Melkilec
Llegué, vi , vencí.
Gracias! [emoji5]Fue muy cortito!!
Por cierto, que buenos los suyos!!![]()
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Gracias! [emoji5]Fue muy cortito!!
Por cierto, que buenos los suyos!!![]()
Buenos relatos, como siempre. Me agrada leerlos, aunque no lo diga.
Me encantan las historias trágicas[emoji106]Voy, para ponerme al día (aúnque sólo he participado una vez).
Mientras caminaba por el callejón, entre las sombras (por lo mal iluminado de éste), observó a unas personas que se aproximaban. En otras ocasiones, ya lo había hecho, amparado a la oscuridad y a la complicidad del lugar. Podía decirse que ya poseía cierta experiencia en dichos menesteres.
Pero un extraño nerviosismo, se iba apoderando de él, su cuerpo temblaba, sus manos sudaban y temblaban aun más, mientras un escalofrío le recorría desde la coronilla y atravesaba toda su columna vertebral.
Conforme las personas se acercaban, no iba quedando la menor duda, de quienes se trataba. Era una de las familias más influyentes de la ciudad (por no decir la de más influencia). Estaba sumamente ansioso, por un lado por saber quienes eran y que esto podía pagarlo caro, pero por otro lado su ambición por el dinero fácil y la expectativas por los objetos de valor, de los cuales podría apropiarse le motivaba en la posibilidad de llevar a cabo el golpe.
Al final, la ambición lo dominó y aun con una mezcla de ansiedad y nerviosismo, así como el afán de actuar rápido y salir del lugar lo más rápido posible, lo hicieron sacar su arma y salir de su escondrijo. Se puso por delante de ellos y mientras se acercaba rápidamente, gritó airadamente: "esto es un asalto!!!", mientras les apuntaba con su arma.
"Denme todo lo que traen!!!", volvió a insistir, el otro hombre viendo lo que pasaba, a penas venía reaccionando ante su asombro e impresión de verse emboscado. Aún estupefacto, sólo atinó a decir: "tranquilo amigo, no hay porque alterarse", mientras llevaba su mano dentro del bolsillo interno de su saco, para atender a las imposiciones del trúan.
El asaltante estaba, estaba al borde de un ataque de pánico, casi no podía controlarlo y sus manos temblorosas apenas podían sostener la pistola, en un intento por controlarla, ésta se accionó impactando al otro hombre en el pecho. La mujer aterrorizada, al ver como su esposo sucumbía, se dispuso a auxiliarlo, cuando el arma disparó de nuevo, ante la mirada de asombro de su pequeño hijo.
Con desesperación y terror, observó como los cuerpos de sus padres se desplomaban inertes. El niños rompió en llanto ante la impotencia, dolor y quizás rabia al ver como sus seres queridos, yacían sobre el frío suelo.
El muchacho se arrodilló junto a los cuerpos, su padre haciendo suyo el poco aliento y energía que quedaba en su ser, tomó fuertemente la mano de su pequeño, mientras entre susurros le decía: "nuca tengas miedo".
El malhechor al reaccionar sobre lo que había hecho sólo atinó a correr despavorido, mientras en sus cabeza aún le taladraba el recuerdo del llanto de desesperación del pequeño.
Voy, para ponerme al día (aúnque sólo he participado una vez).
Mientras caminaba por el callejón, entre las sombras (por lo mal iluminado de éste), observó a unas personas que se aproximaban. En otras ocasiones, ya lo había hecho, amparado a la oscuridad y a la complicidad del lugar. Podía decirse que ya poseía cierta experiencia en dichos menesteres.
Pero un extraño nerviosismo, se iba apoderando de él, su cuerpo temblaba, sus manos sudaban y temblaban aun más, mientras un escalofrío le recorría desde la coronilla y atravesaba toda su columna vertebral.
Conforme las personas se acercaban, no iba quedando la menor duda, de quienes se trataba. Era una de las familias más influyentes de la ciudad (por no decir la de más influencia). Estaba sumamente ansioso, por un lado por saber quienes eran y que esto podía pagarlo caro, pero por otro lado su ambición por el dinero fácil y la expectativas por los objetos de valor, de los cuales podría apropiarse le motivaba en la posibilidad de llevar a cabo el golpe.
