Software libre es mejor, no único
No quise plantear que las fuentes abiertas o libres de software sean las únicas
Diputado
El señor Edgar Arias ( La Nación , 12/07/08) cuestiona si el software libre es mejor que el propietario o cerrado, a partir de un artículo que publiqué en este mismo diario el 28 de junio. A mi parecer, a don Edgar le hizo falta tomarse la molestia de leer el proyecto de ley que tengo presentado ante la Asamblea Legislativa; quizás por eso discurre de aquí para allá, sin saber por dónde rebatir.
Afirmé que el software libre es mejor que el propietario para los intereses del Estado costarricense, pero don Edgar arremete y me dice: “Este tipo de afirmaciones son peligrosas”. ¿Por qué un simple criterio, el cual además fundamenté, es “peligroso”? ¿Peligroso para quién o para cuáles intereses?
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Que yo sepa, el software propietario o cerrado, que es el que el señor Arias Freer defiende, es promovido por los intereses de las grandes empresas transnacionales de la informática, ocupadas en defender a toda costa las fuentes cerradas para continuar devengando millones en todos los países, por concepto de pago de licencias caras y otras regalías por el estilo.
Alto precio. A este servidor ni siquiera se le ha ocurrido plantear que las fuentes abiertas o libres de software sean las únicas, pues comprendo que en ciertas circunstancias puede ser necesario para la administración pública acudir a bases de datos que fueron creadas por grandes empresas y estas las mantienen en forma exclusiva bajo licencia. Sin embargo, se paga un precio por ello, no solo monetario, por cierto, sino que la administración pública queda así indefectiblemente ligada a la tecnología privada.
En ese sentido, comparto la frase del señor Arias Freer cuando afirma que “la selección del software deben realizarla las empresas (públicas o privadas) a la luz de sus necesidades (requerimientos de todos los diversos niveles: técnicos, de diseño, económicos, etc.), sus restricciones y el nivel de riesgo que están dispuestos a asumir.” A lo dicho solamente habría que agregarle que, en condiciones de igualdad, la administración pública debe acudir al software libre, el cual, por lo demás, tiene mayor respaldo.
Imagine usted, señor Edgar Arias, un vehículo muy lindo, pero que al sufrir un desperfecto solamente pueda ser reparado por la agencia que lo vendió, la cual cobraría por ello, a su conveniencia, sumas exorbitantes. Francamente prefiero adquirir el auto que posea igual o hasta mejor tecnología, pero que, ante una falla, cualquiera que sepa puede repararlo, porque lo adquirí habiéndoseme revelado todos sus “misterios” (“el código madre”, ¿le suena conocido?).