¡Ay, Dios mío! Parece mentira que todavía andamos viendo perros con las orejas y la cola cortadas en Costa Rica. Una tradición que quedó bastante obsoleta, vamos, ¿quién necesita eso ahora?
Durante años, hemos visto a razas como el Doberman, Rottweiler, incluso esos American Bullies, caminando por nuestras calles lucieron este ‘look’ de orejas y colas amputadas. Pero resulta que todo esto tenía que ver con una idea equivocada, una especie de moda estética que ya no tiene pies ni cabeza.
Según el doctor William Bonilla, un veterinario de la Universidad Nacional, toda esta movida se basaba en una creencia errónea sobre cómo debía verse un perro. Él nos explica que muchas veces se hacía simplemente porque sí, herencia de viejos tiempos donde la gente no sabía mucho de bienestar animal.
Hubo varias razones dándole vueltas al asunto. En los tiempos de perros de caza, decían que cortarles la cola les ayudaba a evitar rasguños en la maleza, o que si peleaban, no se agarraban más fácilmente. ¡Imagínate! Como si un perro no pudiera defenderse con una cola entera. Y ni hablar de esas creencias ancestrales de romanos que creían que cortar la cola prevenía la rabia... ¡Qué sal!
Más allá de las justificaciones inverosímiles, existe un lado oscuro. Este tipo de procedimientos conlleva dolores intensos, infecciones, complicaciones con la anestesia, hasta problemas para el perro al intentar mantenerse limpio. ¿Quién quiere someter a su mascota a eso?
Pero la cosa va más allá del dolor físico. Las orejas y la cola son como pantallas emocionales para los perros, ahí expresan si están felices, asustados, juguetones… Al quitárselas, le estamos quitando una forma crucial de comunicación. Un perro sin cola y sin orejas corre el riesgo de ser malinterpretado por otros perros, generando tensiones e incluso peleas. ¿Se imaginan lo frustrante que debe ser para ellos?
De hecho, estudios demuestran que los perros con orejas y colas recortadas a menudo son percibidos como más agresivos y dominantes. ¡Un círculo vicioso! Un dueño que percibe a su perro como amenazante podría reaccionar con dureza, creando un ambiente de estrés y aumentando aún más los problemas de comportamiento. Esto es qué torta, ¿verdad?
Hoy en día, la mayoría de los veterinarios y organizaciones defensoras de los animales están totalmente en contra de estas prácticas crueles. La Ley de Bienestar Animal, aunque no prohíbe explícitamente el corte, enfatiza la importancia de tratar a los animales con respeto. Y rumores dicen que Senasa ya está trabajando en un reglamento para ponerle fin a esta mutilación. Así que, ¿ustedes creen que deberíamos prohibir completamente el corte de orejas y colas en Costa Rica, o hay alguna razón válida para seguir permitiéndolo?
Durante años, hemos visto a razas como el Doberman, Rottweiler, incluso esos American Bullies, caminando por nuestras calles lucieron este ‘look’ de orejas y colas amputadas. Pero resulta que todo esto tenía que ver con una idea equivocada, una especie de moda estética que ya no tiene pies ni cabeza.
Según el doctor William Bonilla, un veterinario de la Universidad Nacional, toda esta movida se basaba en una creencia errónea sobre cómo debía verse un perro. Él nos explica que muchas veces se hacía simplemente porque sí, herencia de viejos tiempos donde la gente no sabía mucho de bienestar animal.
Hubo varias razones dándole vueltas al asunto. En los tiempos de perros de caza, decían que cortarles la cola les ayudaba a evitar rasguños en la maleza, o que si peleaban, no se agarraban más fácilmente. ¡Imagínate! Como si un perro no pudiera defenderse con una cola entera. Y ni hablar de esas creencias ancestrales de romanos que creían que cortar la cola prevenía la rabia... ¡Qué sal!
Más allá de las justificaciones inverosímiles, existe un lado oscuro. Este tipo de procedimientos conlleva dolores intensos, infecciones, complicaciones con la anestesia, hasta problemas para el perro al intentar mantenerse limpio. ¿Quién quiere someter a su mascota a eso?
Pero la cosa va más allá del dolor físico. Las orejas y la cola son como pantallas emocionales para los perros, ahí expresan si están felices, asustados, juguetones… Al quitárselas, le estamos quitando una forma crucial de comunicación. Un perro sin cola y sin orejas corre el riesgo de ser malinterpretado por otros perros, generando tensiones e incluso peleas. ¿Se imaginan lo frustrante que debe ser para ellos?
De hecho, estudios demuestran que los perros con orejas y colas recortadas a menudo son percibidos como más agresivos y dominantes. ¡Un círculo vicioso! Un dueño que percibe a su perro como amenazante podría reaccionar con dureza, creando un ambiente de estrés y aumentando aún más los problemas de comportamiento. Esto es qué torta, ¿verdad?
Hoy en día, la mayoría de los veterinarios y organizaciones defensoras de los animales están totalmente en contra de estas prácticas crueles. La Ley de Bienestar Animal, aunque no prohíbe explícitamente el corte, enfatiza la importancia de tratar a los animales con respeto. Y rumores dicen que Senasa ya está trabajando en un reglamento para ponerle fin a esta mutilación. Así que, ¿ustedes creen que deberíamos prohibir completamente el corte de orejas y colas en Costa Rica, o hay alguna razón válida para seguir permitiéndolo?