¡Ay, mi clave! Natalia Díaz soltó unas verdades peludas este finde en Puntarenas que están dando vuelta al asunto político. La candidata de Unidos Podemos le dijo textualmente a toda la peña que pa’ gobernar bien no necesitamos tener el Congreso lleno de gente peleándose, sino una conversación sana y ganas de echarle mano al país. Un poquito de sentido común, díganle.
Y es que la señora ha andado recorriendo las barriadas de Puntarenas, escuchando qué nos come la espina dorsal. Entre líderes comunitarios, emprendedores que luchan pa’ salir adelante y representantes de los pueblos originarios, Díaz se dio cuenta de que la maraña política nos tiene pegados en el lodo. Al parecer, le contaron sus broncas y ella salió con el mensaje claro: basta de chillidos y ponte a trabajar.
Ahora, vamos a ponerle pausa acá un momentito porque esto del ‘diálogo’ suena bonito, ¿verdad? Pero en Costa Rica sabemos que el diálogo suele ser excusa pa’ no tomar decisiones fuertes. A veces parece que los políticos prefieren quedarse ahí, dando vueltas, que meterle pata pa’ resolver los problemas reales que tenemos. ¡Qué brígido!
Díaz, pa’ demostrar que no va a caer en eso, aprovechó la oportunidad para recordar que el Poder Ejecutivo no está maniatado, como dicen algunos. Según ella, desde Casa Presidencial sí se puede mandar, pero necesitas criterio, dirección y, sobre todo, compromiso. ¡Aguántate, presidente! Porque la gallina pone huevos.
Pero no todo fue discurso grandilocuente, no, señores. La candidata también escuchó las necesidades de la gente. En Buenos Aires, por ejemplo, la carretera está hecha un maje, literalmente un brete para cualquier vehículo. También mencionó que hay que mejorar la relación con los gobiernos locales y darle voz a los pueblos indígenas, que históricamente han sido olvidados en las decisiones nacionales. ¡Eso sí es a cachete!
Y hablando de olvidar… parece que algunos políticos siguen atrapados en el pasado, peleando batallas perdidas y culpando al vecino de todos sus males. Mientras tanto, la gente sigue con los mismos problemas, buscando cómo llegar a fin de mes, cómo educar a sus hijos y cómo conseguir un trabajo digno. Una vara de medir diferente, mángel.
En medio de tanta preocupación, Díaz destacó que está lista para asumir el reto, sin sumar a la quejadera ni repartir culpas. Prometió tomar decisiones difíciles y construir soluciones con todos los sectores, aunque eso implique sentarse a la mesa con quienes piensan diferente. ¡Se lo dice, maela! Que la cosa está difícil.
Así que ya saben, compas, el panorama pinta interesante. Natalia Díaz le echó fuego al parloteo con su mensaje directo y honesto. Ahora la pregunta es: ¿creemos realmente que el diálogo entre partidos puede solucionar nuestros problemas, o seguimos condenados a una vida de peleas políticas y promesas incumplidas? Dejen sus opiniones abajo y veamos qué sale de este brete.
Y es que la señora ha andado recorriendo las barriadas de Puntarenas, escuchando qué nos come la espina dorsal. Entre líderes comunitarios, emprendedores que luchan pa’ salir adelante y representantes de los pueblos originarios, Díaz se dio cuenta de que la maraña política nos tiene pegados en el lodo. Al parecer, le contaron sus broncas y ella salió con el mensaje claro: basta de chillidos y ponte a trabajar.
Ahora, vamos a ponerle pausa acá un momentito porque esto del ‘diálogo’ suena bonito, ¿verdad? Pero en Costa Rica sabemos que el diálogo suele ser excusa pa’ no tomar decisiones fuertes. A veces parece que los políticos prefieren quedarse ahí, dando vueltas, que meterle pata pa’ resolver los problemas reales que tenemos. ¡Qué brígido!
Díaz, pa’ demostrar que no va a caer en eso, aprovechó la oportunidad para recordar que el Poder Ejecutivo no está maniatado, como dicen algunos. Según ella, desde Casa Presidencial sí se puede mandar, pero necesitas criterio, dirección y, sobre todo, compromiso. ¡Aguántate, presidente! Porque la gallina pone huevos.
Pero no todo fue discurso grandilocuente, no, señores. La candidata también escuchó las necesidades de la gente. En Buenos Aires, por ejemplo, la carretera está hecha un maje, literalmente un brete para cualquier vehículo. También mencionó que hay que mejorar la relación con los gobiernos locales y darle voz a los pueblos indígenas, que históricamente han sido olvidados en las decisiones nacionales. ¡Eso sí es a cachete!
Y hablando de olvidar… parece que algunos políticos siguen atrapados en el pasado, peleando batallas perdidas y culpando al vecino de todos sus males. Mientras tanto, la gente sigue con los mismos problemas, buscando cómo llegar a fin de mes, cómo educar a sus hijos y cómo conseguir un trabajo digno. Una vara de medir diferente, mángel.
En medio de tanta preocupación, Díaz destacó que está lista para asumir el reto, sin sumar a la quejadera ni repartir culpas. Prometió tomar decisiones difíciles y construir soluciones con todos los sectores, aunque eso implique sentarse a la mesa con quienes piensan diferente. ¡Se lo dice, maela! Que la cosa está difícil.
Así que ya saben, compas, el panorama pinta interesante. Natalia Díaz le echó fuego al parloteo con su mensaje directo y honesto. Ahora la pregunta es: ¿creemos realmente que el diálogo entre partidos puede solucionar nuestros problemas, o seguimos condenados a una vida de peleas políticas y promesas incumplidas? Dejen sus opiniones abajo y veamos qué sale de este brete.