Ay, mi gente, que andamos todos obsesionados con la proteína. De repente, te vas al Super Mercado y todo tiene “alto contenido de proteína”: desde el pan hasta el café. Influencers en TikTok dando cátedra de cómo meterle más proteína a cada bocado… ¡qué carga!
La verdad, la proteína es importante, claro. Ayuda a construir músculo, te mantiene lleno más tiempo para no andar picoteando cada cinco minutos y, en teoría, contribuye a bajar peso. Pero pa' todo hay un pero, diay. ¿Será que nos hemos vuelto unos fanáticos locos de la proteína y estamos descuidando a otra reina fundamental en nuestra alimentación: la fibra?
Miren, la proteína la encontramos en la carne magrita, el pescado fresco, nueces crujientes y esos huevos que tanto nos gustan. Expertos como la Dra. Emma Beckett, de la Universidad de Gales, explican que las enzimas de nuestro cuerpo la descomponen en aminoácidos, que luego organiza para construir y reparar nuestros tejidos. Más de 20 mil proteínas tenemos en el cuerpo, haciendo cositas esenciales, desde transportar oxígeno hasta mantener nuestra piel bonita. Y ojo, si no llegamos a obtener suficiente proteína, ¡el cuerpo empieza a ‘chuparle’ nutrientes de los músculos para sobrevivir! Eso sí que es una bronca.
Pero, ahí viene el giro. El asunto es que enfocarse DEMASIADO en la proteína puede ser contraproducente. Nuestra abuela siempre decía: 'Loza y cariñito', y eso aplica a la alimentación también. Demasiado de cualquier cosa te hace daño. Según la Fundación Británica del Corazón, un adulto necesita alrededor de 0,75 gramos de proteína por kilo de peso corporal al día. Un mae promedio, unos 55 gramos, una flaca, unos 45. Mas allá de eso, ¿para qué sufrirse?
La fibra, esa olvidona, es vital para mantenernos funcionando como buenos relojes. Como dice el Dr. Karan Rajan, cirujano inglés, la fibra actúa como una escobita dentro de nuestras tripas, limpiando todo y previniendo el estreñimiento. Además, las bacterias buenas de nuestro intestino la aman y producen sustancias que reducen la inflamación. Comer fibra regularmente disminuye el riesgo de problemas graves como infartos, golpes y hasta diabetes. El gobierno británico recomienda 30 gramos de fibra al día… ¡la mayoría ni a 10 llegamos, diay!
Ahora, ¿por qué tanta moda de la proteína? Bueno, quizás porque los resultados son más visibles. Ver tus músculos crecer es más motivador que sentirte regular porque estás comiendo fibra. Paul Kita, de Men’s Health, hizo un experimento comiéndose productos cargados de proteína por tres semanas y admitió que se sintió fatal. ¡Aumento de pecho incluido! Y Scott Dicker, de Spins, señala que algunas empresas están aprovechándose del boom de la proteína para inflar precios y vender productos procesados que no valen ni la pena.
Estamos hablando de un mercado multimillonario, mis panas. Se estima que el mercado global de proteína en polvo llegará a 19.3 billones de dólares para 2030. Las modas en redes sociales, como la “optimización de proteína”, no hacen más que alimentar este fenómeno. Lo peor es que la gente cree que agregarle una cucharadita de proteína en polvo a cualquier cosa la convierte en un súper alimento... ¡qué despiche!
Así que, la gran pregunta es: ¿Estamos dejando la fibra en el olvido en nuestra búsqueda desenfrenada por la proteína? ¿Deberíamos darle más importancia a una dieta balanceada, rica en frutas, verduras y cereales integrales, en lugar de depender de batidos y barras llenas de ingredientes artificiales? Dime tú, ¿crees que la obsesión por la proteína está siendo exagerada o es la clave para una vida más saludable? ¡Déjame tus comentarios en el foro!
La verdad, la proteína es importante, claro. Ayuda a construir músculo, te mantiene lleno más tiempo para no andar picoteando cada cinco minutos y, en teoría, contribuye a bajar peso. Pero pa' todo hay un pero, diay. ¿Será que nos hemos vuelto unos fanáticos locos de la proteína y estamos descuidando a otra reina fundamental en nuestra alimentación: la fibra?
Miren, la proteína la encontramos en la carne magrita, el pescado fresco, nueces crujientes y esos huevos que tanto nos gustan. Expertos como la Dra. Emma Beckett, de la Universidad de Gales, explican que las enzimas de nuestro cuerpo la descomponen en aminoácidos, que luego organiza para construir y reparar nuestros tejidos. Más de 20 mil proteínas tenemos en el cuerpo, haciendo cositas esenciales, desde transportar oxígeno hasta mantener nuestra piel bonita. Y ojo, si no llegamos a obtener suficiente proteína, ¡el cuerpo empieza a ‘chuparle’ nutrientes de los músculos para sobrevivir! Eso sí que es una bronca.
Pero, ahí viene el giro. El asunto es que enfocarse DEMASIADO en la proteína puede ser contraproducente. Nuestra abuela siempre decía: 'Loza y cariñito', y eso aplica a la alimentación también. Demasiado de cualquier cosa te hace daño. Según la Fundación Británica del Corazón, un adulto necesita alrededor de 0,75 gramos de proteína por kilo de peso corporal al día. Un mae promedio, unos 55 gramos, una flaca, unos 45. Mas allá de eso, ¿para qué sufrirse?
La fibra, esa olvidona, es vital para mantenernos funcionando como buenos relojes. Como dice el Dr. Karan Rajan, cirujano inglés, la fibra actúa como una escobita dentro de nuestras tripas, limpiando todo y previniendo el estreñimiento. Además, las bacterias buenas de nuestro intestino la aman y producen sustancias que reducen la inflamación. Comer fibra regularmente disminuye el riesgo de problemas graves como infartos, golpes y hasta diabetes. El gobierno británico recomienda 30 gramos de fibra al día… ¡la mayoría ni a 10 llegamos, diay!
Ahora, ¿por qué tanta moda de la proteína? Bueno, quizás porque los resultados son más visibles. Ver tus músculos crecer es más motivador que sentirte regular porque estás comiendo fibra. Paul Kita, de Men’s Health, hizo un experimento comiéndose productos cargados de proteína por tres semanas y admitió que se sintió fatal. ¡Aumento de pecho incluido! Y Scott Dicker, de Spins, señala que algunas empresas están aprovechándose del boom de la proteína para inflar precios y vender productos procesados que no valen ni la pena.
Estamos hablando de un mercado multimillonario, mis panas. Se estima que el mercado global de proteína en polvo llegará a 19.3 billones de dólares para 2030. Las modas en redes sociales, como la “optimización de proteína”, no hacen más que alimentar este fenómeno. Lo peor es que la gente cree que agregarle una cucharadita de proteína en polvo a cualquier cosa la convierte en un súper alimento... ¡qué despiche!
Así que, la gran pregunta es: ¿Estamos dejando la fibra en el olvido en nuestra búsqueda desenfrenada por la proteína? ¿Deberíamos darle más importancia a una dieta balanceada, rica en frutas, verduras y cereales integrales, en lugar de depender de batidos y barras llenas de ingredientes artificiales? Dime tú, ¿crees que la obsesión por la proteína está siendo exagerada o es la clave para una vida más saludable? ¡Déjame tus comentarios en el foro!