¡Ay, Dios mío! Quién iba a decir que íbamos a ver al maestro Jacob Collier, ese musiquero de talla mundial, soltándose el lujo de tocar nuestro himno nacional. El parque estaba que ardía, literal, cuando el tipo, sentado al piano y lucido con nuestra banderita colgada al cuello, empezó a sacar unas notas que te erizaban hasta los pelos del brazo. De verdad, ¡qué cargón!
Para los que andan despistados, Jacob Collier, ese chamaquito prodigio musical, llegó al país con su espectáculo y, como parte del show, decidió hacerle un homenaje a Costa Rica que nos dejó boquiabiertos. Ya saben, este man es un fenómeno, compone, produce, toca como si tuviera mil dedos... y ahora también canta en tikonés, ¡dios mío! La Orquesta Filarmónica de Costa Rica, dirigidos por el siempre puntual Marvin Araya, acompañó la interpretación, elevándola a otro nivel.
El ambiente era pura magia, se sentía la emoción corriendo por todas partes. Yo estaba ahí, metidísimo en el brete, tratando de capturar el momento con mi celular, pero igual me perdí de tanta impresión. Se escuchaba al público cantando a coro, agarrándose la garganta con el fervor de un partido de Liga Deportiva Alajuelense final. ¡Hasta Don Nacho, que anda haciendo videos para TikTok, se quedó con la boca abierta!
Y hablando de redes sociales, el video se viralizó rapidísimo, claro que sí. En cuanto salió, explotó en Facebook, Instagram, Twitter… hasta mi abuela, que nunca ha usado internet, me llamó preguntando qué había pasado. Todo mundo comentando, compartiendo, diciendo qué padre que un artista de esa categoría reconozca y celebre nuestra cultura. Este tipo entendió totalmente el tingo de estar acá.
Muchos recuerdan que hace unos años algunos artistas internacionales intentaron cantar canciones tradicionales nuestras y terminaron haciéndonos la vaca. Pero Collier, él sí que le puso el corazón al asunto. No fue solo un intento superficial, sino una demostración genuina de respeto y admiración por nuestra identidad. Pura vida, ¡este man sabe lo que hace! Le pone ganas y eso se nota.
Marvin Araya, el director de la orquesta, visiblemente emocionado, no dejaba de sonreír mientras observaba a Collier. Uno podía sentir que el orgullo nacional se le disparaba por las venas. De hecho, varios músicos de la orquesta grabaron pequeños videos para sus redes sociales expresando su admiración y agradecimiento al artista. Un momento histórico, dirían algunos; yo digo, ¡una verdadera chivada!
Este episodio nos recuerda lo importante que es valorar y preservar nuestras tradiciones musicales. A veces, nos enfocamos tanto en lo moderno y globalizado que olvidamos nuestros propios tesoros. Que bueno que alguien como Jacob Collier venga y nos sirva de recordatorio, mostrándole al mundo entero que Costa Rica tiene mucho que ofrecer, desde sus volcanes hasta su música tradicional. ¡Que nivel tener a un artista así celebrando nuestra vara!
En fin, un momento inolvidable para todos los costarricenses. Ahora bien, ¿creen ustedes que este gesto de Jacob Collier puede inspirar a otros artistas internacionales a explorar la riqueza de nuestra música folclórica? ¿O será esto un caso aislado?
Para los que andan despistados, Jacob Collier, ese chamaquito prodigio musical, llegó al país con su espectáculo y, como parte del show, decidió hacerle un homenaje a Costa Rica que nos dejó boquiabiertos. Ya saben, este man es un fenómeno, compone, produce, toca como si tuviera mil dedos... y ahora también canta en tikonés, ¡dios mío! La Orquesta Filarmónica de Costa Rica, dirigidos por el siempre puntual Marvin Araya, acompañó la interpretación, elevándola a otro nivel.
El ambiente era pura magia, se sentía la emoción corriendo por todas partes. Yo estaba ahí, metidísimo en el brete, tratando de capturar el momento con mi celular, pero igual me perdí de tanta impresión. Se escuchaba al público cantando a coro, agarrándose la garganta con el fervor de un partido de Liga Deportiva Alajuelense final. ¡Hasta Don Nacho, que anda haciendo videos para TikTok, se quedó con la boca abierta!
Y hablando de redes sociales, el video se viralizó rapidísimo, claro que sí. En cuanto salió, explotó en Facebook, Instagram, Twitter… hasta mi abuela, que nunca ha usado internet, me llamó preguntando qué había pasado. Todo mundo comentando, compartiendo, diciendo qué padre que un artista de esa categoría reconozca y celebre nuestra cultura. Este tipo entendió totalmente el tingo de estar acá.
Muchos recuerdan que hace unos años algunos artistas internacionales intentaron cantar canciones tradicionales nuestras y terminaron haciéndonos la vaca. Pero Collier, él sí que le puso el corazón al asunto. No fue solo un intento superficial, sino una demostración genuina de respeto y admiración por nuestra identidad. Pura vida, ¡este man sabe lo que hace! Le pone ganas y eso se nota.
Marvin Araya, el director de la orquesta, visiblemente emocionado, no dejaba de sonreír mientras observaba a Collier. Uno podía sentir que el orgullo nacional se le disparaba por las venas. De hecho, varios músicos de la orquesta grabaron pequeños videos para sus redes sociales expresando su admiración y agradecimiento al artista. Un momento histórico, dirían algunos; yo digo, ¡una verdadera chivada!
Este episodio nos recuerda lo importante que es valorar y preservar nuestras tradiciones musicales. A veces, nos enfocamos tanto en lo moderno y globalizado que olvidamos nuestros propios tesoros. Que bueno que alguien como Jacob Collier venga y nos sirva de recordatorio, mostrándole al mundo entero que Costa Rica tiene mucho que ofrecer, desde sus volcanes hasta su música tradicional. ¡Que nivel tener a un artista así celebrando nuestra vara!
En fin, un momento inolvidable para todos los costarricenses. Ahora bien, ¿creen ustedes que este gesto de Jacob Collier puede inspirar a otros artistas internacionales a explorar la riqueza de nuestra música folclórica? ¿O será esto un caso aislado?
