Ay, Dios mío, qué vaina. Resulta que la Contraloría General de la República (CGR) le soltó la lengua a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) por el rollo de las licencias de cuidado. Parece que hubo un cruce de acusaciones bastante mamudo, y la Contraloría dice clarito que la culpa no es suya si las cosas andan lentitas.
Según la CGR, la CCSS se anda echando la potra a otros, alegando que la demora en aprobar el presupuesto para las licencias es problema de ellos. Pero la Contraloría no se quedó callada y les recordó a la Caja que la responsabilidad de mandar el presupuesto a tiempo es totalmente suya. Vamos, que se lavaron las manos, como decimos por acá, y trataron de culpar al vecino.
El presupuesto extraordinario, que llegó a la CGR el pasado 6 de noviembre, suma unos ¢2.700 millones destinados a cubrir esas licencias. Pero ojo, ahí no acaba la historia. ¡Este paquete viene cargadito! Lleva consigo otros ¢50.459 millones en gastos variados. Entonces, la CGR explica, no pueden darle visto bueno únicamente a la parte de las licencias; hay que analizar el presupuesto completo, lo cual obviamente toma su tiempo. ¡Una verdadera torta!
Y como si esto no fuera suficiente, la gente de la Contraloría dejó claro que la contralora Marta Acosta no tiene nada que ver con la aprobación del presupuesto. “Eso es una versión falsa que la administración de la CCSS quiere hacernos creer,” declararon, dejando caer que están tratando de echarle la culpa a alguien que no tiene nada que ver. ¡Qué pena ajena!
Para ponerle pausa a este papelón, la CGR detalló algunos puntos clave: Primero, que el presupuesto llegó tarde. Segundo, que no solo cubre las licencias de cuidado, sino muchos otros gastos. Tercero, que el análisis lo realiza la División de Fiscalización Operativa y Evaluativa de la CGR, no la contralora. En resumen, acallaron todas las excusas que estaba dando la CCSS.
“Estamos analizando este presupuesto con la mayor diligencia posible,” aseguraron desde la CGR. “Apenas tengamos una resolución, les avisaremos inmediatamente.” Prometen que van a acelerar el proceso, pero dejan claro que necesitan tiempo para hacer bien su trabajo. Lo que no quieren es jalársela una torta aprobando algo rápido y luego salir mal parado.
Ahora, sí que nos queda pensando si la CCSS realmente tuvo problemas para gestionar el presupuesto o si simplemente estaban buscando una escapatoria para justificar sus demoras. Porque, vamos a ser honestos, estas situaciones siempre generan sospechas. La transparencia es fundamental, y parece que en este caso, algo anda flojo. Más aún considerando el impacto que esto tiene en las familias que dependen de esas licencias.
¿Será que la CCSS seguirá buscando excusas o finalmente asumirá su responsabilidad? ¿Cómo creen que impactará esta polémica en la confianza de la ciudadanía hacia estas instituciones? ¡Déjenme sus opiniones, mae! Quiero saber qué piensa la gente sobre este brete.
Según la CGR, la CCSS se anda echando la potra a otros, alegando que la demora en aprobar el presupuesto para las licencias es problema de ellos. Pero la Contraloría no se quedó callada y les recordó a la Caja que la responsabilidad de mandar el presupuesto a tiempo es totalmente suya. Vamos, que se lavaron las manos, como decimos por acá, y trataron de culpar al vecino.
El presupuesto extraordinario, que llegó a la CGR el pasado 6 de noviembre, suma unos ¢2.700 millones destinados a cubrir esas licencias. Pero ojo, ahí no acaba la historia. ¡Este paquete viene cargadito! Lleva consigo otros ¢50.459 millones en gastos variados. Entonces, la CGR explica, no pueden darle visto bueno únicamente a la parte de las licencias; hay que analizar el presupuesto completo, lo cual obviamente toma su tiempo. ¡Una verdadera torta!
Y como si esto no fuera suficiente, la gente de la Contraloría dejó claro que la contralora Marta Acosta no tiene nada que ver con la aprobación del presupuesto. “Eso es una versión falsa que la administración de la CCSS quiere hacernos creer,” declararon, dejando caer que están tratando de echarle la culpa a alguien que no tiene nada que ver. ¡Qué pena ajena!
Para ponerle pausa a este papelón, la CGR detalló algunos puntos clave: Primero, que el presupuesto llegó tarde. Segundo, que no solo cubre las licencias de cuidado, sino muchos otros gastos. Tercero, que el análisis lo realiza la División de Fiscalización Operativa y Evaluativa de la CGR, no la contralora. En resumen, acallaron todas las excusas que estaba dando la CCSS.
“Estamos analizando este presupuesto con la mayor diligencia posible,” aseguraron desde la CGR. “Apenas tengamos una resolución, les avisaremos inmediatamente.” Prometen que van a acelerar el proceso, pero dejan claro que necesitan tiempo para hacer bien su trabajo. Lo que no quieren es jalársela una torta aprobando algo rápido y luego salir mal parado.
Ahora, sí que nos queda pensando si la CCSS realmente tuvo problemas para gestionar el presupuesto o si simplemente estaban buscando una escapatoria para justificar sus demoras. Porque, vamos a ser honestos, estas situaciones siempre generan sospechas. La transparencia es fundamental, y parece que en este caso, algo anda flojo. Más aún considerando el impacto que esto tiene en las familias que dependen de esas licencias.
¿Será que la CCSS seguirá buscando excusas o finalmente asumirá su responsabilidad? ¿Cómo creen que impactará esta polémica en la confianza de la ciudadanía hacia estas instituciones? ¡Déjenme sus opiniones, mae! Quiero saber qué piensa la gente sobre este brete.