¡Ay, Dios mío! El ambiente en el Congreso estaba que ardía ayer, pues la diputada Dinorah Barquero soltó la bomba sobre las acusaciones contra el oficialismo y Pilar Cisneros por encubrir posibles manejos turbios dentro del Instituto Nacional de Seguros (INS). Parece que las aguas se han puesto bien revueltas y la verdiblanca no se anduvo con rodeos para señalar lo que considera un intento de taparle el ojo a la realidad.
Todo comenzó con las declaraciones explosivas del exgerente general del INS, Luis Fernando Monge, quien reveló, en un foro legislativo, que se intentó meterle unos millones al puesto de bolsa de la institución, con la presión de un amigo cercano del Presidente Chaves, Federico Cruz, alias “Choreco”. ¡Imagínate el cuadro! Un mae influyente metiendo presión para mover fajos de billetes… ¡qué vara!
Según Monge, dos agentes de seguros externos, con fondos de origen cuestionable, estaban detrás de esta jugada. Él se guardó los nombres por precaución, pero dejó claro que lo que pasó huela a podrido. Además, contó que la entonces presidenta ejecutiva del INS, Gabriela Chacón, lo citó para recibir a unos personajes misteriosos, entre ellos, Diego Sánchez Silva, el famoso “Zar de los Reaseguros”, un tipo con bastante historia en Estados Unidos, involucrado en casos de soborno con el excontralor Carlos Pólit. ¡Y ahí, señores, aparece el tema Ecuador, conectando todo con negocios turbios en el extranjero!
La diputada Barquero no tardó en reaccionar, fustigando a Cisneros y al oficialismo por su silencio ante estas graves acusaciones. Según ella, “esto no es ni más ni menos que crimen organizado en las más altas esferas del gobierno”. ¡Qué torta! Esto ya va escalando niveles peligrosos, comentó varios presentes en el plenario. No se anda con chiquitas en esta coyuntura política.
Para colmo, el diputado oficialista Manuel Morales votó en contra de una propuesta para darle protección especial a Monge y a su familia, aumentando la sospecha de que hay intereses ocultos protegiendo a alguien. ¡Qué despropósito! La preocupación crece porque aparentemente hay quienes quieren silenciar la verdad y proteger sus propios intereses. La transparencia se siente lejos, muy lejos.
Los legisladores, conscientes de la sensibilidad del asunto, aprobaron una enmienda para enviar el acta completa del foro legislativo al Tribunal Penal, para que determinen si se trata de delitos que ameriten investigación. Esperemos que esto sirva para aclarar todas las dudas y llegar hasta el fondo del problema, porque la confianza ciudadana está en juego.
Esta situación nos recuerda, además, la importancia de fortalecer las instituciones de control y fiscalización, para evitar que estos casos se repitan. Necesitamos un sistema transparente y eficiente, donde los corruptos no tengan cabida y los ciudadanos puedan confiar en que sus representantes están trabajando honestamente por el bien del país. Ya hemos visto demasiadas veces cómo la corrupción puede erosionar la fe de la gente en sus gobernantes.
Ahora, la gran pregunta queda flotando en el aire: ¿Logrará el Tribunal Penal esclarecer completamente estos hechos y llevar a los responsables ante la justicia, o seguiremos viendo cómo la corrupción campa a sus anchas en Costa Rica? ¿Creen que se llegará al fondo de este escándalo, o será otro caso que quedará en el olvido?
Todo comenzó con las declaraciones explosivas del exgerente general del INS, Luis Fernando Monge, quien reveló, en un foro legislativo, que se intentó meterle unos millones al puesto de bolsa de la institución, con la presión de un amigo cercano del Presidente Chaves, Federico Cruz, alias “Choreco”. ¡Imagínate el cuadro! Un mae influyente metiendo presión para mover fajos de billetes… ¡qué vara!
Según Monge, dos agentes de seguros externos, con fondos de origen cuestionable, estaban detrás de esta jugada. Él se guardó los nombres por precaución, pero dejó claro que lo que pasó huela a podrido. Además, contó que la entonces presidenta ejecutiva del INS, Gabriela Chacón, lo citó para recibir a unos personajes misteriosos, entre ellos, Diego Sánchez Silva, el famoso “Zar de los Reaseguros”, un tipo con bastante historia en Estados Unidos, involucrado en casos de soborno con el excontralor Carlos Pólit. ¡Y ahí, señores, aparece el tema Ecuador, conectando todo con negocios turbios en el extranjero!
La diputada Barquero no tardó en reaccionar, fustigando a Cisneros y al oficialismo por su silencio ante estas graves acusaciones. Según ella, “esto no es ni más ni menos que crimen organizado en las más altas esferas del gobierno”. ¡Qué torta! Esto ya va escalando niveles peligrosos, comentó varios presentes en el plenario. No se anda con chiquitas en esta coyuntura política.
Para colmo, el diputado oficialista Manuel Morales votó en contra de una propuesta para darle protección especial a Monge y a su familia, aumentando la sospecha de que hay intereses ocultos protegiendo a alguien. ¡Qué despropósito! La preocupación crece porque aparentemente hay quienes quieren silenciar la verdad y proteger sus propios intereses. La transparencia se siente lejos, muy lejos.
Los legisladores, conscientes de la sensibilidad del asunto, aprobaron una enmienda para enviar el acta completa del foro legislativo al Tribunal Penal, para que determinen si se trata de delitos que ameriten investigación. Esperemos que esto sirva para aclarar todas las dudas y llegar hasta el fondo del problema, porque la confianza ciudadana está en juego.
Esta situación nos recuerda, además, la importancia de fortalecer las instituciones de control y fiscalización, para evitar que estos casos se repitan. Necesitamos un sistema transparente y eficiente, donde los corruptos no tengan cabida y los ciudadanos puedan confiar en que sus representantes están trabajando honestamente por el bien del país. Ya hemos visto demasiadas veces cómo la corrupción puede erosionar la fe de la gente en sus gobernantes.
Ahora, la gran pregunta queda flotando en el aire: ¿Logrará el Tribunal Penal esclarecer completamente estos hechos y llevar a los responsables ante la justicia, o seguiremos viendo cómo la corrupción campa a sus anchas en Costa Rica? ¿Creen que se llegará al fondo de este escándalo, o será otro caso que quedará en el olvido?