¡Ay, Dios mío! La seguridad en nuestras fronteras está más pelada que nunca, mándale duro. Resulta que Enrique Arguedas, quien solía mandar en Migración, le soltó la bomba a los diputados de la Asamblea: necesitamos más de 430 polis para controlar bien los pasos fronterizos. Lo dijo claro y contundente durante una comparecencia donde también estuvieron otros pesos pesados de la institución, entre ellos el actual subdirector, Elías Quesada.
La cosa pinta fea porque hace un año, la situación era prácticamente igual. La diputada Dinorah Barquero, del PLN, le apremió a Arguedas preguntándole qué diablos se había hecho para solucionar el problema. Y la respuesta no fue precisamente alentadora. Parece que llegaron unos 30 nuevos efectivos, pero todavía nos faltan como 433... ¡Una torta! Así que el control del flujo migratorio sigue siendo un brete considerable, especialmente con toda la gente que está tratando de entrar al país buscando nuevas oportunidades o simplemente pasando de largo.
Arguedas mencionó que, supuestamente, para este año podrían aprobar más plazas policiales, aunque solo serían otras 30. ¡Parece que nos estamos dando vueltas en círculos! Esto nos deja pensando si realmente hay voluntad política para fortalecer la seguridad fronteriza o si seguimos arrastrando el mismo problema año tras año. Las alarmas deberían estar sonando a todo volumen, porque esto no es un juego, chavón. Un control fronterizo deficiente puede traer consecuencias graves para todos nosotros, desde temas de seguridad hasta impacto económico.
La diputada Barquero, persistente como pocas, insistió en que el faltante seguía siendo superior a los 400 puestos. Y Arguedas, sin poder negarlo, tuvo que admitir que así eran los números. “Para lo que hemos calculado en ese momento (al año anterior) sí”, sentenció. Ya saben, el clásico 'sí, pero...' que tanto les gusta a los políticos. Una forma elegante de decir que la situación sigue calamitosa.
Y hablando de situaciones calamitosas, recordemos que estas alertas sobre la carencia de personal vienen resonando desde hace tiempo. No es algo nuevo, es un problema crónico que se agrava con el paso del tiempo y la falta de soluciones reales. Mientras tanto, los agentes de Migración se ven obligados a hacer turnos dobles, a trabajar bajo presión constante y con recursos limitados. Es injusto pedirles que hagan magia con tan poco apoyo.
Lo preocupante es entender por qué no se han tomado medidas más drásticas para abordar este déficit. ¿Falta presupuesto? ¿No hay interés político? ¿Se complica el proceso de contratación de nuevos policías? Son preguntas que merecen respuestas claras y transparentes por parte de las autoridades competentes. Porque, díganlo otra vez, ¡esto no se trata de echarle la culpa a nadie, sino de encontrar soluciones efectivas!
El panorama no es precisamente alentador, te digo la verdad. Con tanta inseguridad acechando en nuestras fronteras, y un cuerpo policial limitado, nos queda clarito que la cosa está difícil. Además, la pandemia y las crisis económicas globales han intensificado aún más los flujos migratorios irregulares, lo que aumenta la presión sobre nuestros recursos humanos y materiales. Tenemos que reconocer la realidad: necesitamos más manos trabajando para proteger nuestro país.
Entonces, dime tú, ¿crees que el gobierno está haciendo lo suficiente para fortalecer la seguridad fronteriza y dotar a Migración de los recursos necesarios, o deberíamos exigir más acciones concretas para frenar este creciente déficit de personal? Déjanos tus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensas sobre este asunto, porque vaya que es un tema que nos afecta a todos los ticos.
La cosa pinta fea porque hace un año, la situación era prácticamente igual. La diputada Dinorah Barquero, del PLN, le apremió a Arguedas preguntándole qué diablos se había hecho para solucionar el problema. Y la respuesta no fue precisamente alentadora. Parece que llegaron unos 30 nuevos efectivos, pero todavía nos faltan como 433... ¡Una torta! Así que el control del flujo migratorio sigue siendo un brete considerable, especialmente con toda la gente que está tratando de entrar al país buscando nuevas oportunidades o simplemente pasando de largo.
Arguedas mencionó que, supuestamente, para este año podrían aprobar más plazas policiales, aunque solo serían otras 30. ¡Parece que nos estamos dando vueltas en círculos! Esto nos deja pensando si realmente hay voluntad política para fortalecer la seguridad fronteriza o si seguimos arrastrando el mismo problema año tras año. Las alarmas deberían estar sonando a todo volumen, porque esto no es un juego, chavón. Un control fronterizo deficiente puede traer consecuencias graves para todos nosotros, desde temas de seguridad hasta impacto económico.
La diputada Barquero, persistente como pocas, insistió en que el faltante seguía siendo superior a los 400 puestos. Y Arguedas, sin poder negarlo, tuvo que admitir que así eran los números. “Para lo que hemos calculado en ese momento (al año anterior) sí”, sentenció. Ya saben, el clásico 'sí, pero...' que tanto les gusta a los políticos. Una forma elegante de decir que la situación sigue calamitosa.
Y hablando de situaciones calamitosas, recordemos que estas alertas sobre la carencia de personal vienen resonando desde hace tiempo. No es algo nuevo, es un problema crónico que se agrava con el paso del tiempo y la falta de soluciones reales. Mientras tanto, los agentes de Migración se ven obligados a hacer turnos dobles, a trabajar bajo presión constante y con recursos limitados. Es injusto pedirles que hagan magia con tan poco apoyo.
Lo preocupante es entender por qué no se han tomado medidas más drásticas para abordar este déficit. ¿Falta presupuesto? ¿No hay interés político? ¿Se complica el proceso de contratación de nuevos policías? Son preguntas que merecen respuestas claras y transparentes por parte de las autoridades competentes. Porque, díganlo otra vez, ¡esto no se trata de echarle la culpa a nadie, sino de encontrar soluciones efectivas!
El panorama no es precisamente alentador, te digo la verdad. Con tanta inseguridad acechando en nuestras fronteras, y un cuerpo policial limitado, nos queda clarito que la cosa está difícil. Además, la pandemia y las crisis económicas globales han intensificado aún más los flujos migratorios irregulares, lo que aumenta la presión sobre nuestros recursos humanos y materiales. Tenemos que reconocer la realidad: necesitamos más manos trabajando para proteger nuestro país.
Entonces, dime tú, ¿crees que el gobierno está haciendo lo suficiente para fortalecer la seguridad fronteriza y dotar a Migración de los recursos necesarios, o deberíamos exigir más acciones concretas para frenar este creciente déficit de personal? Déjanos tus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensas sobre este asunto, porque vaya que es un tema que nos afecta a todos los ticos.