Mae aqui le tengo un pequeño comentario:
¿Por qué un miércoles?
Cuando en el siglo IV se fijó la duración de la Cuaresma en 40 días, ésta iniciaba seis semanas antes de Pascua. Un domingo al que llamaban domingo de cuadragésima.
En los siglos VI y VII el ayuno tuvo gran importancia como práctica cuaresmal. Pero surge un inconveniente; desde los orígenes nunca se había privado de alimentos los domingos por ser un día de fiesta, la Celebración del Señor.
Así que se pensó cómo hacer para respetar el domingo y, a la vez, tener 40 días de ayuno. De esa manera, se pasó el comienzo de la Cuaresma al miércoles previo a ese primer domingo.
Si se cuentan los días que van desde el Miércoles de Ceniza al Sábado Santo y resta los seis domingos, dará exactamente cuarenta días.
La iglesia sigue esta arraigada costumbre del pueblo cristiano y comienza la Cuaresma el miércoles de Ceniza, según la explicación que da un grupo de cristianos que evangeliza a través de la red desde 1996.
¿Por qué ceniza?
De acuerdo a las citas bíblicas (Jonás 3, 6; Judit 4,11; Jeremías, 6, 26) la ceniza es un signo de penitencia. Siguiendo esta tradición, en la iglesia primitiva eran rociados con cenizas los penitentes públicos como parte del rito de reconciliación.
Al desaparecer la penitencia pública, la iglesia conservó ese rito, es decir, el mismo gesto penitencial para todos los cristianos.
En la tradición judía, el símbolo de rociarse la cabeza con cenizas manifestaba el arrepentimiento y la voluntad de convertirse: la ceniza como signo de fragilidad del hombre, de la brevedad de la vida.
De acuerdo a los señalamientos bíblicos, el pueblo de Dios tiene un particular aprecio por el Miércoles de Ceniza -acompañado del ayuno y la abstinencia- manifiesta el propósito de caminar decididamente hacia la Pascua.
Ese recorrido pasa por la Conversión y la Penitencia.
Otra explicación es que el uso de la ceniza era una forma que en la antigüedad servía para reconocer que el hombre sin Dios era como polvo.
Que el hombre sin Dios, al morir, se vuelve polvo y no resucita a la vida eterna.
La ceniza como símbolo de conversión, no trata de que se hagan simples actos de mortificación, sino de lograr un cambio radical de la existencia humana, de la opción fundamental que da sentido a la vida.
Tomado de El diario de Sonora.
¿Por qué un miércoles?
Cuando en el siglo IV se fijó la duración de la Cuaresma en 40 días, ésta iniciaba seis semanas antes de Pascua. Un domingo al que llamaban domingo de cuadragésima.
En los siglos VI y VII el ayuno tuvo gran importancia como práctica cuaresmal. Pero surge un inconveniente; desde los orígenes nunca se había privado de alimentos los domingos por ser un día de fiesta, la Celebración del Señor.
Así que se pensó cómo hacer para respetar el domingo y, a la vez, tener 40 días de ayuno. De esa manera, se pasó el comienzo de la Cuaresma al miércoles previo a ese primer domingo.
Si se cuentan los días que van desde el Miércoles de Ceniza al Sábado Santo y resta los seis domingos, dará exactamente cuarenta días.
La iglesia sigue esta arraigada costumbre del pueblo cristiano y comienza la Cuaresma el miércoles de Ceniza, según la explicación que da un grupo de cristianos que evangeliza a través de la red desde 1996.
¿Por qué ceniza?
De acuerdo a las citas bíblicas (Jonás 3, 6; Judit 4,11; Jeremías, 6, 26) la ceniza es un signo de penitencia. Siguiendo esta tradición, en la iglesia primitiva eran rociados con cenizas los penitentes públicos como parte del rito de reconciliación.
Al desaparecer la penitencia pública, la iglesia conservó ese rito, es decir, el mismo gesto penitencial para todos los cristianos.
En la tradición judía, el símbolo de rociarse la cabeza con cenizas manifestaba el arrepentimiento y la voluntad de convertirse: la ceniza como signo de fragilidad del hombre, de la brevedad de la vida.
De acuerdo a los señalamientos bíblicos, el pueblo de Dios tiene un particular aprecio por el Miércoles de Ceniza -acompañado del ayuno y la abstinencia- manifiesta el propósito de caminar decididamente hacia la Pascua.
Ese recorrido pasa por la Conversión y la Penitencia.
Otra explicación es que el uso de la ceniza era una forma que en la antigüedad servía para reconocer que el hombre sin Dios era como polvo.
Que el hombre sin Dios, al morir, se vuelve polvo y no resucita a la vida eterna.
La ceniza como símbolo de conversión, no trata de que se hagan simples actos de mortificación, sino de lograr un cambio radical de la existencia humana, de la opción fundamental que da sentido a la vida.
Tomado de El diario de Sonora.