¡Ay, Dios mío, qué situación! Melissa, la tormenta que veníamos siguiendo con calma, decidió subir de nivel y ahora anda rondando por el Caribe como huracán categoría 4, dejando a Jamaica y República Dominicana temblando – y a nosotros acá en Costa Rica sudando frío.
Según los datos más recientes del Centro Nacional de Huracanes (NHC), Melissa ya tiene vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora, y se espera que siga intensificándose rapidísimo. Imagínate, dicen que puede convertirse en huracán de categoría 5 antes de que nos demos cuenta. ¡Un brete!
Lo que más preocupa es que Melissa se mueve lentito, muy lentito, a penas dos kilómetros por hora. Eso significa que va a estar pegándole a esas islas por mucho tiempo, causando lluvia torrencial, inundaciones y quién sabe qué más desastres naturales. ¡Qué sal!
Y no es solamente la velocidad, resulta que parece que Melissa tiene sus propios problemas internos, según los expertos. Rubiera, el experto cubano, me explica que hay unas corrientes raras en la atmósfera superior que le están complicando la situación, empujando las nubes hacia el lado oriental. Además, dice que el ojo del huracán está medio ladeado, así no se desarrolla a su máxima potencia... ¡pero con estos vientos, ya da bastante miedo!
Las autoridades de Jamaica y República Dominicana ya han activado todos los protocolos de emergencia, evacuando gente de zonas vulnerables y reforzando las defensas costeras. Dicen que se esperan inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra catastróficos, capaz de poner en peligro miles de vidas. ¡Imagínate el susto que deben estar pasando esos compas!
Por fortuna, el cono de trayectoria actual indica que Melissa se alejará gradualmente de Centroamérica, pasando por Cuba. Aunque eso no significa que estemos totalmente tranquilos; siempre existe la posibilidad de un giro inesperado, y tenemos que estar preparados para cualquier eventualidad. Ya sabemos cómo son estos fenómenos climáticos, cambian de humor más rápido que yo decidiendo qué comer para el almuerzo.
Acá en Costa Rica, estamos sintiendo la influencia indirecta de Melissa con lluvias fuertes, especialmente en la zona norte y el Pacífico Sur. El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) ha emitido alertas amarillas y naranjas, recomendando precaución y mantenerse informados sobre la evolución del huracán. Lo bueno es que todavía no estamos en el ojo del huracán, pero hay que estar pendientes, porque diay, nunca se sabe cuándo Melissa decide cambiar de parecer.
En fin, la situación está tensa, pero aparentemente no tan grave para nosotros directamente. Esperemos que Melissa pierda fuerza pronto y cause el menor daño posible. Pero dime, ¿qué medidas crees que deberíamos tomar nosotros aquí en Costa Rica para prepararnos ante posibles cambios en la trayectoria de este huracán y evitar quedarnos con la boca abierta si decide acercarse más?
Según los datos más recientes del Centro Nacional de Huracanes (NHC), Melissa ya tiene vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora, y se espera que siga intensificándose rapidísimo. Imagínate, dicen que puede convertirse en huracán de categoría 5 antes de que nos demos cuenta. ¡Un brete!
Lo que más preocupa es que Melissa se mueve lentito, muy lentito, a penas dos kilómetros por hora. Eso significa que va a estar pegándole a esas islas por mucho tiempo, causando lluvia torrencial, inundaciones y quién sabe qué más desastres naturales. ¡Qué sal!
Y no es solamente la velocidad, resulta que parece que Melissa tiene sus propios problemas internos, según los expertos. Rubiera, el experto cubano, me explica que hay unas corrientes raras en la atmósfera superior que le están complicando la situación, empujando las nubes hacia el lado oriental. Además, dice que el ojo del huracán está medio ladeado, así no se desarrolla a su máxima potencia... ¡pero con estos vientos, ya da bastante miedo!
Las autoridades de Jamaica y República Dominicana ya han activado todos los protocolos de emergencia, evacuando gente de zonas vulnerables y reforzando las defensas costeras. Dicen que se esperan inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra catastróficos, capaz de poner en peligro miles de vidas. ¡Imagínate el susto que deben estar pasando esos compas!
Por fortuna, el cono de trayectoria actual indica que Melissa se alejará gradualmente de Centroamérica, pasando por Cuba. Aunque eso no significa que estemos totalmente tranquilos; siempre existe la posibilidad de un giro inesperado, y tenemos que estar preparados para cualquier eventualidad. Ya sabemos cómo son estos fenómenos climáticos, cambian de humor más rápido que yo decidiendo qué comer para el almuerzo.
Acá en Costa Rica, estamos sintiendo la influencia indirecta de Melissa con lluvias fuertes, especialmente en la zona norte y el Pacífico Sur. El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) ha emitido alertas amarillas y naranjas, recomendando precaución y mantenerse informados sobre la evolución del huracán. Lo bueno es que todavía no estamos en el ojo del huracán, pero hay que estar pendientes, porque diay, nunca se sabe cuándo Melissa decide cambiar de parecer.
En fin, la situación está tensa, pero aparentemente no tan grave para nosotros directamente. Esperemos que Melissa pierda fuerza pronto y cause el menor daño posible. Pero dime, ¿qué medidas crees que deberíamos tomar nosotros aquí en Costa Rica para prepararnos ante posibles cambios en la trayectoria de este huracán y evitar quedarnos con la boca abierta si decide acercarse más?
