Maes, si alguna vez les toca ir a recoger medicamentos a la farmacia del Hospital Monseñor Sanabria, en el Puerto, no se asusten si ven un chunche medio robótico despachando las recetas. No, no es que se equivocaron de película y cayeron en una de ciencia ficción; es que el hospital se puso las pilas y ahora tiene un sistema semiautomatizado que es el primero de toda la Caja. ¡Qué chiva! La vara es que esta tecnología puede preparar más de 1.200 paquetes de medicamentos al día, una cantidad salvaje que promete bajarle un montón a esas filas eternas que todos nos hemos tenido que comer alguna vez.
Claro, como en todo estreno tecnológico en Costa Rica, no todo fue color de rosa al principio. Hace unos días, la gente de Undeca (el sindicato) pegó el grito al cielo y denunció que el sistema estaba de adorno. El problema, según ellos, era un despiche de compatibilidad: el robot no se hablaba con el nuevo sistema informático de la Caja, el famoso ERP-SAP. Imagínense el colocho: tener un chunche carísimo que no puede hacer su brete porque el software no le da la gana. Pero diay, parece que ya le encontraron la vuelta al asunto, porque las autoridades del hospital salieron a decir que tranquilos todos, que el robot ya está sudando la camiseta y atendiendo con total normalidad. Un susto que, por dicha, no pasó a más.
Pero bueno, ¿y cómo funciona esta vara? La verdad es que es un nivel. No es un solo robot, sino todo un equipo. Para los pacientes que están internados, hay unos bichillos tecnológicos (con nombres finos como Calypso y Pegasus) que se encargan de una tarea clave: reempacar las medicinas en unidosis. O sea, agarran la pastilla, la meten en su bolsita individual con un código de barras único para que no haya quite. Trazabilidad pura y dura para evitar errores. ¡Qué carga la precisión de ese sistema! Para los que vamos a consulta externa o emergencias, hay otro robot llamado Medistore, que funciona básicamente como una máquina de vending de lujo para medicamentos. Almacena todo y lo entrega rapidísimo cuando el farmacéutico lo pide.
La gran promesa detrás de todo este aparataje es bastante clara y, si funciona como dicen, es para aplaudir. Ivette Aguilera, la jefa de Farmacia, lo explicó súper bien: la idea es liberar al personal de esas tareas repetitivas y mecánicas para que puedan enfocarse en lo que de verdad importa: darle una atención más personalizada y humana a la gente. Todos hemos estado ahí, pegados por horas en la farmacia de la Caja, y sabemos que cualquier cosa que agilice ese proceso es una bendición. Si esta tecnología logra que los tiempos de espera bajen y que el control del inventario sea más eficiente, la atención va a quedar a cachete, y eso es un gane para todos.
Al final, aunque al principio hubo su enredo con la integración del sistema, parece que la iniciativa va caminando y es un paso enorme para modernizar la Caja. Puntarenas se convirtió en el laboratorio de un experimento que podría cambiar las reglas del juego para miles de pacientes. Ahora la pregunta del millón queda en el aire para nosotros, los usuarios del día a día: ¿Creen que esta tecnología es la verdadera solución para las filas interminables en las farmacias de la CCSS? ¿O es solo un lujo para un hospital mientras los demás siguen "a pata"? ¿Llegará esto a todo el país o se quedará como un plan piloto tuanis y ya? ¡Los leo en los comentarios!
Claro, como en todo estreno tecnológico en Costa Rica, no todo fue color de rosa al principio. Hace unos días, la gente de Undeca (el sindicato) pegó el grito al cielo y denunció que el sistema estaba de adorno. El problema, según ellos, era un despiche de compatibilidad: el robot no se hablaba con el nuevo sistema informático de la Caja, el famoso ERP-SAP. Imagínense el colocho: tener un chunche carísimo que no puede hacer su brete porque el software no le da la gana. Pero diay, parece que ya le encontraron la vuelta al asunto, porque las autoridades del hospital salieron a decir que tranquilos todos, que el robot ya está sudando la camiseta y atendiendo con total normalidad. Un susto que, por dicha, no pasó a más.
Pero bueno, ¿y cómo funciona esta vara? La verdad es que es un nivel. No es un solo robot, sino todo un equipo. Para los pacientes que están internados, hay unos bichillos tecnológicos (con nombres finos como Calypso y Pegasus) que se encargan de una tarea clave: reempacar las medicinas en unidosis. O sea, agarran la pastilla, la meten en su bolsita individual con un código de barras único para que no haya quite. Trazabilidad pura y dura para evitar errores. ¡Qué carga la precisión de ese sistema! Para los que vamos a consulta externa o emergencias, hay otro robot llamado Medistore, que funciona básicamente como una máquina de vending de lujo para medicamentos. Almacena todo y lo entrega rapidísimo cuando el farmacéutico lo pide.
La gran promesa detrás de todo este aparataje es bastante clara y, si funciona como dicen, es para aplaudir. Ivette Aguilera, la jefa de Farmacia, lo explicó súper bien: la idea es liberar al personal de esas tareas repetitivas y mecánicas para que puedan enfocarse en lo que de verdad importa: darle una atención más personalizada y humana a la gente. Todos hemos estado ahí, pegados por horas en la farmacia de la Caja, y sabemos que cualquier cosa que agilice ese proceso es una bendición. Si esta tecnología logra que los tiempos de espera bajen y que el control del inventario sea más eficiente, la atención va a quedar a cachete, y eso es un gane para todos.
Al final, aunque al principio hubo su enredo con la integración del sistema, parece que la iniciativa va caminando y es un paso enorme para modernizar la Caja. Puntarenas se convirtió en el laboratorio de un experimento que podría cambiar las reglas del juego para miles de pacientes. Ahora la pregunta del millón queda en el aire para nosotros, los usuarios del día a día: ¿Creen que esta tecnología es la verdadera solución para las filas interminables en las farmacias de la CCSS? ¿O es solo un lujo para un hospital mientras los demás siguen "a pata"? ¿Llegará esto a todo el país o se quedará como un plan piloto tuanis y ya? ¡Los leo en los comentarios!