¡Ay, Dios mío, qué bronca la que se armó en Incopesca! Resulta que suspendieron a Greymer Ramos Loría, el jefe de combustible de Limón, por dos mesecitos con goce de salario. Pero la cosa no queda ahí, mi pana, porque el OIJ lo tienen conectado con el Cártel del Caribe Sur, esos mismos que anda echándole ojo la DEA y todos nosotros, preocupados por la seguridad del país.
Según la información que ha salido a luz, Ramos Loría estaba metido hasta el cuello en todo esto. Fue agarrado el 4 de noviembre en una redada del OIJ, parte del caso ‘Traición’, una operación grandota para desmantelar la banda de los hermanos Picado Grijalba, alias ‘Shock’ y ‘Noni’. Aunque ellos ya están presos, parece que tenían gente trabajando para ellos desde adentro, y este señor era uno de ellos.
Lo curioso del asunto es que Incopesca asegura que Ramos Loría no es jefe de combustible ahora, sino que trabaja en otra área. ¡Un cambio de rol repentino, eh! Dicen que le abrieron un proceso administrativo interno para ver si hizo algo turbio en su antiguo brete. Claro, después de que lo hayan cogido con la guardia baja, pa’ limpiar las aguas, ¿no?
Pero la cosa se pone más picante cuando revisan el expediente judicial. Ahí aparece que Ramos Loría era pieza clave para el cártel, consejero en trámites gubernamentales y acelerador de papeles relacionados con las embarcaciones. Era el ’facilitador’, digamos, el que hacía que las cosas avanzaran rapidito, ¡y eso vale oro en cualquier negocio, especialmente en uno ilícito!
Y no precisamente andaban tramitando permisos pa’ ir a pescar corvinos, chunches. Según el informe, este abuélito les conseguía aprobación de combustibles subsidiados por el Estado, ¡pa’ sus barcos narcos! Imagínate, utilizando recursos nuestros para financiar esa actividad… ¡qué abuso! Hablan que incluso le daba consejos a Anita McDonald Rodríguez, la supuesta asesora legal del cártel, sobre cómo manipular los procesos en Incopesca. ¡Se ve que la estaban usando como marioneta, diay!
Las llamadas que se hicieron entre Ramos Loría y Anita, ya registradas por las autoridades, evidencian claramente su colaboración. Él le daba la mano con los trámites y ella le ponía el dedo encima para que todo salga bien. Un trabajo en equipo, solo que lamentablemente, del lado equivocado de la ley. Uno se pregunta, ¿cuántos otros funcionarios podrían estar involucrados en este tinglado?
La revista CR Hoy ya había soltado la bomba hace unas semanas, revelando que Ramos Loría era uno de los 29 detenidos en la operación que sacudió la provincia de Limón. Se allanaron 64 propiedades en Limón, Cartago, San José y Alajuela, demostrando que esta banda operaba a gran escala. Ahora, esperamos ver si la Fiscalía logra llevar a todos los responsables ante la justicia y recuperar el dinerito que se robaron.
Con todo este escándalo, me pregunto: ¿Cómo podemos, como sociedad costarricense, evitar que funcionarios públicos sean cooptados por organizaciones criminales y garantizar que nuestras instituciones sirvan realmente al pueblo y no a intereses particulares? ¡Dejen sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan ustedes!
Según la información que ha salido a luz, Ramos Loría estaba metido hasta el cuello en todo esto. Fue agarrado el 4 de noviembre en una redada del OIJ, parte del caso ‘Traición’, una operación grandota para desmantelar la banda de los hermanos Picado Grijalba, alias ‘Shock’ y ‘Noni’. Aunque ellos ya están presos, parece que tenían gente trabajando para ellos desde adentro, y este señor era uno de ellos.
Lo curioso del asunto es que Incopesca asegura que Ramos Loría no es jefe de combustible ahora, sino que trabaja en otra área. ¡Un cambio de rol repentino, eh! Dicen que le abrieron un proceso administrativo interno para ver si hizo algo turbio en su antiguo brete. Claro, después de que lo hayan cogido con la guardia baja, pa’ limpiar las aguas, ¿no?
Pero la cosa se pone más picante cuando revisan el expediente judicial. Ahí aparece que Ramos Loría era pieza clave para el cártel, consejero en trámites gubernamentales y acelerador de papeles relacionados con las embarcaciones. Era el ’facilitador’, digamos, el que hacía que las cosas avanzaran rapidito, ¡y eso vale oro en cualquier negocio, especialmente en uno ilícito!
Y no precisamente andaban tramitando permisos pa’ ir a pescar corvinos, chunches. Según el informe, este abuélito les conseguía aprobación de combustibles subsidiados por el Estado, ¡pa’ sus barcos narcos! Imagínate, utilizando recursos nuestros para financiar esa actividad… ¡qué abuso! Hablan que incluso le daba consejos a Anita McDonald Rodríguez, la supuesta asesora legal del cártel, sobre cómo manipular los procesos en Incopesca. ¡Se ve que la estaban usando como marioneta, diay!
Las llamadas que se hicieron entre Ramos Loría y Anita, ya registradas por las autoridades, evidencian claramente su colaboración. Él le daba la mano con los trámites y ella le ponía el dedo encima para que todo salga bien. Un trabajo en equipo, solo que lamentablemente, del lado equivocado de la ley. Uno se pregunta, ¿cuántos otros funcionarios podrían estar involucrados en este tinglado?
La revista CR Hoy ya había soltado la bomba hace unas semanas, revelando que Ramos Loría era uno de los 29 detenidos en la operación que sacudió la provincia de Limón. Se allanaron 64 propiedades en Limón, Cartago, San José y Alajuela, demostrando que esta banda operaba a gran escala. Ahora, esperamos ver si la Fiscalía logra llevar a todos los responsables ante la justicia y recuperar el dinerito que se robaron.
Con todo este escándalo, me pregunto: ¿Cómo podemos, como sociedad costarricense, evitar que funcionarios públicos sean cooptados por organizaciones criminales y garantizar que nuestras instituciones sirvan realmente al pueblo y no a intereses particulares? ¡Dejen sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan ustedes!