Al final, la ambición lo dominó y aun con una mezcla de ansiedad y nerviosismo, así como el afán de actuar rápido y salir del lugar lo más rápido posible, lo hicieron sacar su arma y salir de su escondrijo. Se puso por delante de ellos y mientras se acercaba rápidamente, gritó airadamente: "esto es un asalto!!!", mientras les apuntaba con su arma.
"Denme todo lo que traen!!!", volvió a insistir, el otro hombre viendo lo que pasaba, a penas venía reaccionando ante su asombro e impresión de verse emboscado. Aún estupefacto, sólo atinó a decir: "tranquilo amigo, no hay porque alterarse", mientras llevaba su mano dentro del bolsillo interno de su saco, para atender a las imposiciones del trúan.
El asaltante estaba, estaba al borde de un ataque de pánico, casi no podía controlarlo y sus manos temblorosas apenas podían sostener la pistola, en un intento por controlarla, ésta se accionó impactando al otro hombre en el pecho. La mujer aterrorizada, al ver como su esposo sucumbía, se dispuso a auxiliarlo, cuando el arma disparó de nuevo, ante la mirada de asombro de su pequeño hijo.
Con desesperación y terror, observó como los cuerpos de sus padres se desplomaban inertes. El niños rompió en llanto ante la impotencia, dolor y quizás rabia al ver como sus seres queridos, yacían sobre el frío suelo.
El muchacho se arrodilló junto a los cuerpos, su padre haciendo suyo el poco aliento y energía que quedaba en su ser, tomó fuertemente la mano de su pequeño, mientras entre susurros le decía: "nuca tengas miedo".
El malhechor al reaccionar sobre lo que había hecho sólo atinó a correr despavorido, mientras en sus cabeza aún le taladraba el recuerdo del llanto de desesperación del pequeño.
Voy, para ponerme al día (aúnque sólo he participado una vez).
Mientras caminaba por el callejón, entre las sombras (por lo mal iluminado de éste), observó a unas personas que se aproximaban. En otras ocasiones, ya lo había hecho, amparado a la oscuridad y a la complicidad del lugar. Podía decirse que ya poseía cierta experiencia en dichos menesteres.
Pero un extraño nerviosismo, se iba apoderando de él, su cuerpo temblaba, sus manos sudaban y temblaban aun más, mientras un escalofrío le recorría desde la coronilla y atravesaba toda su columna vertebral.
Conforme las personas se acercaban, no iba quedando la menor duda, de quienes se trataba. Era una de las familias más influyentes de la ciudad (por no decir la de más influencia). Estaba sumamente ansioso, por un lado por saber quienes eran y que esto podía pagarlo caro, pero por otro lado su ambición por el dinero fácil y la expectativas por los objetos de valor, de los cuales podría apropiarse le motivaba en la posibilidad de llevar a cabo el golpe.
Al final, la ambición lo dominó y aun con una mezcla de ansiedad y nerviosismo, así como el afán de actuar rápido y salir del lugar lo más rápido posible, lo hicieron sacar su arma y salir de su escondrijo. Se puso por delante de ellos y mientras se acercaba rápidamente, gritó airadamente: "esto es un asalto!!!", mientras les apuntaba con su arma.
"Denme todo lo que traen!!!", volvió a insistir, el otro hombre viendo lo que pasaba, a penas venía reaccionando ante su asombro e impresión de verse emboscado. Aún estupefacto, sólo atinó a decir: "tranquilo amigo, no hay porque alterarse", mientras llevaba su mano dentro del bolsillo interno de su saco, para atender a las imposiciones del trúan.
El asaltante estaba, estaba al borde de un ataque de pánico, casi no podía controlarlo y sus manos temblorosas apenas podían sostener la pistola, en un intento por controlarla, ésta se accionó impactando al otro hombre en el pecho. La mujer aterrorizada, al ver como su esposo sucumbía, se dispuso a auxiliarlo, cuando el arma disparó de nuevo, ante la mirada de asombro de su pequeño hijo.
