¡Ay, Dios mío, qué vaina! Ya salió la lista de cortes de admisión de la UCR para el 2026 y parece que este año tocó sudar la gota gorda para algunos. Miles de aspirantes a universitarios quedaron con la cara larga, pero también hubo quienes festejaron a lo grande. La UCR espera recibir alrededor de 10,000 estudiantes nuevos, y la competencia, como siempre, se puso bien brava.
Como ya saben, el proceso de admisión es un rollo: exámenes entre agosto y septiembre, carreras por las que luchar y esperar los cortes como agua de mayo. Este año no fue la excepción, y los números hablan por sí solos. Pero ojo, que hay un detalle importante: después de los cortes ordinarios, la UCR abre una segunda ventana llamada ‘admisión diferida’ pa' darle una oportunidad a esos estudiantes que vienen de colegios que no tuvieron tanta suerte. Eso sí, hay que tener paciencia porque ahí también hay fila.
Pero vamos al grano: ¿cuál fue la sorpresa del día? Pues que Microbiología, ¡otra vez!, se coronó como la carrera con el corte más alto. Parece que Medicina ha perdido terreno en los últimos años, y los jóvenes ahora prefieren meterle duro a las bacterias y los virus. Y ni hablar de otras carreras STEM; Ingeniería Informática, Química y Física también aparecen en el top ten, demostrando que los muchachos quieren estar a la vanguardia de la tecnología.
Si nos ponemos a analizar los números, la distribución de cupos es más o menos equitativa: unos 9,400 lugares disponibles inicialmente. Esto significa que el juego está reñido, y cada punto cuenta. De hecho, este año tuvimos un caso que dejó boquiabiertos a todos: un estudiante del Colegio Científico de Alajuela, David Ignacio Araya Mora, logró obtener una nota perfecta de 800 en el examen de admisión – ¡por segundo año consecutivo! Qué crack, diay. Demostró que si le pones empeño y dedicación, se puede llegar lejos.
La lista completa de cortes, publicada esta tarde en la página web de la UCR, es un documento extenso y lleno de datos interesantes. Se pueden ver las calificaciones mínimas requeridas para ingresar a cada programa académico, diferenciando incluso por sede. Un buen ejercicio sería echarle un ojo y comparar cómo han cambiado los cortes en relación con años anteriores. Podríamos observar tendencias y patrones que nos den una idea de qué tan competitivas están algunas carreras.
Lo interesante de esto es que refleja los intereses cambiantes de los estudiantes costarricenses. Ya no basta con soñar con ser médico; ahora hay una gran demanda por profesionales en áreas tecnológicas y científicas. Esto, a mi parecer, es positivo para el futuro del país, pues necesitamos personas capacitadas para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Pero también plantea preguntas importantes: ¿Estamos preparando adecuadamente a nuestros jóvenes para estas nuevas demandas? ¿Tenemos suficientes recursos y profesores especializados?
Y hablando de eso, me acuerdo de un primo que quería estudiar Ingeniería Civil, pero no alcanzó a entrar. Se depreció tanto que casi se va al traste. Pero no se rindió, buscó alternativas y terminó estudiando Administración de Empresas en otra universidad. Ahora anda súper bien, pero siempre dice que le hubiera gustado construir puentes y edificios. Estos casos nos recuerdan que la vida te da muchas vueltas y que a veces, lo que parecía imposible, simplemente cambia de camino.
En fin, los cortes de admisión de la UCR son un reflejo de la realidad educativa de nuestro país. Una prueba de esfuerzo, de perseverancia y de sueños por cumplir. Ahora me pregunto, teniendo en cuenta estos cambios en los cortes y las preferencias estudiantiles, ¿cree usted que el sistema educativo costarricense debería enfocarse más en promover carreras STEM desde niveles tempranos, o deberíamos mantener un equilibrio entre todas las disciplinas? ¡Déjeme saber su opinión!
Como ya saben, el proceso de admisión es un rollo: exámenes entre agosto y septiembre, carreras por las que luchar y esperar los cortes como agua de mayo. Este año no fue la excepción, y los números hablan por sí solos. Pero ojo, que hay un detalle importante: después de los cortes ordinarios, la UCR abre una segunda ventana llamada ‘admisión diferida’ pa' darle una oportunidad a esos estudiantes que vienen de colegios que no tuvieron tanta suerte. Eso sí, hay que tener paciencia porque ahí también hay fila.
Pero vamos al grano: ¿cuál fue la sorpresa del día? Pues que Microbiología, ¡otra vez!, se coronó como la carrera con el corte más alto. Parece que Medicina ha perdido terreno en los últimos años, y los jóvenes ahora prefieren meterle duro a las bacterias y los virus. Y ni hablar de otras carreras STEM; Ingeniería Informática, Química y Física también aparecen en el top ten, demostrando que los muchachos quieren estar a la vanguardia de la tecnología.
Si nos ponemos a analizar los números, la distribución de cupos es más o menos equitativa: unos 9,400 lugares disponibles inicialmente. Esto significa que el juego está reñido, y cada punto cuenta. De hecho, este año tuvimos un caso que dejó boquiabiertos a todos: un estudiante del Colegio Científico de Alajuela, David Ignacio Araya Mora, logró obtener una nota perfecta de 800 en el examen de admisión – ¡por segundo año consecutivo! Qué crack, diay. Demostró que si le pones empeño y dedicación, se puede llegar lejos.
La lista completa de cortes, publicada esta tarde en la página web de la UCR, es un documento extenso y lleno de datos interesantes. Se pueden ver las calificaciones mínimas requeridas para ingresar a cada programa académico, diferenciando incluso por sede. Un buen ejercicio sería echarle un ojo y comparar cómo han cambiado los cortes en relación con años anteriores. Podríamos observar tendencias y patrones que nos den una idea de qué tan competitivas están algunas carreras.
Lo interesante de esto es que refleja los intereses cambiantes de los estudiantes costarricenses. Ya no basta con soñar con ser médico; ahora hay una gran demanda por profesionales en áreas tecnológicas y científicas. Esto, a mi parecer, es positivo para el futuro del país, pues necesitamos personas capacitadas para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Pero también plantea preguntas importantes: ¿Estamos preparando adecuadamente a nuestros jóvenes para estas nuevas demandas? ¿Tenemos suficientes recursos y profesores especializados?
Y hablando de eso, me acuerdo de un primo que quería estudiar Ingeniería Civil, pero no alcanzó a entrar. Se depreció tanto que casi se va al traste. Pero no se rindió, buscó alternativas y terminó estudiando Administración de Empresas en otra universidad. Ahora anda súper bien, pero siempre dice que le hubiera gustado construir puentes y edificios. Estos casos nos recuerdan que la vida te da muchas vueltas y que a veces, lo que parecía imposible, simplemente cambia de camino.
En fin, los cortes de admisión de la UCR son un reflejo de la realidad educativa de nuestro país. Una prueba de esfuerzo, de perseverancia y de sueños por cumplir. Ahora me pregunto, teniendo en cuenta estos cambios en los cortes y las preferencias estudiantiles, ¿cree usted que el sistema educativo costarricense debería enfocarse más en promover carreras STEM desde niveles tempranos, o deberíamos mantener un equilibrio entre todas las disciplinas? ¡Déjeme saber su opinión!
