¡Ay, Dios mío, qué torta! Resulta que en Costa Rica, intentar “arreglar” una multa con unos billetes ahora te puede caer como anillo de plomo. El OIJ nos abrió los ojos con un informe que explica cómo funciona este baile sucio en nuestras carreteras y, créeme, no es tan sencillo como parece.
Durante el programa “OIJ a tu servicio”, los investigadores Milena Jiménez y Roy Núñez desenmascararon cómo algunos conductores, desesperados por evitar un corregido, intentan sobornar a los agentes de tránsito. Pero ojo, porque esto va para atrás: si tú ofreces la lana, o si el agente te pide, ¡ambos pueden meterse en un lío judicial!
Parece sacado de novela, ¿verdad?, pero es la pura verdad. Según el OIJ, hay dos modalidades comunes: el conductor ofrece dinero para que no se levante la boleta, o el agente mismo propone el ‘arreglo’ a cambio de silencio. En cualquiera de los casos, señores, se configura un delito de cohecho, y eso no tiene vuelta atrás.
Algunos, pensando ser listos, intentan grabar al oficial mientras hacen la oferta para tener pruebas. ¡Error garrafal! El OIJ advierte que incluso esa actitud puede acarrearte una investigación como sospechoso de cohecho. La recomendación es clara: no entregues ni un chícharo, recopila toda la info disponible y denuncia el hecho por los canales correctos. Así que ya sabes, olvídate de los atajos turbios, mejor acepta la boleta y aprende la lección.
¿Y cómo puedes protegerte si te topas con un agente pidiendo chamba? El OIJ te da algunas pistas: anota el código o apellido del funcionario, la placa de la patrulla, la hora, el lugar y busca testigos. Llama al 9-1-1 o acude al OIJ para presentar la denuncia formal. Con la tecnología actual, gracias a las cámaras corporales de los oficiales, los sistemas de videovigilancia y hasta los celulares de los ciudadanos, reconstruir estos eventos es mucho más fácil.
Ahora bien, hay que ponerle cuidado a las confusiones. No todo ajuste es motivo de denuncia. A veces, simplemente no estamos de acuerdo con la multa, y eso es normal. Obstruir la labor del oficial, amenazarlo o impedírle levantar una boleta puede acarrearte problemas peores, como desobediencia a la autoridad o amenazas contra un funcionario público. Mejor respira hondo y sigue el proceso legal; así evitas meterte en más broncas.
Las autoridades insisten: todos los trámites de tránsito deben seguir los canales formales. Intentar acelerar las cosas con dinero no solo pone en riesgo tu bolsillo, sino también tu libertad. El OIJ ha visto muchos casos de gente que terminaba pagando más caro por tratar de ‘arreglar’ las cosas, con consecuencias penales incluidas. Así que ya sabes, ¡mejor pagar la multa que acabar tras las rejas!
Este tema nos hace pensar… ¿Crees que la corrupción en las fuerzas de seguridad es un problema generalizado o se trata de casos aislados? ¿Y qué medidas crees que deberían tomarse para fortalecer la confianza de la población en nuestros agentes de tránsito y eliminar estas prácticas ilícitas?
Durante el programa “OIJ a tu servicio”, los investigadores Milena Jiménez y Roy Núñez desenmascararon cómo algunos conductores, desesperados por evitar un corregido, intentan sobornar a los agentes de tránsito. Pero ojo, porque esto va para atrás: si tú ofreces la lana, o si el agente te pide, ¡ambos pueden meterse en un lío judicial!
Parece sacado de novela, ¿verdad?, pero es la pura verdad. Según el OIJ, hay dos modalidades comunes: el conductor ofrece dinero para que no se levante la boleta, o el agente mismo propone el ‘arreglo’ a cambio de silencio. En cualquiera de los casos, señores, se configura un delito de cohecho, y eso no tiene vuelta atrás.
Algunos, pensando ser listos, intentan grabar al oficial mientras hacen la oferta para tener pruebas. ¡Error garrafal! El OIJ advierte que incluso esa actitud puede acarrearte una investigación como sospechoso de cohecho. La recomendación es clara: no entregues ni un chícharo, recopila toda la info disponible y denuncia el hecho por los canales correctos. Así que ya sabes, olvídate de los atajos turbios, mejor acepta la boleta y aprende la lección.
¿Y cómo puedes protegerte si te topas con un agente pidiendo chamba? El OIJ te da algunas pistas: anota el código o apellido del funcionario, la placa de la patrulla, la hora, el lugar y busca testigos. Llama al 9-1-1 o acude al OIJ para presentar la denuncia formal. Con la tecnología actual, gracias a las cámaras corporales de los oficiales, los sistemas de videovigilancia y hasta los celulares de los ciudadanos, reconstruir estos eventos es mucho más fácil.
Ahora bien, hay que ponerle cuidado a las confusiones. No todo ajuste es motivo de denuncia. A veces, simplemente no estamos de acuerdo con la multa, y eso es normal. Obstruir la labor del oficial, amenazarlo o impedírle levantar una boleta puede acarrearte problemas peores, como desobediencia a la autoridad o amenazas contra un funcionario público. Mejor respira hondo y sigue el proceso legal; así evitas meterte en más broncas.
Las autoridades insisten: todos los trámites de tránsito deben seguir los canales formales. Intentar acelerar las cosas con dinero no solo pone en riesgo tu bolsillo, sino también tu libertad. El OIJ ha visto muchos casos de gente que terminaba pagando más caro por tratar de ‘arreglar’ las cosas, con consecuencias penales incluidas. Así que ya sabes, ¡mejor pagar la multa que acabar tras las rejas!
Este tema nos hace pensar… ¿Crees que la corrupción en las fuerzas de seguridad es un problema generalizado o se trata de casos aislados? ¿Y qué medidas crees que deberían tomarse para fortalecer la confianza de la población en nuestros agentes de tránsito y eliminar estas prácticas ilícitas?