Con desesperación y terror, observó como los cuerpos de sus padres se desplomaban inertes. El niños rompió en llanto ante la impotencia, dolor y quizás rabia al ver como sus seres queridos, yacían sobre el frío suelo.
El muchacho se arrodilló junto a los cuerpos, su padre haciendo suyo el poco aliento y energía que quedaba en su ser, tomó fuertemente la mano de su pequeño, mientras entre susurros le decía: "nuca tengas miedo".
El malhechor al reaccionar sobre lo que había hecho sólo atinó a correr despavorido, mientras en sus cabeza aún le taladraba el recuerdo del llanto de desesperación del pequeño.
Voy, para ponerme al día (aúnque sólo he participado una vez).
Mientras caminaba por el callejón, entre las sombras (por lo mal iluminado de éste), observó a unas personas que se aproximaban. En otras ocasiones, ya lo había hecho, amparado a la oscuridad y a la complicidad del lugar. Podía decirse que ya poseía cierta experiencia en dichos menesteres.
Pero un extraño nerviosismo, se iba apoderando de él, su cuerpo temblaba, sus manos sudaban y temblaban aun más, mientras un escalofrío le recorría desde la coronilla y atravesaba toda su columna vertebral.
Conforme las personas se acercaban, no iba quedando la menor duda, de quienes se trataba. Era una de las familias más influyentes de la ciudad (por no decir la de más influencia). Estaba sumamente ansioso, por un lado por saber quienes eran y que esto podía pagarlo caro, pero por otro lado su ambición por el dinero fácil y la expectativas por los objetos de valor, de los cuales podría apropiarse le motivaba en la posibilidad de llevar a cabo el golpe.
Al final, la ambición lo dominó y aun con una mezcla de ansiedad y nerviosismo, así como el afán de actuar rápido y salir del lugar lo más rápido posible, lo hicieron sacar su arma y salir de su escondrijo. Se puso por delante de ellos y mientras se acercaba rápidamente, gritó airadamente: "esto es un asalto!!!", mientras les apuntaba con su arma.
"Denme todo lo que traen!!!", volvió a insistir, el otro hombre viendo lo que pasaba, a penas venía reaccionando ante su asombro e impresión de verse emboscado. Aún estupefacto, sólo atinó a decir: "tranquilo amigo, no hay porque alterarse", mientras llevaba su mano dentro del bolsillo interno de su saco, para atender a las imposiciones del trúan.
El asaltante estaba, estaba al borde de un ataque de pánico, casi no podía controlarlo y sus manos temblorosas apenas podían sostener la pistola, en un intento por controlarla, ésta se accionó impactando al otro hombre en el pecho. La mujer aterrorizada, al ver como su esposo sucumbía, se dispuso a auxiliarlo, cuando el arma disparó de nuevo, ante la mirada de asombro de su pequeño hijo.
Con desesperación y terror, observó como los cuerpos de sus padres se desplomaban inertes. El niños rompió en llanto ante la impotencia, dolor y quizás rabia al ver como sus seres queridos, yacían sobre el frío suelo.
El muchacho se arrodilló junto a los cuerpos, su padre haciendo suyo el poco aliento y energía que quedaba en su ser, tomó fuertemente la mano de su pequeño, mientras entre susurros le decía: "nuca tengas miedo".
El malhechor al reaccionar sobre lo que había hecho sólo atinó a correr despavorido, mientras en sus cabeza aún le taladraba el recuerdo del llanto de desesperación del pequeño.
batman? jejeje
No recuerdo si hay alguna parecida, pero yo propongo la siguiente:
"Mientras caminaba por el callejón, entre las sombras observó lo que parecía ser..."
Le pongo mas: tarde lluviosa, café, buena música, y un buen libro. [emoji106]Llovizna+capuchino+relatos: Combinación perfecta.
Que gusto leerlos, inclusive me parece que el nivel esta subiendo.
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