¡Ay, Dios mío, qué bronca! El Foro de Costa Rica amaneció hoy con una noticia que sacude hasta el café con leche: Mónica Araya, la exprimera dama del INS, soltó la bomba durante su comparecencia ante los diputados. Resulta que hubo presiones desde Casa Presidencial para echar al esposo de Patricia Navarro, la exministra de Comunicación. ¡Un verdadero chinchorreo!
La movida viene de atrás, como diríamos acá. Recordemos que Navarro tuvo que largarse del gabinete tras la fuga de unos audios comprometedores donde el Presidente, Rodrigo Chaves, hablaba con Christian Bulgarelli sobre contratos con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). En esos audios, el Presidente usó expresiones poco amigables, conocidas cariñosamente como ‘cariñitos’, que ahora la Fiscalía está revisando a fondo por el delito de concusión. ¡Esto se puso caliente rapidito!
Pero volviendo a la historia de Araya, la exprimera dama aseguró que se negó a mandar packing al esposo de Navarro, Pedro Cabrera, un bombero con 28 años de experiencia. Según sus declaraciones, recibieron la solicitud de echarlo, pero ella se plantó firme: “Me negué rotundamente a esa petición”. ¡Aquí hay compromiso, diay!
Lo curioso es que la solicitud vino de una sola persona, alguien del despacho presidencial, pero Araya prefirió mantener el nombre en secreto, alegando que es testigo en un caso que se va a ver la próxima semana en el Ministerio de Trabajo. “No me dijo que fue de parte del Presidente, pero sí que era imperante despedir al funcionario,” comentó Araya, dejando caer que la presión era considerable. Parece que algunos en casa quieren meter las manos donde no les toca.
Y la cosa no termina ahí, porque resulta que Héctor Chaves, el director del Cuerpo de Bomberos, ha sido una constante fuente de controversia. Ya en 2022, Araya y otros jerarcas del INS pidieron su renuncia debido a una investigación por supuesto peculado. Al parecer, en 2021, Chaves gastó $865 con plata pública para volar a una funcionaria. ¡Imagínate el bochorno, mael!
Además, se le investigaba por el uso indebido de vehículos oficiales y por posibles nombramientos irregulares. Pero Chaves se agarró a su puesto como lapa a la piedra, y entonces, según Araya, llegó la llamada del Presidente Chaves, indicándole que no se le podía tocar. ¡Uf, esto huele a chambritas y a gente protegiéndose a toda costa! Parece que algunos tienen carta blanca para hacer lo que quieran, y eso no es justo ni transparente.
Para colmo de males, Araya denunció que ha estado recibiendo amenazas en público, especialmente luego de su aparición en la Asamblea Legislativa. ¡Eso ya es pasarse de listo! Amenazar a alguien por decir la verdad es un acto cobarde y demuestra que algunos no toleran que se les desenmascare. Esperemos que las autoridades tomen cartas en el asunto y protejan a la exprimera dama. Este país necesita transparencia, no intimidación.
En fin, qué panorama, ¿verdad? Un escándalo tras otro, pruebas de presiones políticas y sospechas de corrupción en el INS y el Cuerpo de Bomberos. Con tanta maraña, uno se queda pensando... ¿Hasta dónde llegará esta novela? ¿Creen ustedes que el Presidente debería aclarar públicamente estas acusaciones y colaborar con las investigaciones para limpiar su imagen, o simplemente es otra cortina de humo para distraer la atención de problemas mayores? Dejen sus opiniones abajo, quiero saber qué piensan mis compas del Foro.
La movida viene de atrás, como diríamos acá. Recordemos que Navarro tuvo que largarse del gabinete tras la fuga de unos audios comprometedores donde el Presidente, Rodrigo Chaves, hablaba con Christian Bulgarelli sobre contratos con el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). En esos audios, el Presidente usó expresiones poco amigables, conocidas cariñosamente como ‘cariñitos’, que ahora la Fiscalía está revisando a fondo por el delito de concusión. ¡Esto se puso caliente rapidito!
Pero volviendo a la historia de Araya, la exprimera dama aseguró que se negó a mandar packing al esposo de Navarro, Pedro Cabrera, un bombero con 28 años de experiencia. Según sus declaraciones, recibieron la solicitud de echarlo, pero ella se plantó firme: “Me negué rotundamente a esa petición”. ¡Aquí hay compromiso, diay!
Lo curioso es que la solicitud vino de una sola persona, alguien del despacho presidencial, pero Araya prefirió mantener el nombre en secreto, alegando que es testigo en un caso que se va a ver la próxima semana en el Ministerio de Trabajo. “No me dijo que fue de parte del Presidente, pero sí que era imperante despedir al funcionario,” comentó Araya, dejando caer que la presión era considerable. Parece que algunos en casa quieren meter las manos donde no les toca.
Y la cosa no termina ahí, porque resulta que Héctor Chaves, el director del Cuerpo de Bomberos, ha sido una constante fuente de controversia. Ya en 2022, Araya y otros jerarcas del INS pidieron su renuncia debido a una investigación por supuesto peculado. Al parecer, en 2021, Chaves gastó $865 con plata pública para volar a una funcionaria. ¡Imagínate el bochorno, mael!
Además, se le investigaba por el uso indebido de vehículos oficiales y por posibles nombramientos irregulares. Pero Chaves se agarró a su puesto como lapa a la piedra, y entonces, según Araya, llegó la llamada del Presidente Chaves, indicándole que no se le podía tocar. ¡Uf, esto huele a chambritas y a gente protegiéndose a toda costa! Parece que algunos tienen carta blanca para hacer lo que quieran, y eso no es justo ni transparente.
Para colmo de males, Araya denunció que ha estado recibiendo amenazas en público, especialmente luego de su aparición en la Asamblea Legislativa. ¡Eso ya es pasarse de listo! Amenazar a alguien por decir la verdad es un acto cobarde y demuestra que algunos no toleran que se les desenmascare. Esperemos que las autoridades tomen cartas en el asunto y protejan a la exprimera dama. Este país necesita transparencia, no intimidación.
En fin, qué panorama, ¿verdad? Un escándalo tras otro, pruebas de presiones políticas y sospechas de corrupción en el INS y el Cuerpo de Bomberos. Con tanta maraña, uno se queda pensando... ¿Hasta dónde llegará esta novela? ¿Creen ustedes que el Presidente debería aclarar públicamente estas acusaciones y colaborar con las investigaciones para limpiar su imagen, o simplemente es otra cortina de humo para distraer la atención de problemas mayores? Dejen sus opiniones abajo, quiero saber qué piensan mis compas del Foro.
