¡Ay, Dios mío, qué vara nos cayó encima! Parece que el ambiente en el Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT) anda más tenso que gallo en corral. La Unión Nacional de Oficiales de Tránsito y Afines (Unaotraa), ese sindicato que siempre defiende los derechos de nuestros oficiales, ha soltado un comunicado que te deja pensando: aseguran que les están dando balazos y que la dirigencia de la Policía de Tránsito está a la deriva.
La bronca, según explican en un oficio formal dirigido al ministro Efraím Zeledón, gira en torno a la falta de alguien que tome las riendas de la Dirección General de la Policía de Tránsito. Resulta que pusieron al viceministro Carlos Ávila como director suplente interino, pero luego, en una reunión con el sindicato, Ávila les tiró la bomba diciendo que estaba hasta arriba de trabajo y que no le alcanzaba el tiempo para asumir la dirección. ¡Imagínate la sorpresa!
Joselito Ureña, el secretario general de Unaotraa, cuenta que Ávila fue sincero, aunque un poco evasivo. Según Ureña, el viceministro le dijo que tenía demasiadas cosas que atender en su puesto y que por eso le sería difícil manejar la Policía de Tránsito como se debe. Lo que te digo, ¡una carga pa’ él!
Cuando CR Hoy le preguntó al viceministro Ávila sobre el asunto, este prefirió ponerle arena a la olla. Reconoció la reunión, sí, pero se escudó en que simplemente le había explicado que su nombramiento era temporal. Dijo que era para cubrir el Consejo de Personal de la Policía de Tránsito y que no era un nombramiento permanente. ¡Claro, claro! Eso suena a que quieren ganar tiempo, ¿verdad?
Pero el problema va más allá de la indefinición del director. El sindicato también ha echado luz sobre otro detalle turbio: aseguran que el actual subdirector de Tránsito, Martín Sánchez, no cumple con los requisitos mínimos legales para el puesto. Sánchez, por supuesto, salió a defenderse y dice que tiene todos los papeles en regla, avalados por Recursos Humanos del MOPT. ¡Pero ahí huele a changüey!, ¿qué estarán escondiendo?
Y no se acaba ahí, chiquillos. El oficio de Unaotraa pinta un panorama sombrío: dicen que hay desorden evidente, funcionarios metiéndose donde no les toca y tomando decisiones sin tener ni idea de lo que hacen. Que persiguen al oficial de tránsito humilde y trabajador, que faltan de todo y que algunos se abrogan facultades como si fueran dueños del mundo. ¡Qué despache, mae! Esto ya parece novela de televisión.
La verdad es que toda esta situación preocupa, porque afecta directamente la seguridad vial en nuestras carreteras. Una policía de tránsito sin rumbo fijo, con puestos vacíos y funcionarios cuestionados, no puede garantizar que estemos seguros al conducir. Además, hablan de una “barbarie” en las carreteras, con accidentes y muertes a diario. ¡Es hora de que alguien haga algo al respecto!
Ahora bien, con todo este circo mediático y las acusaciones volando de un lado a otro, me pregunto: ¿Cree usted que el gobierno realmente está tomando en serio las denuncias del sindicato, o simplemente están esperando a que la cosa se calme y todo vuelva a la normalidad? ¡Déjeme su opinión en el foro, quiero escucharla!
La bronca, según explican en un oficio formal dirigido al ministro Efraím Zeledón, gira en torno a la falta de alguien que tome las riendas de la Dirección General de la Policía de Tránsito. Resulta que pusieron al viceministro Carlos Ávila como director suplente interino, pero luego, en una reunión con el sindicato, Ávila les tiró la bomba diciendo que estaba hasta arriba de trabajo y que no le alcanzaba el tiempo para asumir la dirección. ¡Imagínate la sorpresa!
Joselito Ureña, el secretario general de Unaotraa, cuenta que Ávila fue sincero, aunque un poco evasivo. Según Ureña, el viceministro le dijo que tenía demasiadas cosas que atender en su puesto y que por eso le sería difícil manejar la Policía de Tránsito como se debe. Lo que te digo, ¡una carga pa’ él!
Cuando CR Hoy le preguntó al viceministro Ávila sobre el asunto, este prefirió ponerle arena a la olla. Reconoció la reunión, sí, pero se escudó en que simplemente le había explicado que su nombramiento era temporal. Dijo que era para cubrir el Consejo de Personal de la Policía de Tránsito y que no era un nombramiento permanente. ¡Claro, claro! Eso suena a que quieren ganar tiempo, ¿verdad?
Pero el problema va más allá de la indefinición del director. El sindicato también ha echado luz sobre otro detalle turbio: aseguran que el actual subdirector de Tránsito, Martín Sánchez, no cumple con los requisitos mínimos legales para el puesto. Sánchez, por supuesto, salió a defenderse y dice que tiene todos los papeles en regla, avalados por Recursos Humanos del MOPT. ¡Pero ahí huele a changüey!, ¿qué estarán escondiendo?
Y no se acaba ahí, chiquillos. El oficio de Unaotraa pinta un panorama sombrío: dicen que hay desorden evidente, funcionarios metiéndose donde no les toca y tomando decisiones sin tener ni idea de lo que hacen. Que persiguen al oficial de tránsito humilde y trabajador, que faltan de todo y que algunos se abrogan facultades como si fueran dueños del mundo. ¡Qué despache, mae! Esto ya parece novela de televisión.
La verdad es que toda esta situación preocupa, porque afecta directamente la seguridad vial en nuestras carreteras. Una policía de tránsito sin rumbo fijo, con puestos vacíos y funcionarios cuestionados, no puede garantizar que estemos seguros al conducir. Además, hablan de una “barbarie” en las carreteras, con accidentes y muertes a diario. ¡Es hora de que alguien haga algo al respecto!
Ahora bien, con todo este circo mediático y las acusaciones volando de un lado a otro, me pregunto: ¿Cree usted que el gobierno realmente está tomando en serio las denuncias del sindicato, o simplemente están esperando a que la cosa se calme y todo vuelva a la normalidad? ¡Déjeme su opinión en el foro, quiero escucharla!
