¡Ay, mi gente! Resulta que nuestros compañeros felinos no son tan misteriosos como pensábamos. Un estudio reciente nos acaba de tirar una bomba: parece que los gatos domésticos tienen debilidad por maullarle a los hombres más que a las mujeres. Sí, sí, como ustedes leyendo esto, los que andamos manejando este planeta. ¿Se imaginan la cara de algunos machistas ahora?
Todo salió a la luz gracias a unos investigadores de la Universidad de Ankara, allá en Turquía – pa' que sepan que la ciencia llega hasta donde menos te lo esperas. Estos académicos, metiendo lupa donde otros no la ponían, analizaron el comportamiento de 31 gatos y sus dueños durante esos momentos mágicos de reencuentro. Imaginen la escena: llegas del brete, y ahí está tu michito recibiéndote con un coro de 'miau'. Pero, ¿por qué tanto ruido si apenas llegué?
La técnica fue toda moderna: les pusieron cámaras diminutas a los dueños, justo al frente, pa' grabar cada movimiento, cada gesto, cada ronroneo. Así pudieron capturar esas interacciones naturales, sin filtros, tal cual son en la vida cotidiana. Se dieron cuenta de que los gatos mostraban más de veinte conductas diferentes, desde frotarse las patitas hasta mover la cola nerviosamente. Pero lo que realmente saltó a la vista fue que el maullido era mucho más frecuente e intenso cuando el gato se comunicaba con un hombre.
Según Yasemin Salgırlı Demirbaş, la mente maestra detrás de este descubrimiento, la explicación es bastante lógica. Parece ser que los felinos han detectado que nosotros, los hombres, somos un poco lentos para leer sus señales. Movimientos de cola, roces suaves, miraditas pidiendo atención… aparentemente, no entendemos ni papa. Entonces, ¿qué hacen ellos? Suben el volumen, ¡obvio! Necesitan asegurarse de que los escuchemos, aunque tengamos la cabeza en otro planeta.
Es como si pensaran: ‘Este mae anda distraído, mejor le maúllo bien fuerte pa’ que me preste atención’. En otras palabras, es una estrategia de supervivencia felina. No se trata de capricho, sino de comunicarse eficazmente. Así que, la próxima vez que tu gato te reciba con un concierto de maullidos al llegar a casa, ya sabes, no te lo tomes personal. Quizás solo necesita que le pongas más atención, diay.
Pero ojo, no piensen que solo quieren comida. El estudio también echó por tierra el mito de que los gatos solo maúllan cuando tienen hambre. Aunque la hora de comer pueda influir, los investigadores encontraron que la vocalización está más relacionada con la necesidad de interacción social. Es decir, los gatos quieren cariño, mimos, compañía. Quieren que los saludes, que juegues con ellos, que les des un buen abrazo. A fin de cuentas, son seres sociales, aunque lo disimulen muy bien.
Ahora bien, hay que ponerle pausa. Este estudio se hizo en Turquía, entonces no podemos asumir que lo mismo pasa en todas partes. Nuestra cultura es diferente, nuestros hábitos también. Tal vez aquí en Costa Rica, los gatos sean más tranquilos o prefieran maullarle a nuestras esposas o mamás. Sería interesante hacer un estudio aquí, a ver qué sale. Ya imagino a algún estudiante universitario de la UCR tratando de descifrar los maullidos de nuestros michitos... ¡Sería un éxito!
Entonces, mi gente, ¿ustedes qué piensan? ¿Les maúllan más sus gatos a los hombres que a las mujeres? ¿Creen que la cultura juega un papel importante en la forma en que los gatos se comunican? ¡Dejen sus comentarios abajo y vamos a armar un debate de campeonato! Además, ¿creen que deberíamos empezar a tomar clases de ‘lenguaje gatuno’ para entenderlos mejor?
Todo salió a la luz gracias a unos investigadores de la Universidad de Ankara, allá en Turquía – pa' que sepan que la ciencia llega hasta donde menos te lo esperas. Estos académicos, metiendo lupa donde otros no la ponían, analizaron el comportamiento de 31 gatos y sus dueños durante esos momentos mágicos de reencuentro. Imaginen la escena: llegas del brete, y ahí está tu michito recibiéndote con un coro de 'miau'. Pero, ¿por qué tanto ruido si apenas llegué?
La técnica fue toda moderna: les pusieron cámaras diminutas a los dueños, justo al frente, pa' grabar cada movimiento, cada gesto, cada ronroneo. Así pudieron capturar esas interacciones naturales, sin filtros, tal cual son en la vida cotidiana. Se dieron cuenta de que los gatos mostraban más de veinte conductas diferentes, desde frotarse las patitas hasta mover la cola nerviosamente. Pero lo que realmente saltó a la vista fue que el maullido era mucho más frecuente e intenso cuando el gato se comunicaba con un hombre.
Según Yasemin Salgırlı Demirbaş, la mente maestra detrás de este descubrimiento, la explicación es bastante lógica. Parece ser que los felinos han detectado que nosotros, los hombres, somos un poco lentos para leer sus señales. Movimientos de cola, roces suaves, miraditas pidiendo atención… aparentemente, no entendemos ni papa. Entonces, ¿qué hacen ellos? Suben el volumen, ¡obvio! Necesitan asegurarse de que los escuchemos, aunque tengamos la cabeza en otro planeta.
Es como si pensaran: ‘Este mae anda distraído, mejor le maúllo bien fuerte pa’ que me preste atención’. En otras palabras, es una estrategia de supervivencia felina. No se trata de capricho, sino de comunicarse eficazmente. Así que, la próxima vez que tu gato te reciba con un concierto de maullidos al llegar a casa, ya sabes, no te lo tomes personal. Quizás solo necesita que le pongas más atención, diay.
Pero ojo, no piensen que solo quieren comida. El estudio también echó por tierra el mito de que los gatos solo maúllan cuando tienen hambre. Aunque la hora de comer pueda influir, los investigadores encontraron que la vocalización está más relacionada con la necesidad de interacción social. Es decir, los gatos quieren cariño, mimos, compañía. Quieren que los saludes, que juegues con ellos, que les des un buen abrazo. A fin de cuentas, son seres sociales, aunque lo disimulen muy bien.
Ahora bien, hay que ponerle pausa. Este estudio se hizo en Turquía, entonces no podemos asumir que lo mismo pasa en todas partes. Nuestra cultura es diferente, nuestros hábitos también. Tal vez aquí en Costa Rica, los gatos sean más tranquilos o prefieran maullarle a nuestras esposas o mamás. Sería interesante hacer un estudio aquí, a ver qué sale. Ya imagino a algún estudiante universitario de la UCR tratando de descifrar los maullidos de nuestros michitos... ¡Sería un éxito!
Entonces, mi gente, ¿ustedes qué piensan? ¿Les maúllan más sus gatos a los hombres que a las mujeres? ¿Creen que la cultura juega un papel importante en la forma en que los gatos se comunican? ¡Dejen sus comentarios abajo y vamos a armar un debate de campeonato! Además, ¿creen que deberíamos empezar a tomar clases de ‘lenguaje gatuno’ para entenderlos mejor?
