¡Ay, Dios mío, qué torta! Aquí en Costa Rica seguimos sacudiéndonos con escándalos que dan escalofríos. Resulta que Mónica Taylor, la jefa del CCSS, estaba enteradísima del faltante de hasta 21.000 dosis de fentanilo en el Hospital México, ¡pero ni siquiera avisó al OIJ! Esto huele a chamusquina y a cosas turbias, y la gente ya está que trina.
Según la información que ha salido a luz, desde el 12 de septiembre ya sabían de este problema, además de faltantes de morfina, ketamina y otras cositas peligrosas. Pero en lugar de correr a poner la denuncia, parece que Taylor simplemente le pasó el balón a unos cuantas oficinas internas, esperando que el asunto se evaporara como agua en popote. ¡Qué despiste, mae!
El fiscal Mauricio Boraschi, que no se anda con rodeos, expresó su sorpresa y preocupación por esta situación. Dijo textualmente que tanto el Ministerio de Salud como el CCSS debieron activar las alarmas de inmediato. “Existe un grave riesgo para la salud y la vida de las personas si este fentanilo cae en manos equivocadas”, recalcó, dejando claro que esto no es un juego de niños.
La justificación del hospital de que podría ser un fallo técnico suena a cuento chino. Boraschi puso énfasis en que cualquier irregularidad de esta magnitud debía ser investigada a fondo y, sobre todo, reportada a las autoridades competentes. El OIJ ya abrió una investigación de oficio, viendo la movida como un posible delito flagrante, ¡qué carga!
Lo que también da mucho que pensar es que el Ministerio de Salud emitió una orden sanitaria a la farmacia, pero parece que nadie le hizo caso. Taylor, en vez de tomar cartas en el asunto, se limitó a pedirles a unos técnicos que hicieran un “plan correctivo”. ¡Un plan correctivo para un faltante de miles de dosis de fentanilo! ¿En serio?
La orden sanitaria, a la que este medio tuvo acceso, revela que hay serias deficiencias en el control de los psicotrópicos en el Hospital México. Según el documento, el sistema reporta 31.500 unidades de fentanilo, pero solo se han entregado 10.500. Y la situación con la morfina tampoco pinta bien, con un faltante de 1.100 unidades debido a una carga duplicada. Un verdadero brete el que tienen ahí.
Todo esto, sumado al nuevo sistema informático ERP-SAP que implementaron recientemente, parece que ha generado más problemas que soluciones. Con tanta falla y tanta incoherencia, cualquiera se mete en líos. Además, la situación pone en riesgo el acceso de los pacientes a los medicamentos necesarios. ¡Eso sí que no se vale, chunches!
Ahora la pregunta que queda flotando en el aire, diay, es esta: ¿Quiénes están detrás de este desfalco de fentanilo y cuáles eran sus intenciones? ¿Es un simple descuido administrativo o hay algo más oscuro detrás de todo este embrollo? Les leo en los comentarios, qué piensan ustedes sobre esta rosca, ¿creen que vamos a llegar al fondo de este asunto y quién cargó con la responsabilidad principal?
Según la información que ha salido a luz, desde el 12 de septiembre ya sabían de este problema, además de faltantes de morfina, ketamina y otras cositas peligrosas. Pero en lugar de correr a poner la denuncia, parece que Taylor simplemente le pasó el balón a unos cuantas oficinas internas, esperando que el asunto se evaporara como agua en popote. ¡Qué despiste, mae!
El fiscal Mauricio Boraschi, que no se anda con rodeos, expresó su sorpresa y preocupación por esta situación. Dijo textualmente que tanto el Ministerio de Salud como el CCSS debieron activar las alarmas de inmediato. “Existe un grave riesgo para la salud y la vida de las personas si este fentanilo cae en manos equivocadas”, recalcó, dejando claro que esto no es un juego de niños.
La justificación del hospital de que podría ser un fallo técnico suena a cuento chino. Boraschi puso énfasis en que cualquier irregularidad de esta magnitud debía ser investigada a fondo y, sobre todo, reportada a las autoridades competentes. El OIJ ya abrió una investigación de oficio, viendo la movida como un posible delito flagrante, ¡qué carga!
Lo que también da mucho que pensar es que el Ministerio de Salud emitió una orden sanitaria a la farmacia, pero parece que nadie le hizo caso. Taylor, en vez de tomar cartas en el asunto, se limitó a pedirles a unos técnicos que hicieran un “plan correctivo”. ¡Un plan correctivo para un faltante de miles de dosis de fentanilo! ¿En serio?
La orden sanitaria, a la que este medio tuvo acceso, revela que hay serias deficiencias en el control de los psicotrópicos en el Hospital México. Según el documento, el sistema reporta 31.500 unidades de fentanilo, pero solo se han entregado 10.500. Y la situación con la morfina tampoco pinta bien, con un faltante de 1.100 unidades debido a una carga duplicada. Un verdadero brete el que tienen ahí.
Todo esto, sumado al nuevo sistema informático ERP-SAP que implementaron recientemente, parece que ha generado más problemas que soluciones. Con tanta falla y tanta incoherencia, cualquiera se mete en líos. Además, la situación pone en riesgo el acceso de los pacientes a los medicamentos necesarios. ¡Eso sí que no se vale, chunches!
Ahora la pregunta que queda flotando en el aire, diay, es esta: ¿Quiénes están detrás de este desfalco de fentanilo y cuáles eran sus intenciones? ¿Es un simple descuido administrativo o hay algo más oscuro detrás de todo este embrollo? Les leo en los comentarios, qué piensan ustedes sobre esta rosca, ¿creen que vamos a llegar al fondo de este asunto y quién cargó con la responsabilidad principal?
