¡Ay, Dios mío! Se armó un escándalo en Carrillo, guanareños. La Policía de Control Antidrogas (PCD) agarró a dos tipos, parece que metidos hasta el cuello vendiendo sustancia ilícita en San Blas, allá por Sardinal. Esto ya va dando qué hablar porque la gente anda harta de los robos y la bronca con los adictos en el barrio. Ya la convivencia estaba hecha puré.
Según nos cuentan los compañeros de la fuente, los agentes de la PCD estaban siguiendo la vaina desde hace tiempo. Habían recibido varias llamadas a la línea 1-1-7-6, ese número donde puedes echarle un piropo anónimo a la policía si ves algo raro. La gente andaba preocupada, justo, porque los robos se habían puesto bien feos, y encima, te topabas con borrachos y drogaditos en cualquier esquina, causando problemas. Un verdadero brete para los vecinos.
Y resulta que encontraron dos casitas que usaban como puntos de venta. Imagínate, ahí hacían la transacción, todo tranquilamente como si nada. Cuando llegaron los polis, sacudieron esas casas y encontron una chimba de cosas: ¡marihuana a lo bestia! Alrededor de 350 gramitos, pa’ que te hagas una idea, y unas seis dosis preparaditas, listas pa' vender. Además, también decomisaron cocaína, ¡y vaya que era cocaína!: 48 gramitos y 14 paquetitos listos pa' distribuir.
Pero eso no es todo, chunches. También le dieron con todo y encontraron diez dosis de crack, una pila de feria – cerca de 78 mil colones – y hasta nueve balas de diferentes calibres. ¡Imagínate el peligro! Y claro, también había cositas pa' preparar y empaquetar la droga, todo el kit completo pa' hacer negocio ilegal. Una verdadera operación bien montada, diay.
Uno de los detenidos, Moya Gutiérrez, tiene historial, mae. Parece que ya le ha tocado andar por estos líos antes. Tiene papeletas por tenencia de drogas, así que no es la primera vez que se mete en este brete. El otro, Gutiérrez Chavarría, es más de la tercera edad, tiene 65 añitos, y sorprendentemente no tiene antecedentes. ¿Será que se hizo el avispao al final de sus días?
Lo bueno de esta movida es que la PCD demostró que sí está atendiendo las quejas de la gente. Gracias a las denuncias ciudadanas, pudieron dar con estos vándalos y quitarles la mercancía. Esa línea 1-1-7-6 funciona, señores, ¡échale ganas si ves algo sospechoso! Es importante que la ciudadanía participe para mantener nuestras comunidades seguras, aunque a veces dé un poco de sal tener que meterse en estas vainas.
Este caso nos recuerda que el problema de las drogas sigue siendo una carga pesada para nuestro país. No importa cuánto trabajemos, siempre van a aparecer nuevos traficantes queriendo aprovecharse de la desgracia ajena. Hay que seguir luchando contra esta plaga, apoyando a las instituciones encargadas de combatir el narcotráfico y, sobre todo, educando a nuestros jóvenes sobre los peligros de consumir drogas. Es un trabajo continuo, ¡qué torta!
En fin, paremos un momento a reflexionar: ¿Usted cree que las autoridades deberían endurecer las penas para quienes trafican drogas, o enfocarse más en programas de rehabilitación para los adictos? Díganos su opinión en el foro, ¡queremos escuchar sus ideas sobre cómo podemos mejorar la seguridad en nuestras comunidades!
Según nos cuentan los compañeros de la fuente, los agentes de la PCD estaban siguiendo la vaina desde hace tiempo. Habían recibido varias llamadas a la línea 1-1-7-6, ese número donde puedes echarle un piropo anónimo a la policía si ves algo raro. La gente andaba preocupada, justo, porque los robos se habían puesto bien feos, y encima, te topabas con borrachos y drogaditos en cualquier esquina, causando problemas. Un verdadero brete para los vecinos.
Y resulta que encontraron dos casitas que usaban como puntos de venta. Imagínate, ahí hacían la transacción, todo tranquilamente como si nada. Cuando llegaron los polis, sacudieron esas casas y encontron una chimba de cosas: ¡marihuana a lo bestia! Alrededor de 350 gramitos, pa’ que te hagas una idea, y unas seis dosis preparaditas, listas pa' vender. Además, también decomisaron cocaína, ¡y vaya que era cocaína!: 48 gramitos y 14 paquetitos listos pa' distribuir.
Pero eso no es todo, chunches. También le dieron con todo y encontraron diez dosis de crack, una pila de feria – cerca de 78 mil colones – y hasta nueve balas de diferentes calibres. ¡Imagínate el peligro! Y claro, también había cositas pa' preparar y empaquetar la droga, todo el kit completo pa' hacer negocio ilegal. Una verdadera operación bien montada, diay.
Uno de los detenidos, Moya Gutiérrez, tiene historial, mae. Parece que ya le ha tocado andar por estos líos antes. Tiene papeletas por tenencia de drogas, así que no es la primera vez que se mete en este brete. El otro, Gutiérrez Chavarría, es más de la tercera edad, tiene 65 añitos, y sorprendentemente no tiene antecedentes. ¿Será que se hizo el avispao al final de sus días?
Lo bueno de esta movida es que la PCD demostró que sí está atendiendo las quejas de la gente. Gracias a las denuncias ciudadanas, pudieron dar con estos vándalos y quitarles la mercancía. Esa línea 1-1-7-6 funciona, señores, ¡échale ganas si ves algo sospechoso! Es importante que la ciudadanía participe para mantener nuestras comunidades seguras, aunque a veces dé un poco de sal tener que meterse en estas vainas.
Este caso nos recuerda que el problema de las drogas sigue siendo una carga pesada para nuestro país. No importa cuánto trabajemos, siempre van a aparecer nuevos traficantes queriendo aprovecharse de la desgracia ajena. Hay que seguir luchando contra esta plaga, apoyando a las instituciones encargadas de combatir el narcotráfico y, sobre todo, educando a nuestros jóvenes sobre los peligros de consumir drogas. Es un trabajo continuo, ¡qué torta!
En fin, paremos un momento a reflexionar: ¿Usted cree que las autoridades deberían endurecer las penas para quienes trafican drogas, o enfocarse más en programas de rehabilitación para los adictos? Díganos su opinión en el foro, ¡queremos escuchar sus ideas sobre cómo podemos mejorar la seguridad en nuestras comunidades!
