¡Aguante, pura vida! Después de batallar y andar con chiripa, parece que la cosa se puso buena para los productores nacionales. Resulta que el presi Trump, justo cuando todos pensábamos que ya iba a hacer cualquier mamarracha, firmó la orden pa’ quitarle los aranceles a varios productos agrícolas que le vendemos a Estados Unidos. No es que nos ganamos la lotería, pero sí es un respiro bien gordo, digámoslo así.
Ahora, pa' entender la magnitud de esto, hay que recordar que estos aranceles estaban metidos en leyes tipo la de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, esas que sacan cuando quieren justificar que les están cobrando extra porque supuestamente Estados Unidos se queda corto en el negocio. Han andado dando vueltas este asunto desde abril, con charlas y monitoreo constante, pero ahora sí, parece que llegaron a un acuerdo y la cosa se definió.
En la lista que publicaron en la Casa Blanca aparecen varias varas que le ponen sabor a nuestras exportaciones: el café, obvio, ese que nos hace famosos; el banano, nuestro rey tropical; la piña procesada, que va directa a las mesas de los gringos; cacao, chayote, cítricos y jugos, yuca… ¡una chimba de productos! Además de eso, también se incluyen carnes, especias y otras frutas que allá no producen, así que ahí tenemos una oportunidad de oro para demostrarles qué tal hacemos las cosas por acá.
La verdad, esto no es magia, ni tampoco es que Trump nos tenga devoción. Es más bien que él mismo necesita esos productos. El decreto explica que, viendo cómo anda la cosa con la demanda interna y la producción local en Estados Unidos, “es necesario y apropiado” ajustar estas tarifas. En cristiano, que ellos necesitan nuestros productos pa’ llenar huecos y bajar precios. Así que, aunque suene a favor nuestro, la realidad es que ellos también salen ganando.
Desde la medianoche de ayer, la nueva normativa está vigente. Ya se puede consultar el decreto completo online – si alguien se anima a leerlo entero, ¡que me diga después qué onda! Pero básicamente, lo que dice es que se eliminan los aranceles para estos productos, permitiéndonos venderlos directamente al mercado estadounidense con mejores condiciones y, esperemos, con precios más competitivos. Esto podría significar un empujón importante para muchos agricultores y empresas locales que dependen de estas exportaciones.
Muchos analistas dicen que esto es parte de un movimiento más amplio en la política comercial de Estados Unidos, tratando de renegociar acuerdos y buscar nuevas fuentes de suministro. Lo que sí es seguro es que para nosotros representa una oportunidad valiosa, especialmente en momentos en que la economía mundial está tan patas arriba. Imaginemos cuánto podría crecer nuestra agroindustria si logramos aprovechar al máximo esta ventana. A ver si los ministerios y los gremios dejan de pelearse y empiezan a trabajar juntos para sacar provecho de esto, ¡porfa!
Ahora, claro, no todo es color de rosa. Hay que estar ojo avizor y ver cómo evolucionan las cosas, porque el mundo cambia rápido y lo que hoy es bueno mañana puede ser diferente. Además, hay que asegurarnos de que los pequeños productores también se beneficien de esto, y no solo las grandes empresas que tienen contactos y recursos. Porque sino, nomás terminaremos regalándole la oportunidad a unos cuantos pelones y dejando atrás a quienes realmente la necesitan.
Considerando todo esto, ¿ustedes creen que el gobierno debería implementar alguna estrategia específica para maximizar los beneficios de esta eliminación de aranceles? ¿O simplemente esperamos a ver qué pasa y rezamos porque salga bien? ¡Denme su opinión en el foro, quiero saber qué piensan mis compas!
Ahora, pa' entender la magnitud de esto, hay que recordar que estos aranceles estaban metidos en leyes tipo la de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, esas que sacan cuando quieren justificar que les están cobrando extra porque supuestamente Estados Unidos se queda corto en el negocio. Han andado dando vueltas este asunto desde abril, con charlas y monitoreo constante, pero ahora sí, parece que llegaron a un acuerdo y la cosa se definió.
En la lista que publicaron en la Casa Blanca aparecen varias varas que le ponen sabor a nuestras exportaciones: el café, obvio, ese que nos hace famosos; el banano, nuestro rey tropical; la piña procesada, que va directa a las mesas de los gringos; cacao, chayote, cítricos y jugos, yuca… ¡una chimba de productos! Además de eso, también se incluyen carnes, especias y otras frutas que allá no producen, así que ahí tenemos una oportunidad de oro para demostrarles qué tal hacemos las cosas por acá.
La verdad, esto no es magia, ni tampoco es que Trump nos tenga devoción. Es más bien que él mismo necesita esos productos. El decreto explica que, viendo cómo anda la cosa con la demanda interna y la producción local en Estados Unidos, “es necesario y apropiado” ajustar estas tarifas. En cristiano, que ellos necesitan nuestros productos pa’ llenar huecos y bajar precios. Así que, aunque suene a favor nuestro, la realidad es que ellos también salen ganando.
Desde la medianoche de ayer, la nueva normativa está vigente. Ya se puede consultar el decreto completo online – si alguien se anima a leerlo entero, ¡que me diga después qué onda! Pero básicamente, lo que dice es que se eliminan los aranceles para estos productos, permitiéndonos venderlos directamente al mercado estadounidense con mejores condiciones y, esperemos, con precios más competitivos. Esto podría significar un empujón importante para muchos agricultores y empresas locales que dependen de estas exportaciones.
Muchos analistas dicen que esto es parte de un movimiento más amplio en la política comercial de Estados Unidos, tratando de renegociar acuerdos y buscar nuevas fuentes de suministro. Lo que sí es seguro es que para nosotros representa una oportunidad valiosa, especialmente en momentos en que la economía mundial está tan patas arriba. Imaginemos cuánto podría crecer nuestra agroindustria si logramos aprovechar al máximo esta ventana. A ver si los ministerios y los gremios dejan de pelearse y empiezan a trabajar juntos para sacar provecho de esto, ¡porfa!
Ahora, claro, no todo es color de rosa. Hay que estar ojo avizor y ver cómo evolucionan las cosas, porque el mundo cambia rápido y lo que hoy es bueno mañana puede ser diferente. Además, hay que asegurarnos de que los pequeños productores también se beneficien de esto, y no solo las grandes empresas que tienen contactos y recursos. Porque sino, nomás terminaremos regalándole la oportunidad a unos cuantos pelones y dejando atrás a quienes realmente la necesitan.
Considerando todo esto, ¿ustedes creen que el gobierno debería implementar alguna estrategia específica para maximizar los beneficios de esta eliminación de aranceles? ¿O simplemente esperamos a ver qué pasa y rezamos porque salga bien? ¡Denme su opinión en el foro, quiero saber qué piensan mis compas!