¡Ay, Dios mío, qué bochorno! Resulta que ayer, lunes, hubo un operativo tremendo en La Reforma, el viejo correveidillas. No se crean, agarraron a cuatro funcionarios metidos hasta las cejas en cositas que ni pa' cuenta. Un lío más grande que una torta, vamos.
Todo empezó porque los mismos custodios, en colaboración con los guardacostas – sí, esos que andan cuidando la playa también pusieron sus manos a la obra – armaron un planazo para hacerle un rastreo completo al centro penitenciario Jorge Arturo Montero Castro. Querían ver si había algo raro circulando, y vaya que lo encontraron, mae. Usaron equipos de escaneo de última generación, esas máquinas que te revisan como si fueras un paquetito en Aduanas.
Y la lista de cosas encontradas… ¡ufff! Siete armas blancas, fieras cortantes pa’ defenderse o pa’ otra cosa; cuatro celulares, pa’ mandar mensajes de amor o, ya saben, organizar algún negocio turbio; casi 23 gramos de cocaína, 20 de marihuana y un poquito de crack. Además, le sacaron unas pastillas extrañas, pareciera que alguien estaba experimentando con químicos raros y hasta una botella de guaro, imagínate, ¡dentro de una cárcel!
Pero eso no es todo, porque ahí viene lo más curioso: ocho cables USB, 11 chips para celulares – pa’ que los teléfonos funcionen, claro – una pasta dental mezclada con cocaína (¡sí, lee bien!), una broca, puntas de destornillador, un formón, pipas, piezas electrónicas improvisadas, y hasta una llave maya, que parece sacada de Indiana Jones. Uno se pregunta, ¿qué estaban planeando construir con todo eso?
Según trascendió, los funcionarios detenidos ya están en la Fiscalía de Alajuela enfrentando cargos. Se les ubicaron los dispositivos electrónicos ilegales cuando entraban al centro penal. Ahora tendrán que explicarle al juez por qué tenían todas esas cosas, y créeme, no pinta bueno para ellos. Este brete seguramente va a dar mucho de qué hablar, y la Dirección Penitenciaria tendrá que ponerle lítica para limpiar la mugre que hay en este sistema.
Este tipo de operativos, aunque necesarios, nos recuerdan que la corrupción puede estar en cualquier lugar, incluso donde menos lo esperamos. Ya hemos visto casos peores, pero esto reafirma la necesidad de tener una vigilancia constante y una reforma profunda del sistema penitenciario. Hay que mejorar los controles, capacitar al personal y buscar formas innovadoras de prevenir este tipo de situaciones. El país necesita cárceles seguras y justas, donde se pueda cumplir la pena sin que haya espacio para la ilegalidad.
Muchos se preguntan cómo pudieron pasar desapercibidas estas cosas por tanto tiempo. ¿Habrá cómplices adentro? ¿Se ha relajado la seguridad? Estas son preguntas que las autoridades deberán investigar a fondo. Necesitamos transparencia y rendición de cuentas para recuperar la confianza de la ciudadanía. De nada sirve meter presos si luego esos mismos presos tienen celulares y drogas dentro de la cárcel, diay. Eso no resuelve el problema, solamente lo traslada.
Ahora, hablando en serio, ¿ustedes creen que estos operativos deberían ser más frecuentes y sorpresivos en todas las cárceles del país, o simplemente estamos parcheando un problema mucho más profundo que requiere soluciones estructurales? ¡Dejen sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensa la gente!
Todo empezó porque los mismos custodios, en colaboración con los guardacostas – sí, esos que andan cuidando la playa también pusieron sus manos a la obra – armaron un planazo para hacerle un rastreo completo al centro penitenciario Jorge Arturo Montero Castro. Querían ver si había algo raro circulando, y vaya que lo encontraron, mae. Usaron equipos de escaneo de última generación, esas máquinas que te revisan como si fueras un paquetito en Aduanas.
Y la lista de cosas encontradas… ¡ufff! Siete armas blancas, fieras cortantes pa’ defenderse o pa’ otra cosa; cuatro celulares, pa’ mandar mensajes de amor o, ya saben, organizar algún negocio turbio; casi 23 gramos de cocaína, 20 de marihuana y un poquito de crack. Además, le sacaron unas pastillas extrañas, pareciera que alguien estaba experimentando con químicos raros y hasta una botella de guaro, imagínate, ¡dentro de una cárcel!
Pero eso no es todo, porque ahí viene lo más curioso: ocho cables USB, 11 chips para celulares – pa’ que los teléfonos funcionen, claro – una pasta dental mezclada con cocaína (¡sí, lee bien!), una broca, puntas de destornillador, un formón, pipas, piezas electrónicas improvisadas, y hasta una llave maya, que parece sacada de Indiana Jones. Uno se pregunta, ¿qué estaban planeando construir con todo eso?
Según trascendió, los funcionarios detenidos ya están en la Fiscalía de Alajuela enfrentando cargos. Se les ubicaron los dispositivos electrónicos ilegales cuando entraban al centro penal. Ahora tendrán que explicarle al juez por qué tenían todas esas cosas, y créeme, no pinta bueno para ellos. Este brete seguramente va a dar mucho de qué hablar, y la Dirección Penitenciaria tendrá que ponerle lítica para limpiar la mugre que hay en este sistema.
Este tipo de operativos, aunque necesarios, nos recuerdan que la corrupción puede estar en cualquier lugar, incluso donde menos lo esperamos. Ya hemos visto casos peores, pero esto reafirma la necesidad de tener una vigilancia constante y una reforma profunda del sistema penitenciario. Hay que mejorar los controles, capacitar al personal y buscar formas innovadoras de prevenir este tipo de situaciones. El país necesita cárceles seguras y justas, donde se pueda cumplir la pena sin que haya espacio para la ilegalidad.
Muchos se preguntan cómo pudieron pasar desapercibidas estas cosas por tanto tiempo. ¿Habrá cómplices adentro? ¿Se ha relajado la seguridad? Estas son preguntas que las autoridades deberán investigar a fondo. Necesitamos transparencia y rendición de cuentas para recuperar la confianza de la ciudadanía. De nada sirve meter presos si luego esos mismos presos tienen celulares y drogas dentro de la cárcel, diay. Eso no resuelve el problema, solamente lo traslada.
Ahora, hablando en serio, ¿ustedes creen que estos operativos deberían ser más frecuentes y sorpresivos en todas las cárceles del país, o simplemente estamos parcheando un problema mucho más profundo que requiere soluciones estructurales? ¡Dejen sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensa la gente!
