Ay, Dios mío, qué vaina nos salió encima. Resulta que el señor Greymer Ramos Loría, quien anda ahorita metido en medio del caso Traición – sí, el mismo que tiene a ‘Shock’ temblando –, anduvo haciendo cositas turbias en Incopesca. Se trata de un permiso para la Kembly II, una de esas embarcaciones que le pertenecen al cabecilla del Cártel del Caribe Sur, Luis Manuel Picado Grijalba, alias ‘Shock’. ¿Y qué más? Que este permiso se aprobó justo en 2023, cuando la OECDO ya tenía los ojos puestos en ese grupúsculo de correosos.
Como bien saben, el caso Traición ha sido una telenovela llena de vueltas y revueltas. Ahí tenemos a ‘Shock’, preso en Londres, y a su hermano Noni, atrapado acá por la DEA. Pero detrás de cada uno de ellos hay una red de complicidades, y parece que Greymer Ramos era una pieza fundamental en esa maraña. Según la investigación, este hombre, que era jefe de Combustibles de Incopesca en Limón, se encargaba de facilitar los trámites burocráticos para las embarcaciones del cártel. Imagínate, ¡hasta le daba prioridad!
El documento, al que CR Hoy tuvo acceso, revela que el permiso para la Kembly II es válido hasta el 2 de junio de 2029. Eso quiere decir que ‘Shock’ y compañía podían navegar tranquilamente durante años, gracias a la ayuda de este señor. Lo peor es que el barco, con registro PG0931, opera desde Portete de Puerto Limón, cerquita de la casa de ‘Shock’ y su propia cohetería. Un negocio redondo, diay.
Vamos por partes, porque esto es un trabalenguas. Ramos Loría, además de agilizar el permiso, aparentemente le daba consejos a Anita McDonald, la suegra de ‘Shock’ y asesora legal del cártel, sobre cómo manejar los trámites en Incopesca. ¡Increíble! Esto demuestra que la relación entre ambos era mucho más profunda de lo que se pensaba. Al parecer, incluso le ayudaba a conseguir combustible subsidiado por el Estado para las embarcaciones pesqueras. ¡Eso sí que es amaño!
Según la investigación, Ramos Loría recibía pagos directos del cártel a cambio de sus servicios. Ya ven, el clásico cuento del soborno. El OIJ y la Fiscalía han estado rastreando las comunicaciones entre él y Anita McDonald, y encontraron pruebas contundentes de estos intercambios económicos. No cabe duda de que este señores estaba metido hasta el cuello en la cosa.
Ahora, hablando de la embarcación, la Kembly II es toda una máquina. Tiene un motor Cummins de 225 caballos de fuerza, pesa casi 25 toneladas y está autorizada para pescar tanto especies pelágicas como demersales. Con esos datos, cualquiera entiende por qué ‘Shock’ quería tener ese permiso a toda costa. Una herramienta poderosa para seguir llenándose los bolsillos a costa del esfuerzo de los pescadores legales y, obvio, de nuestras costas.
Incopesca, hasta ahora, se ha mostrado bastante hermético con respecto a este caso. Nos dieron largas diciendo que estaban revisando el asunto, pero aún no nos dan una respuesta clara sobre cómo es posible que hayan entregado un permiso tan importante a una embarcación ligada a una organización criminal. Esperemos que pronto saquen la cabeza y nos digan la verdad, porque esta vaina huele muy feo.
En fin, este escándalo pone en evidencia la corrupción que sigue permeando nuestros espacios públicos. Parece que algunos funcionarios están dispuestos a vender su alma por unos cuantos billetes. Pero bueno, ahora la pregunta va pa ustedes, compas: ¿creen que con la caída de ‘Shock’ y sus secuaces, vamos a ver una verdadera limpieza en Incopesca y en otras instituciones públicas, o esto seguirá siendo una chincha interminable?
Como bien saben, el caso Traición ha sido una telenovela llena de vueltas y revueltas. Ahí tenemos a ‘Shock’, preso en Londres, y a su hermano Noni, atrapado acá por la DEA. Pero detrás de cada uno de ellos hay una red de complicidades, y parece que Greymer Ramos era una pieza fundamental en esa maraña. Según la investigación, este hombre, que era jefe de Combustibles de Incopesca en Limón, se encargaba de facilitar los trámites burocráticos para las embarcaciones del cártel. Imagínate, ¡hasta le daba prioridad!
El documento, al que CR Hoy tuvo acceso, revela que el permiso para la Kembly II es válido hasta el 2 de junio de 2029. Eso quiere decir que ‘Shock’ y compañía podían navegar tranquilamente durante años, gracias a la ayuda de este señor. Lo peor es que el barco, con registro PG0931, opera desde Portete de Puerto Limón, cerquita de la casa de ‘Shock’ y su propia cohetería. Un negocio redondo, diay.
Vamos por partes, porque esto es un trabalenguas. Ramos Loría, además de agilizar el permiso, aparentemente le daba consejos a Anita McDonald, la suegra de ‘Shock’ y asesora legal del cártel, sobre cómo manejar los trámites en Incopesca. ¡Increíble! Esto demuestra que la relación entre ambos era mucho más profunda de lo que se pensaba. Al parecer, incluso le ayudaba a conseguir combustible subsidiado por el Estado para las embarcaciones pesqueras. ¡Eso sí que es amaño!
Según la investigación, Ramos Loría recibía pagos directos del cártel a cambio de sus servicios. Ya ven, el clásico cuento del soborno. El OIJ y la Fiscalía han estado rastreando las comunicaciones entre él y Anita McDonald, y encontraron pruebas contundentes de estos intercambios económicos. No cabe duda de que este señores estaba metido hasta el cuello en la cosa.
Ahora, hablando de la embarcación, la Kembly II es toda una máquina. Tiene un motor Cummins de 225 caballos de fuerza, pesa casi 25 toneladas y está autorizada para pescar tanto especies pelágicas como demersales. Con esos datos, cualquiera entiende por qué ‘Shock’ quería tener ese permiso a toda costa. Una herramienta poderosa para seguir llenándose los bolsillos a costa del esfuerzo de los pescadores legales y, obvio, de nuestras costas.
Incopesca, hasta ahora, se ha mostrado bastante hermético con respecto a este caso. Nos dieron largas diciendo que estaban revisando el asunto, pero aún no nos dan una respuesta clara sobre cómo es posible que hayan entregado un permiso tan importante a una embarcación ligada a una organización criminal. Esperemos que pronto saquen la cabeza y nos digan la verdad, porque esta vaina huele muy feo.
En fin, este escándalo pone en evidencia la corrupción que sigue permeando nuestros espacios públicos. Parece que algunos funcionarios están dispuestos a vender su alma por unos cuantos billetes. Pero bueno, ahora la pregunta va pa ustedes, compas: ¿creen que con la caída de ‘Shock’ y sus secuaces, vamos a ver una verdadera limpieza en Incopesca y en otras instituciones públicas, o esto seguirá siendo una chincha interminable?
