¡Aguántense! La Comisión de Asuntos Hacendarios le metió turbo al expediente 25.295, el cuarto presupuesto extraordinario de este 2025. Parece que el gobierno tuvo que moverle la lana a varios sectores para llegar a fin de mes, y la jugada salió con transferencia desde el MOPT. Pero díganme, ¿hasta dónde estamos dispuestos a llegar para cubrir huecos?
La movida es simple: sacar unos colones del Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT) para inyectarle aire al Régimen No Contributivo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). En concreto, hablamos de mil quinientos millones de colones. Según Hacienda, esto asegura que los jubilados y pensionistas de bajos recursos reciban sus pagos a tiempo, evitandoles esos dolores de cabeza que nadie quiere tener.
Pero la cosa se puso más picante cuando apareció el viceministro de Hacienda, Luis Molina, junto con el ministro de Trabajo, Andrés Romero. Ahí nos soltaron la bomba: van a cambiar el destino de otros trece cientos millones de colones, que originalmente estaban pensados para pagar a exestibadores afectados por la apertura de los muelles de Limón y Moín. ¡Imagínense el revuelo!
Parece que hubo un problema con los pagos a estos trabajadores: resultan que más de doscientas personas ya cruzaron al otro lado. Eso complicó el proceso legal y los jueces no dieron abasto para resolver todos los casos este año. Entonces, decidieron redireccionar ese dinero hacia otra área que necesita urgentemente apoyo.
Y ¿adónde va ahora ese dinero, se preguntarán? Directo al Ministerio de Educación Pública (MEP), específicamente para fortalecer los comedores escolares durante el mes de diciembre. Una medida que suena bastante bien, considerando la importancia de asegurar que los niños tengan acceso a una alimentación nutritiva, especialmente en estas fechas. Aunque algunos dirían que es parchear la gotera en vez de arreglar el techo.
La decisión, aprobada rápidamente en la Comisión, ya pasó al Plenario para que se vote en los próximos días. Hay prisa, porque necesitan aprobarlo cuanto antes para que los fondos lleguen a donde tienen que ir. Como siempre, habrá debate, acusaciones cruzadas y quizás alguna que otra sorpresa de última hora. El MOPT, claro, no se quedó callado. Hablan de proyectos inconclusos y de cómo esta transferencia afectará su capacidad para cumplir con sus obligaciones.
De los dos mil ochocientos millones que se sacan del MOPT, mil doscientos cincuenta millones estaban destinados a indemnizaciones por otras causas, y otros ochocientos noventa y un millones iban para comprar terrenos para la nueva carretera a San Carlos. Este proyecto, como muchos otros en Costa Rica, parece que nunca termina. Uno se pregunta si algún día vamos a ver terminado ese tramo de carretera o seguirá siendo un chunche eterno.
Así que ahí tenemos la situación: plata que cambia de manos, compromisos incumplidos y una promesa de alimentar a los niños. Un brete sí que nos cayó encima, ¿verdad? Ahora me pregunto, compañeros del Foro, ¿creen que el Gobierno está priorizando correctamente los recursos, o simplemente buscando soluciones rápidas a problemas estructurales más profundos? ¡Den su opinión!
La movida es simple: sacar unos colones del Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT) para inyectarle aire al Régimen No Contributivo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). En concreto, hablamos de mil quinientos millones de colones. Según Hacienda, esto asegura que los jubilados y pensionistas de bajos recursos reciban sus pagos a tiempo, evitandoles esos dolores de cabeza que nadie quiere tener.
Pero la cosa se puso más picante cuando apareció el viceministro de Hacienda, Luis Molina, junto con el ministro de Trabajo, Andrés Romero. Ahí nos soltaron la bomba: van a cambiar el destino de otros trece cientos millones de colones, que originalmente estaban pensados para pagar a exestibadores afectados por la apertura de los muelles de Limón y Moín. ¡Imagínense el revuelo!
Parece que hubo un problema con los pagos a estos trabajadores: resultan que más de doscientas personas ya cruzaron al otro lado. Eso complicó el proceso legal y los jueces no dieron abasto para resolver todos los casos este año. Entonces, decidieron redireccionar ese dinero hacia otra área que necesita urgentemente apoyo.
Y ¿adónde va ahora ese dinero, se preguntarán? Directo al Ministerio de Educación Pública (MEP), específicamente para fortalecer los comedores escolares durante el mes de diciembre. Una medida que suena bastante bien, considerando la importancia de asegurar que los niños tengan acceso a una alimentación nutritiva, especialmente en estas fechas. Aunque algunos dirían que es parchear la gotera en vez de arreglar el techo.
La decisión, aprobada rápidamente en la Comisión, ya pasó al Plenario para que se vote en los próximos días. Hay prisa, porque necesitan aprobarlo cuanto antes para que los fondos lleguen a donde tienen que ir. Como siempre, habrá debate, acusaciones cruzadas y quizás alguna que otra sorpresa de última hora. El MOPT, claro, no se quedó callado. Hablan de proyectos inconclusos y de cómo esta transferencia afectará su capacidad para cumplir con sus obligaciones.
De los dos mil ochocientos millones que se sacan del MOPT, mil doscientos cincuenta millones estaban destinados a indemnizaciones por otras causas, y otros ochocientos noventa y un millones iban para comprar terrenos para la nueva carretera a San Carlos. Este proyecto, como muchos otros en Costa Rica, parece que nunca termina. Uno se pregunta si algún día vamos a ver terminado ese tramo de carretera o seguirá siendo un chunche eterno.
Así que ahí tenemos la situación: plata que cambia de manos, compromisos incumplidos y una promesa de alimentar a los niños. Un brete sí que nos cayó encima, ¿verdad? Ahora me pregunto, compañeros del Foro, ¿creen que el Gobierno está priorizando correctamente los recursos, o simplemente buscando soluciones rápidas a problemas estructurales más profundos? ¡Den su opinión!