¡Ay, Dios mío! Qué pena tan grande la que nos cayó encima este finde. Resulta que en Oreamuno, Cartago, hubo un lío tremendo que dejó a un pobre hombre sin vida y a otro luchando por agarrarse a la vida. Una tragedia que sacude a toda la comunidad y te deja pensando qué rayos pasa con tanta violencia.
Según nos cuentan los vecinos, todo empezó el viernes pasado, alrededor de las siete de la noche. Dos amigos, don José Barahona, de 27 años, y don Carlos Calvo, de 31, estaban platicando frente a la casa de José, ahí cerca de Vista Hermosa. Todo tranquilo, dicen, hasta que apareció él... un tipo misterioso, vestido de negro completo, con pasamontañas, como sacado de película. De repente, le soltó una ráfaga de balas a los dos señores.
Imagínate la impresión, el susto que debieron sentir esos pobres tipos. Según el reporte del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), el sujeto, sin pensarlo dos veces, se metió en un carro y salió corriendo, dejando atrás una escena terrible. Los vecinos, asustados, llamaron al ambulancia y a la policía, porque vaya que era urgente llevarlos al hospital. Esa velocidad que se fue el tipo pa' que no lo alcanzasen, ¡tremenda!
Don José Barahona fue trasladado al Hospital Max Peralta de Cartago, pero lamentablemente, ya llegó sin pulso. Los médicos hicieron lo que pudieron, pero no había nada que hacer. Don Carlos, por fortuna, sí estaba consciente cuando llegó al hospital, aunque con heridas graves. Esperemos que se recupere pronto, porque vaya brete el que está pasando.
La Policía Judicial llegó al lugar y se puso a trabajar de inmediato. Recolectaron pruebas balísticas, calibre .9 milímetros, así que ahora están buscando al responsable y tratando de entender qué pudo haber motivado este ataque. Dicen que el móvil podría estar relacionado con viejas rencillas o problemas de negocios, pero todavía no hay nada concreto. Ya saben cómo son estos casos, a veces tardan en esclarecerse.
Este hecho nos recuerda lo importante que es mantenernos alertas y cuidar nuestra seguridad personal. No importa dónde vivamos, siempre debemos estar pendientes de nuestro entorno y denunciar cualquier actividad sospechosa a las autoridades. Porque, díganlo conmigo, ¡qué torta vivir con tanto miedo! Es preocupante ver cómo la violencia se mete en nuestros barrios y afecta a gente inocente.
Muchos vecinos expresaron su tristeza y preocupación por lo sucedido, y pidieron a las autoridades que investiguen a fondo este caso y atrapen al culpable. “Esto no puede quedar impune”, decían algunos. Y tienen razón, esto requiere una respuesta contundente por parte de las autoridades para que la gente vuelva a sentirse segura en sus hogares. Es fundamental que se haga justicia y que este tipo de tragedias no vuelvan a ocurrir.
Ahora bien, teniendo en cuenta este clima de inseguridad creciente y la necesidad de mayor protección ciudadana, ¿creen ustedes que debería implementarse programas de vigilancia comunitaria más fuertes en zonas rurales como Oreamuno, o consideran que fortalecer la presencia policial regular es la solución más efectiva?
Según nos cuentan los vecinos, todo empezó el viernes pasado, alrededor de las siete de la noche. Dos amigos, don José Barahona, de 27 años, y don Carlos Calvo, de 31, estaban platicando frente a la casa de José, ahí cerca de Vista Hermosa. Todo tranquilo, dicen, hasta que apareció él... un tipo misterioso, vestido de negro completo, con pasamontañas, como sacado de película. De repente, le soltó una ráfaga de balas a los dos señores.
Imagínate la impresión, el susto que debieron sentir esos pobres tipos. Según el reporte del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), el sujeto, sin pensarlo dos veces, se metió en un carro y salió corriendo, dejando atrás una escena terrible. Los vecinos, asustados, llamaron al ambulancia y a la policía, porque vaya que era urgente llevarlos al hospital. Esa velocidad que se fue el tipo pa' que no lo alcanzasen, ¡tremenda!
Don José Barahona fue trasladado al Hospital Max Peralta de Cartago, pero lamentablemente, ya llegó sin pulso. Los médicos hicieron lo que pudieron, pero no había nada que hacer. Don Carlos, por fortuna, sí estaba consciente cuando llegó al hospital, aunque con heridas graves. Esperemos que se recupere pronto, porque vaya brete el que está pasando.
La Policía Judicial llegó al lugar y se puso a trabajar de inmediato. Recolectaron pruebas balísticas, calibre .9 milímetros, así que ahora están buscando al responsable y tratando de entender qué pudo haber motivado este ataque. Dicen que el móvil podría estar relacionado con viejas rencillas o problemas de negocios, pero todavía no hay nada concreto. Ya saben cómo son estos casos, a veces tardan en esclarecerse.
Este hecho nos recuerda lo importante que es mantenernos alertas y cuidar nuestra seguridad personal. No importa dónde vivamos, siempre debemos estar pendientes de nuestro entorno y denunciar cualquier actividad sospechosa a las autoridades. Porque, díganlo conmigo, ¡qué torta vivir con tanto miedo! Es preocupante ver cómo la violencia se mete en nuestros barrios y afecta a gente inocente.
Muchos vecinos expresaron su tristeza y preocupación por lo sucedido, y pidieron a las autoridades que investiguen a fondo este caso y atrapen al culpable. “Esto no puede quedar impune”, decían algunos. Y tienen razón, esto requiere una respuesta contundente por parte de las autoridades para que la gente vuelva a sentirse segura en sus hogares. Es fundamental que se haga justicia y que este tipo de tragedias no vuelvan a ocurrir.
Ahora bien, teniendo en cuenta este clima de inseguridad creciente y la necesidad de mayor protección ciudadana, ¿creen ustedes que debería implementarse programas de vigilancia comunitaria más fuertes en zonas rurales como Oreamuno, o consideran que fortalecer la presencia policial regular es la solución más efectiva?