¡Ay, Dios mío! La tormenta del domingo dejó a Pérez Zeledón hecha un desastre, má' porque no. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) tuvo que salir con toda, atendiendo casi treinta incidentes distintos, la mayoría concentrados en esa área. Parece que el clima nos quiere poner a prueba, ¿eh?
Las comunidades de Morazán y Quebradas fueron las más afectadas. El río Quebradas se salió de quicio, se llevó las aguas negras y el sistema de alcantarillado se vino abajo. Imagínate el olor y la bronca que debió ser. Varias familias tuvieron que dejar sus casas corriendo, buscando refugio en donde pudieron, esperando a que baje el agua y la situación se calme un poco.
Y eso no es todo, chunches. Lo más impactante fue ver cómo una vivienda entera, sí señor, una casita completa, se fue al traste llevada por la corriente del río. Pero tranquilamente, la buena noticia es que ya estaba desocupada, porque, agárrense, estaba declarada inhabitable desde hacía tiempo. Eso sí, ¡qué susto nos dio a todos!
Ahora, muchos se preguntarán, ¿cómo llegó a esto? Pues parece que el terreno era inestable y representaba un peligro constante para quienes vivían allí. Lamentablemente, estas cosas pasan cuando no se toman medidas preventivas adecuadas. Hay que darle duro al Plan Regulador y ver qué se puede hacer para evitar tragedias similares en el futuro.
Este lunes, el Comité Municipal de Emergencias y el IMAS andaban dando vueltas por la zona, recogiendo información y revisando si las otras casas, calles y puentes están en condiciones de seguir sirviendo. Es un brete, má’ porque hay mucha gente afectada y necesitan ayuda urgente. Se necesita echarle mano, vista gorda no se puede poner.
Pero bueno, no todo es tan negativo. Se nota el esfuerzo de las autoridades y voluntarios para atender a la población damnificada. Han estado distribuyendo kits de alimentos y artículos básicos, y brindando apoyo psicológico a las familias que han perdido sus pertenencias. Eso da esperanza, má’ porque demuestra que en Costa Rica nos echamos una mano cuando alguien lo necesita, diay.
Desde mi punto de vista, este evento sirve como recordatorio de la importancia de estar preparados ante los fenómenos naturales. Tenemos que invertir en sistemas de drenaje adecuados, fortalecer las defensas fluviales y educar a la población sobre cómo actuar en caso de emergencia. No podemos seguir improvisando cada vez que llueve, ¡qué torta sería eso! Necesitamos planes a largo plazo que protejan a nuestras comunidades.
En fin, la situación en Pérez Zeledón sigue siendo complicada, pero hay esperanza. La solidaridad tica ha salido a relucir una vez más, y eso nos da fuerzas para seguir adelante. Ahora bien, ¿creen ustedes que el gobierno debería invertir más recursos en prevención de riesgos climáticos, o consideran que las acciones actuales son suficientes?
Las comunidades de Morazán y Quebradas fueron las más afectadas. El río Quebradas se salió de quicio, se llevó las aguas negras y el sistema de alcantarillado se vino abajo. Imagínate el olor y la bronca que debió ser. Varias familias tuvieron que dejar sus casas corriendo, buscando refugio en donde pudieron, esperando a que baje el agua y la situación se calme un poco.
Y eso no es todo, chunches. Lo más impactante fue ver cómo una vivienda entera, sí señor, una casita completa, se fue al traste llevada por la corriente del río. Pero tranquilamente, la buena noticia es que ya estaba desocupada, porque, agárrense, estaba declarada inhabitable desde hacía tiempo. Eso sí, ¡qué susto nos dio a todos!
Ahora, muchos se preguntarán, ¿cómo llegó a esto? Pues parece que el terreno era inestable y representaba un peligro constante para quienes vivían allí. Lamentablemente, estas cosas pasan cuando no se toman medidas preventivas adecuadas. Hay que darle duro al Plan Regulador y ver qué se puede hacer para evitar tragedias similares en el futuro.
Este lunes, el Comité Municipal de Emergencias y el IMAS andaban dando vueltas por la zona, recogiendo información y revisando si las otras casas, calles y puentes están en condiciones de seguir sirviendo. Es un brete, má’ porque hay mucha gente afectada y necesitan ayuda urgente. Se necesita echarle mano, vista gorda no se puede poner.
Pero bueno, no todo es tan negativo. Se nota el esfuerzo de las autoridades y voluntarios para atender a la población damnificada. Han estado distribuyendo kits de alimentos y artículos básicos, y brindando apoyo psicológico a las familias que han perdido sus pertenencias. Eso da esperanza, má’ porque demuestra que en Costa Rica nos echamos una mano cuando alguien lo necesita, diay.
Desde mi punto de vista, este evento sirve como recordatorio de la importancia de estar preparados ante los fenómenos naturales. Tenemos que invertir en sistemas de drenaje adecuados, fortalecer las defensas fluviales y educar a la población sobre cómo actuar en caso de emergencia. No podemos seguir improvisando cada vez que llueve, ¡qué torta sería eso! Necesitamos planes a largo plazo que protejan a nuestras comunidades.
En fin, la situación en Pérez Zeledón sigue siendo complicada, pero hay esperanza. La solidaridad tica ha salido a relucir una vez más, y eso nos da fuerzas para seguir adelante. Ahora bien, ¿creen ustedes que el gobierno debería invertir más recursos en prevención de riesgos climáticos, o consideran que las acciones actuales son suficientes?