¡Ay, Dios mío! Parece que la discusión sobre las jornadas laborales 4-3 en Costa Rica va a terminar siendo una telenovela interminable. Los diputados, esos mismos que nos representan, han pasado semanas debatiendo y votando mociones, y hasta ahora, ¡poco o nada han avanzado! Que torta, mándale.
La semana pasada fue un verdadero festival de rechazos. Entre sesión y sesión, revisaron un montón de mociones relacionadas con el expediente 24.290, que promete revolucionar –o más bien, complicar– la vida laboral de muchos costarricenses. Votaron 32 mociones el lunes, todas a la basura. Te juro que parecía un juego de azar, ¿cuál iba a caer hoy?
Y hablando de números, los datos son apabullantes. Aún les quedan 1.750 mociones por votar en el proceso de “vía rápida”, ¡y eso sin contar las 2.564 de revisión! Eso significa que apenas han superado el 15% del camino. Imagínate, llevan cuatro meses con esto, y vamos lentísimos. El tiempo corre, diay…
Lo que más preocupa es que este mes, con la aprobación del tercer presupuesto extraordinario dando prioridad, es probable que ni siquiera toquen el tema de las jornadas. La agenda está saturada, el Congreso está lidiando con otras prioridades, y las reformas laborales se quedan estancadas en el limbo. Parece que se van a ir al traste, como tantos proyectos buenos que nunca ven la luz.
Pero espera, que hay más. Según parece, aunque se reduzca el avance general, todavía habrá un resquicio para discutir el tema. Este miércoles, durante una hora, de 9 a.m. a 10 a.m., se destinará tiempo a analizar las jornadas 4-3. Después, toca pasarle la batuta al proyecto de Fonarroz. ¡Un minutito para las jornadas y ya! ¿No es acaso un poquito injusto?
Y claro, mientras tanto, la población sigue esperando respuestas. Los trabajadores quieren saber si realmente tendrán jornadas más flexibles o si esto simplemente se convertirá en otro lío burocrático. Las empresas, por su parte, necesitan claridad para planificar sus operaciones y evitar incertidumbre. Pero la respuesta tarda, y el cosquilleo aumenta.
Con el fin de las sesiones ordinarias acercándose rápidamente, y las extraordinarias a la vuelta de la esquina, la presión sobre los diputados aumentará. El presupuesto de 2026 estará en el centro de la atención, pero las jornadas 4-3 seguirán rondando en la agenda del Plenario Legislativo. La pregunta es: ¿lograrán avanzar lo suficiente antes de que termine el año, o esto seguirá siendo un dolor de cabeza constante?
En fin, la situación es complicada, y el futuro de las jornadas laborales en Costa Rica pende de un hilo. ¿Usted qué opina, compa? ¿Cree que los diputados lograrán aprobar estas reformas antes de que se acabe el año, o estamos condenados a seguir discutiéndolas indefinidamente? Déjeme su comentario abajo y cuéntenos su opinión sobre este asunto tan importante para todos nosotros.
La semana pasada fue un verdadero festival de rechazos. Entre sesión y sesión, revisaron un montón de mociones relacionadas con el expediente 24.290, que promete revolucionar –o más bien, complicar– la vida laboral de muchos costarricenses. Votaron 32 mociones el lunes, todas a la basura. Te juro que parecía un juego de azar, ¿cuál iba a caer hoy?
Y hablando de números, los datos son apabullantes. Aún les quedan 1.750 mociones por votar en el proceso de “vía rápida”, ¡y eso sin contar las 2.564 de revisión! Eso significa que apenas han superado el 15% del camino. Imagínate, llevan cuatro meses con esto, y vamos lentísimos. El tiempo corre, diay…
Lo que más preocupa es que este mes, con la aprobación del tercer presupuesto extraordinario dando prioridad, es probable que ni siquiera toquen el tema de las jornadas. La agenda está saturada, el Congreso está lidiando con otras prioridades, y las reformas laborales se quedan estancadas en el limbo. Parece que se van a ir al traste, como tantos proyectos buenos que nunca ven la luz.
Pero espera, que hay más. Según parece, aunque se reduzca el avance general, todavía habrá un resquicio para discutir el tema. Este miércoles, durante una hora, de 9 a.m. a 10 a.m., se destinará tiempo a analizar las jornadas 4-3. Después, toca pasarle la batuta al proyecto de Fonarroz. ¡Un minutito para las jornadas y ya! ¿No es acaso un poquito injusto?
Y claro, mientras tanto, la población sigue esperando respuestas. Los trabajadores quieren saber si realmente tendrán jornadas más flexibles o si esto simplemente se convertirá en otro lío burocrático. Las empresas, por su parte, necesitan claridad para planificar sus operaciones y evitar incertidumbre. Pero la respuesta tarda, y el cosquilleo aumenta.
Con el fin de las sesiones ordinarias acercándose rápidamente, y las extraordinarias a la vuelta de la esquina, la presión sobre los diputados aumentará. El presupuesto de 2026 estará en el centro de la atención, pero las jornadas 4-3 seguirán rondando en la agenda del Plenario Legislativo. La pregunta es: ¿lograrán avanzar lo suficiente antes de que termine el año, o esto seguirá siendo un dolor de cabeza constante?
En fin, la situación es complicada, y el futuro de las jornadas laborales en Costa Rica pende de un hilo. ¿Usted qué opina, compa? ¿Cree que los diputados lograrán aprobar estas reformas antes de que se acabe el año, o estamos condenados a seguir discutiéndolas indefinidamente? Déjeme su comentario abajo y cuéntenos su opinión sobre este asunto tan importante para todos nosotros.
