¡Ay, Dios mío! Se armó un zafacón en el Hospital México que ni pa' cuenta. Resulta que encontraron inconsistencias gordinflonas en los inventarios de fentanilo, morfina y otros cositas peligrosas. Al parecer, la implementación del nuevo sistema ERP-SAP ha dejado más preguntas que respuestas, y ahora la CCSS está tratando de desenredar este brete.
Según la información que nos llegó, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) asegura que estas diferencias no son por un faltante real, sino “únicamente” por problemas con las cargas de datos en los sistemas informáticos. ¡Unica! Pero eso no tranquiliza mucho, ¿verdad? Porque aunque digan que no hay sustraído físicamente, da qué pensar cómo se pudo llegar a esta situación. Parece que el cambio tecnológico dejó algunas varas flojas, mae.
Mónica Taylor, la presidenta ejecutiva de la CCSS, salió a dar declaraciones diciendo que los psicotrópicos nunca entraron en exceso, sino que el problema son las cargas de datos. Pero la verdad es que eso suena a echarle la culpa a la computadora, y nadie quiere asumir la responsabilidad. Deberían revisar bien esos procesos, porque esto puede tener consecuencias graves, especialmente cuando hablamos de medicamentos tan potentes.
Y claro, ahora tienen que analizar si vale la pena hacer otra toma física de inventario en todos los hospitales del país. Imagínate el trabajo, el tiempo y los recursos que eso implica. Y todo por un error en el sistema. ¡Qué torta! Pero dicen que van a implementar medidas para controlar mejor el fentanilo y otras sustancias peligrosas, creando una propuesta para estandarizar los procesos de resguardo, custodia y prescripción. Esperemos que esta vez sí le pongan empeño.
El plan que proponen busca asegurar el resguardo seguro del fentanilo, con condiciones adecuadas de almacenamiento y control de acceso; garantizar la trazabilidad del medicamento desde que llega hasta que se dispensa; estandarizar la prescripción bajo criterios clínicos; y controlar el medicamento después de que sale de la farmacia. Suenan bonito los planes en papel, pero necesitamos ver resultados concretos y rápidos, porque esto no es un juego. La seguridad de los pacientes está en riesgo.
Para lograr todo esto, quieren establecer controles más estrictos en todos los niveles de atención, desde la farmacia hasta la aplicación del medicamento. Además, planean hacer auditorías internas y supervisar a los profesionales de la salud. Ojalá esta vez sí logren ponerle freno a cualquier intento de desvío o uso indebido de estos fármacos. Que no sea otro caso de corrupción o negligencia que termine afectando a los pacientes más vulnerables.
Pero la gran pregunta es: ¿cómo es posible que un sistema informático genere tantos errores en el registro de medicamentos tan sensibles? ¿Alguien revisó bien el programa antes de implementarlo? ¿Se capacitó adecuadamente al personal encargado de manejarlo? Estas son algunas de las interrogantes que debemos hacernos. Y también, ¿qué medidas tomarán para evitar que esto vuelva a ocurrir en el futuro?
En fin, este caso del Hospital México nos deja varias reflexiones sobre la importancia de invertir en tecnología adecuada y capacitar al personal de forma eficiente. Pero sobre todo, nos recuerda que la salud pública es un asunto serio que requiere de transparencia, responsabilidad y compromiso por parte de todos los involucrados. Ahora les pregunto, ¿creen que la CCSS realmente va a solucionar este problema de fondo, o simplemente estamos ante otra promesa vacía?
Según la información que nos llegó, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) asegura que estas diferencias no son por un faltante real, sino “únicamente” por problemas con las cargas de datos en los sistemas informáticos. ¡Unica! Pero eso no tranquiliza mucho, ¿verdad? Porque aunque digan que no hay sustraído físicamente, da qué pensar cómo se pudo llegar a esta situación. Parece que el cambio tecnológico dejó algunas varas flojas, mae.
Mónica Taylor, la presidenta ejecutiva de la CCSS, salió a dar declaraciones diciendo que los psicotrópicos nunca entraron en exceso, sino que el problema son las cargas de datos. Pero la verdad es que eso suena a echarle la culpa a la computadora, y nadie quiere asumir la responsabilidad. Deberían revisar bien esos procesos, porque esto puede tener consecuencias graves, especialmente cuando hablamos de medicamentos tan potentes.
Y claro, ahora tienen que analizar si vale la pena hacer otra toma física de inventario en todos los hospitales del país. Imagínate el trabajo, el tiempo y los recursos que eso implica. Y todo por un error en el sistema. ¡Qué torta! Pero dicen que van a implementar medidas para controlar mejor el fentanilo y otras sustancias peligrosas, creando una propuesta para estandarizar los procesos de resguardo, custodia y prescripción. Esperemos que esta vez sí le pongan empeño.
El plan que proponen busca asegurar el resguardo seguro del fentanilo, con condiciones adecuadas de almacenamiento y control de acceso; garantizar la trazabilidad del medicamento desde que llega hasta que se dispensa; estandarizar la prescripción bajo criterios clínicos; y controlar el medicamento después de que sale de la farmacia. Suenan bonito los planes en papel, pero necesitamos ver resultados concretos y rápidos, porque esto no es un juego. La seguridad de los pacientes está en riesgo.
Para lograr todo esto, quieren establecer controles más estrictos en todos los niveles de atención, desde la farmacia hasta la aplicación del medicamento. Además, planean hacer auditorías internas y supervisar a los profesionales de la salud. Ojalá esta vez sí logren ponerle freno a cualquier intento de desvío o uso indebido de estos fármacos. Que no sea otro caso de corrupción o negligencia que termine afectando a los pacientes más vulnerables.
Pero la gran pregunta es: ¿cómo es posible que un sistema informático genere tantos errores en el registro de medicamentos tan sensibles? ¿Alguien revisó bien el programa antes de implementarlo? ¿Se capacitó adecuadamente al personal encargado de manejarlo? Estas son algunas de las interrogantes que debemos hacernos. Y también, ¿qué medidas tomarán para evitar que esto vuelva a ocurrir en el futuro?
En fin, este caso del Hospital México nos deja varias reflexiones sobre la importancia de invertir en tecnología adecuada y capacitar al personal de forma eficiente. Pero sobre todo, nos recuerda que la salud pública es un asunto serio que requiere de transparencia, responsabilidad y compromiso por parte de todos los involucrados. Ahora les pregunto, ¿creen que la CCSS realmente va a solucionar este problema de fondo, o simplemente estamos ante otra promesa vacía?
