Ay, mándale reverencia a la incertidumbre, porque esto de María Corina Machado y el Premio Nobel de la Paz se ha puesto más complicado que encontrar parqueao' en el Paseo Colón un viernes noche. Después de toda la expectativa, los viajes de venezolanos pa’ Oslo y el revuelo mediático, resulta que la opositora desapareció cual humo antes de poder siquiera agarrarse el premio. ¡Qué torta!
Como bien saben, la gente estaba emocionada por la visita de Machado, que lleva meses escondiéndose y buscando cómo sacarle pecho al gobierno de Maduro. Había familias, aliados políticos, hasta unos cuantos presidentes listos pa’ aplaudirle, todos pensando en verla recoger el Nobel. Pero la realidad nos dio un sustazo digno de un viaje en buseta por serpentinas.
El Instituto Nobel, que se creyó listo pa’ montar el show, tuvo que cancelar la conferencia de prensa a último minuto, dejando a los periodistas y a los asistentes mordiéndose las uñas. Según dijeron, la propia Machado avisó que le estaba costando venir a Noruega – imaginen qué brete debía estar pasando para huirse así, justo faltando a la ceremonia. Dicen que su ex jefe de campaña, Magalli Meda, soltó unas frases bien sentidas en Twitter, diciendo que ni loca se quedaría en el exilio, ¡como diciéndole a un mae que abandonaría a sus hijos!
La cosa pinta rara, mándale. Hay quienes dicen que ya salió corriendo de Venezuela, otros que todavía anda por ahí escondiéndose. Lo cierto es que el premio, que viene con una boa de $1.2 millones y una medalla de oro, ahora suena a metáfora de una esperanza frustrada. Y eso, en tiempos de crisis como los que atraviesa Venezuela, duele doble.
Pa’ colmo, la polémica no se acaba ahí. Resulta que hay grupos pro-paz y gente de izquierda en Noruega que protestaron frente al Instituto Nobel, gritando que no era justo darle el Nobel a alguien que, según ellos, apoya movimientos militares estadounidenses en el Caribe. Recuerdo que Machado defendió sus acciones, diciendo que necesitaba esa “coalición internacional” pa’ cortarles la corriente al que financian las cosas turbias. ¡Uy, uy, uy… qué vara!
Y hablando de controversia, recordemos que el fiscal general venezolano advirtió que si Machado dejaba el país, sería considerada prófuga. Ahora, con este escaparme, no sé yo si van a ponerle la lupa encima más de la que ya tienen. En el Grand Hotel, donde se hospedan los premiados, su mamá y otras familiares estaban esperándola, rezando pa’ que apareciera. Imagínate la angustia, viendo pasar las horas y no saber dónde andaba la hija.
Mientras tanto, el chavismo se prepara pa’ hacer su propia celebración en Caracas, demostrando que, aunque la opinión pública esté dividida, siguen fuertes y dispuestos a defender sus posiciones. Desde Argentina, Javier Milei llegó mostrando su apoyo, mientras que otros líderes latinoamericanos también estuvieron presentes, dando un panorama bastante movido y complejo. Un verdadero chunche de emociones, diríamos nosotros.
Ahora, díganme, compañeros del Foro: ¿creen que la ausencia de María Corina Machado empaña el valor del Premio Nobel de la Paz, o simplemente refleja la complejidad de la situación política en Venezuela? ¿Se irá al traste cualquier posibilidad de diálogo entre ambos bandos con este nuevo contratiempo?
Como bien saben, la gente estaba emocionada por la visita de Machado, que lleva meses escondiéndose y buscando cómo sacarle pecho al gobierno de Maduro. Había familias, aliados políticos, hasta unos cuantos presidentes listos pa’ aplaudirle, todos pensando en verla recoger el Nobel. Pero la realidad nos dio un sustazo digno de un viaje en buseta por serpentinas.
El Instituto Nobel, que se creyó listo pa’ montar el show, tuvo que cancelar la conferencia de prensa a último minuto, dejando a los periodistas y a los asistentes mordiéndose las uñas. Según dijeron, la propia Machado avisó que le estaba costando venir a Noruega – imaginen qué brete debía estar pasando para huirse así, justo faltando a la ceremonia. Dicen que su ex jefe de campaña, Magalli Meda, soltó unas frases bien sentidas en Twitter, diciendo que ni loca se quedaría en el exilio, ¡como diciéndole a un mae que abandonaría a sus hijos!
La cosa pinta rara, mándale. Hay quienes dicen que ya salió corriendo de Venezuela, otros que todavía anda por ahí escondiéndose. Lo cierto es que el premio, que viene con una boa de $1.2 millones y una medalla de oro, ahora suena a metáfora de una esperanza frustrada. Y eso, en tiempos de crisis como los que atraviesa Venezuela, duele doble.
Pa’ colmo, la polémica no se acaba ahí. Resulta que hay grupos pro-paz y gente de izquierda en Noruega que protestaron frente al Instituto Nobel, gritando que no era justo darle el Nobel a alguien que, según ellos, apoya movimientos militares estadounidenses en el Caribe. Recuerdo que Machado defendió sus acciones, diciendo que necesitaba esa “coalición internacional” pa’ cortarles la corriente al que financian las cosas turbias. ¡Uy, uy, uy… qué vara!
Y hablando de controversia, recordemos que el fiscal general venezolano advirtió que si Machado dejaba el país, sería considerada prófuga. Ahora, con este escaparme, no sé yo si van a ponerle la lupa encima más de la que ya tienen. En el Grand Hotel, donde se hospedan los premiados, su mamá y otras familiares estaban esperándola, rezando pa’ que apareciera. Imagínate la angustia, viendo pasar las horas y no saber dónde andaba la hija.
Mientras tanto, el chavismo se prepara pa’ hacer su propia celebración en Caracas, demostrando que, aunque la opinión pública esté dividida, siguen fuertes y dispuestos a defender sus posiciones. Desde Argentina, Javier Milei llegó mostrando su apoyo, mientras que otros líderes latinoamericanos también estuvieron presentes, dando un panorama bastante movido y complejo. Un verdadero chunche de emociones, diríamos nosotros.
Ahora, díganme, compañeros del Foro: ¿creen que la ausencia de María Corina Machado empaña el valor del Premio Nobel de la Paz, o simplemente refleja la complejidad de la situación política en Venezuela? ¿Se irá al traste cualquier posibilidad de diálogo entre ambos bandos con este nuevo contratiempo?
