Cartago, Heredia... ¡hasta planean llegar a Guanacaste!
Pero no se crean que solo son vallas enormes. MegaVallas también ofrecen traseras de autobuses, esas que ves pasar y te dejan un mensaje en la cabeza, vallas móviles iluminadas que andan dando vueltas por ahí, y hasta impresión de lonas para esos políticos que necesitan hacer campaña por todos lados. En pocas palabras, tienen todo el paquete para atender cualquier necesidad de publicidad, desde el chunche más pequeño hasta la campaña más grande que se les ocurra.
Ahora viene lo interesante: aparentemente, MegaVallas está buscando nuevos talentos para engrosar sus filas. Están invitando a ejecutivos de ventas, pequeños negocios, e incluso a cualquiera que quiera meterle mano a las comisiones. ¡Imagínense poder ganarse unos buenos billetes colocando vallas publicitarias! Dicen que las comisiones pueden llegar a estar bien saladas, así que si andan buscando un brete nuevo, vale la pena investigar.
Y ahí no termina la cosa. Resulta que MegaVallas también está ofreciendo una oportunidad para los dueños de esas vallas viejas, esas que ya nadie usa y que están tiradas como perro callejero. Pueden incorporarlas a la red de MegaVallas y empezar a recibir un ingreso mensual. ¡Así es! Transforman esa vaina inútil en una fuente constante de plata. Un buen golpe para la economía familiar, diay.
Por supuesto, esto ha generado revuelo en el sector publicitario. Algunos ven a MegaVallas como una amenaza, otros como un ejemplo a seguir. Pero lo cierto es que han logrado cambiar la forma en que se percibe la publicidad exterior en Costa Rica. Antes era algo pasivo, algo que simplemente estabas obligado a mirar; ahora es una experiencia visual impactante, casi como ir al cine, pero gratis. Y eso, mi gente, vale mucho.
Algunos analistas sugieren que esta expansión agresiva de MegaVallas podría llevar a una saturación del mercado, donde habrá demasiadas vallas compitiendo por la atención de los conductores. Otros dicen que, con la creatividad adecuada, siempre hay espacio para la innovación y la diferenciación. La verdad es que solo el tiempo dirá qué tan sostenible es este modelo a largo plazo. Lo importante es que, por ahora, MegaVallas sigue imparable, demostrando que, con visión y estrategia, se pueden lograr cosas increíbles, hasta doblar la apuesta en plena crisis económica.
Con toda esta información, me pregunto: ¿cree usted que la estrategia de MegaVallas es realmente sostenible, o estamos ante una moda pasajera? ¿Y usted, estaría dispuesto a invertir en comisionar la colocación de vallas publicitarias, o considera que es un negocio demasiado riesgoso?
Para ponerlos en el rollo, MegaVallas no es precisamente el típico negocio de vallas publicitarias. Román Castillo, el jefe de la operación, ha apostado fuerte por una estrategia de ‘landmarks premium’. Imaginen: estructuras gigantescas, luces que te ciegan de lo brillantes, y ubicaciones estratégicas que hacen que la valla sea prácticamente imposible de ignorar. Ya tienen un coloso de 400 metros cuadrados en la Ruta 27, que es como tener una pantalla gigante en medio de la carretera, y han ido expandiéndose como gremlin, instalando puntos clave en Santa Ana, Moravia, Cartago, Heredia... ¡hasta planean llegar a Guanacaste!
Pero no se crean que solo son vallas enormes. MegaVallas también ofrecen traseras de autobuses, esas que ves pasar y te dejan un mensaje en la cabeza, vallas móviles iluminadas que andan dando vueltas por ahí, y hasta impresión de lonas para esos políticos que necesitan hacer campaña por todos lados. En pocas palabras, tienen todo el paquete para atender cualquier necesidad de publicidad, desde el chunche más pequeño hasta la campaña más grande que se les ocurra.
Ahora viene lo interesante: aparentemente, MegaVallas está buscando nuevos talentos para engrosar sus filas. Están invitando a ejecutivos de ventas, pequeños negocios, e incluso a cualquiera que quiera meterle mano a las comisiones. ¡Imagínense poder ganarse unos buenos billetes colocando vallas publicitarias! Dicen que las comisiones pueden llegar a estar bien saladas, así que si andan buscando un brete nuevo, vale la pena investigar.
Y ahí no termina la cosa. Resulta que MegaVallas también está ofreciendo una oportunidad para los dueños de esas vallas viejas, esas que ya nadie usa y que están tiradas como perro callejero. Pueden incorporarlas a la red de MegaVallas y empezar a recibir un ingreso mensual. ¡Así es! Transforman esa vaina inútil en una fuente constante de plata. Un buen golpe para la economía familiar, diay.
Por supuesto, esto ha generado revuelo en el sector publicitario. Algunos ven a MegaVallas como una amenaza, otros como un ejemplo a seguir. Pero lo cierto es que han logrado cambiar la forma en que se percibe la publicidad exterior en Costa Rica. Antes era algo pasivo, algo que simplemente estabas obligado a mirar; ahora es una experiencia visual impactante, casi como ir al cine, pero gratis. Y eso, mi gente, vale mucho.
Algunos analistas sugieren que esta expansión agresiva de MegaVallas podría llevar a una saturación del mercado, donde habrá demasiadas vallas compitiendo por la atención de los conductores. Otros dicen que, con la creatividad adecuada, siempre hay espacio para la innovación y la diferenciación. La verdad es que solo el tiempo dirá qué tan sostenible es este modelo a largo plazo. Lo importante es que, por ahora, MegaVallas sigue imparable, demostrando que, con visión y estrategia, se pueden lograr cosas increíbles, hasta doblar la apuesta en plena crisis económica.
Con toda esta información, me pregunto: ¿cree usted que la estrategia de MegaVallas es realmente sostenible, o estamos ante una moda pasajera? ¿Y usted, estaría dispuesto a invertir en comisionar la colocación de vallas publicitarias, o considera que es un negocio demasiado riesgoso?
