¡Ay, Dios mío, qué torta! El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) sacudió al país este martes con un anuncio que dejó a muchos con la boca abierta: señalan directamente a alias ‘Shaggy’ por la desaparición de una mujer en diciembre de 2022 en Cinco Esquinas de Tibás. Parece que la cosa está más turbia de lo que pensábamos, mi clave.
Según Michael Soto, el jefe a.i. del OIJ, la pobre mujer, cuyo apellido es Aragón, aparentemente estaba filtrando información delicada. Esta info habría comprometido un atentado contra el hermano de ‘Shaggy’. ¡Imagínate la bronca! El caso, bautizado como “Los Leones”, ya tiene una larga lista de fechorías asociadas a esta banda, desde asesinatos hasta lavado de plata, todo bien chapucero.
Para ponerles un poco de contexto, ‘Shaggy’ es un tipo que tomó el control de varias zonas después de la caída de ‘Manzanita’, otro personaje hampa que todos conocemos. Se dice que ‘Shaggy’ le metió puñaladas por la espalda al antiguo líder, tomando el poder a golpes y con muchísima sangre en sus manos. ¡Qué barra! Esta banda ha dejado un reguero de violencia impresionante por toda la Central.
El operativo del OIJ no fue precisamente un paseo por el parque. Realizaron 31 allanamientos simultáneos, capturaron a nueve sospechosos y encontraron cosas que te dan escalofríos. Piensa que hablamos de armas de alto calibre, como AR-15 y pistolas 9mm, montañas de efectivo y vehículos de lujo que seguramente estaban comprando con dinero sucio.
Pero la cosa no termina ahí. El OIJ también descubrió un centro de monitoreo clandestino en León XIII, equipados con cámaras que vigilaban cada movimiento. ¡Una verdadera guarida de ladrones! Esto demuestra lo organizado y despiadado que era este grupo. Tenían todo controlado, pero al final, la poli los agarró con las manos en la masa.
Y ni hablar de cómo legalizaban el dinero del narcotráfico. ¡Qué ingenio! Usaban pulperías, un lavacar y hasta una empresa de fumigación para disfrazar sus actividades ilícitas. Son unos mañosos, diay, intentando pintar de blanco el dinero negro. Estos tipos realmente tienen estudios, ¡pero para hacer cosas malas!
Las víctimas de esta banda suman cifras escalofriantes. Se les acusa de 22 homicidios, incluyendo un tumbonazo en Guadalupe, la muerte del hijito de ‘Shaggy’ (de apenas dos años) en un atentado en Ruta 27, y el asesinato de ‘Mongo’, su hermano, en Turrubares. Además, hay otros casos brutales, como el homicidio de Lázaro en San Vicente de Moravia. Su conflicto con alias ‘Sobrino’ encendió aún más la violencia en el norte de la capital. ¡Una locura total!
Este caso nos deja pensando, ¿qué tan profundo está arraigado el problema de la microtráfico y la violencia organizada en nuestras comunidades? Con tanta gente involucrada y tantos recursos económicos moviéndose, ¿cómo podemos frenar esta espiral de violencia y proteger a nuestros ciudadanos? ¿Creen que el gobierno está haciendo lo suficiente para combatir estas bandas y asegurar la seguridad de todos los costarricenses?
Según Michael Soto, el jefe a.i. del OIJ, la pobre mujer, cuyo apellido es Aragón, aparentemente estaba filtrando información delicada. Esta info habría comprometido un atentado contra el hermano de ‘Shaggy’. ¡Imagínate la bronca! El caso, bautizado como “Los Leones”, ya tiene una larga lista de fechorías asociadas a esta banda, desde asesinatos hasta lavado de plata, todo bien chapucero.
Para ponerles un poco de contexto, ‘Shaggy’ es un tipo que tomó el control de varias zonas después de la caída de ‘Manzanita’, otro personaje hampa que todos conocemos. Se dice que ‘Shaggy’ le metió puñaladas por la espalda al antiguo líder, tomando el poder a golpes y con muchísima sangre en sus manos. ¡Qué barra! Esta banda ha dejado un reguero de violencia impresionante por toda la Central.
El operativo del OIJ no fue precisamente un paseo por el parque. Realizaron 31 allanamientos simultáneos, capturaron a nueve sospechosos y encontraron cosas que te dan escalofríos. Piensa que hablamos de armas de alto calibre, como AR-15 y pistolas 9mm, montañas de efectivo y vehículos de lujo que seguramente estaban comprando con dinero sucio.
Pero la cosa no termina ahí. El OIJ también descubrió un centro de monitoreo clandestino en León XIII, equipados con cámaras que vigilaban cada movimiento. ¡Una verdadera guarida de ladrones! Esto demuestra lo organizado y despiadado que era este grupo. Tenían todo controlado, pero al final, la poli los agarró con las manos en la masa.
Y ni hablar de cómo legalizaban el dinero del narcotráfico. ¡Qué ingenio! Usaban pulperías, un lavacar y hasta una empresa de fumigación para disfrazar sus actividades ilícitas. Son unos mañosos, diay, intentando pintar de blanco el dinero negro. Estos tipos realmente tienen estudios, ¡pero para hacer cosas malas!
Las víctimas de esta banda suman cifras escalofriantes. Se les acusa de 22 homicidios, incluyendo un tumbonazo en Guadalupe, la muerte del hijito de ‘Shaggy’ (de apenas dos años) en un atentado en Ruta 27, y el asesinato de ‘Mongo’, su hermano, en Turrubares. Además, hay otros casos brutales, como el homicidio de Lázaro en San Vicente de Moravia. Su conflicto con alias ‘Sobrino’ encendió aún más la violencia en el norte de la capital. ¡Una locura total!
Este caso nos deja pensando, ¿qué tan profundo está arraigado el problema de la microtráfico y la violencia organizada en nuestras comunidades? Con tanta gente involucrada y tantos recursos económicos moviéndose, ¿cómo podemos frenar esta espiral de violencia y proteger a nuestros ciudadanos? ¿Creen que el gobierno está haciendo lo suficiente para combatir estas bandas y asegurar la seguridad de todos los costarricenses?