Ay, Dios mío, qué situación nos cayó encima. Resulta que los diputados, esos mismos que juraron trabajar por nosotros, decidieron hacerle una jugada a la votación de las famosas jornadas 4x3. En medio de la sesión de este lunes, ¡boom!, se rompieron el cuórum y la votación quedó congelada. Uno se queda pensando si realmente quieren resolver el problema del país o solo están buscando excusas para no avanzar.
La cosa es que la sesión comenzó bien, con los 38 diputados necesarios para empezar a discutir las mociones del proyecto. Pero justo cuando llegamos a la moción 710, ¡pum!, la asistencia se desplomó. De repente, faltaron 20 diputados, dejando solo 37 presentes. Imagínate la cara de la secretaria, Gloria Navas Montero, teniendo que pasar lista y ver cómo se iba la gente. Un papelón digno de telenovela, diay.
Según el reglamento de la Asamblea Legislativa, para poder iniciar y seguir con las sesiones, necesitamos al menos 38 diputados. Con 37, ni modo, la sesión se suspende. Esto no es novedad, porque la semana pasada, el jueves pasado precisamente, también se fueron al traste por falta de quórum en la sesión de la tarde. Parece que los diputados tienen sus propios bretes y el trabajo del pueblo no es prioridad, ¿no?
Y miren quiénes faltaron a la cita. Rodrigo Arias, el presidente, sigue incapacitado tras su cirugía, y Sofía Guillén, del Frente Amplio, disfruta de su licencia por maternidad –eso sí es justificado-. Pero entre los ausentes encontramos figuras de casi todos los partidos: Liberación Nacional, PUSC, Progreso Social Democrático, Nueva República, incluso Eliecer Feinzaig, del PLP. Una mezcla ecléctica de inasistencias que da gusto (aunque no deberíamos reírnos de estas cosas).
Si te preguntas cuántas mociones quedan por votar, prepárate porque todavía hay tela que cortar. A la vía rápida le sobran 1.854 mociones y 2.564 revisiones. ¡Un chorizo tremendo! Ahora, tendrán que esperar a la sesión plenaria de la tarde, a partir de las 3:00 p.m., para intentar retomar el hilo de la conversación. Esperemos que esta vez sí se animen a asistir todos y podamos tener avances en este tema tan importante.
Pero no solo hablamos de jornadas laborales; la reciente ola de escándalos ha sacudido la política nacional. Recordemos la investigación sobre fiestas con drogas y menores, involucrando a empresarios de peso, y el caso de los asiáticos que operaban una red de tráfico sexual. Además, el hijo de un ex gerente del BCR está bajo la lupa por presunta seducción de menores. Parece que la corrupción y los problemas sociales se han convertido en la norma, y la confianza ciudadana está por los suelos. La verdad, qué vara tenemos que aguantar.
El tema de las jornadas 4x3 ya se convirtió en un verdadero mamotreto político, cargado de intereses económicos y partidistas. Algunos argumentan que es necesaria para impulsar la economía y crear empleos, mientras que otros aseguran que afectará negativamente a los trabajadores, alargando sus jornadas y comprometiendo su salud. Las opiniones están divididas y la polarización política no ayuda a encontrar una solución viable. Este cuórum roto es quizás la manifestación más clara de la parálisis que vive nuestro Congreso.
Con tanta controversia y tanto panorama turbio, me pregunto... ¿cree usted que los diputados realmente se preocupan por el bienestar de los costarricenses o están más enfocados en sus propios intereses y agendas políticas? Déjeme saber su opinión en los comentarios. ¡Vamos a debatir sobre este tema candente!
La cosa es que la sesión comenzó bien, con los 38 diputados necesarios para empezar a discutir las mociones del proyecto. Pero justo cuando llegamos a la moción 710, ¡pum!, la asistencia se desplomó. De repente, faltaron 20 diputados, dejando solo 37 presentes. Imagínate la cara de la secretaria, Gloria Navas Montero, teniendo que pasar lista y ver cómo se iba la gente. Un papelón digno de telenovela, diay.
Según el reglamento de la Asamblea Legislativa, para poder iniciar y seguir con las sesiones, necesitamos al menos 38 diputados. Con 37, ni modo, la sesión se suspende. Esto no es novedad, porque la semana pasada, el jueves pasado precisamente, también se fueron al traste por falta de quórum en la sesión de la tarde. Parece que los diputados tienen sus propios bretes y el trabajo del pueblo no es prioridad, ¿no?
Y miren quiénes faltaron a la cita. Rodrigo Arias, el presidente, sigue incapacitado tras su cirugía, y Sofía Guillén, del Frente Amplio, disfruta de su licencia por maternidad –eso sí es justificado-. Pero entre los ausentes encontramos figuras de casi todos los partidos: Liberación Nacional, PUSC, Progreso Social Democrático, Nueva República, incluso Eliecer Feinzaig, del PLP. Una mezcla ecléctica de inasistencias que da gusto (aunque no deberíamos reírnos de estas cosas).
Si te preguntas cuántas mociones quedan por votar, prepárate porque todavía hay tela que cortar. A la vía rápida le sobran 1.854 mociones y 2.564 revisiones. ¡Un chorizo tremendo! Ahora, tendrán que esperar a la sesión plenaria de la tarde, a partir de las 3:00 p.m., para intentar retomar el hilo de la conversación. Esperemos que esta vez sí se animen a asistir todos y podamos tener avances en este tema tan importante.
Pero no solo hablamos de jornadas laborales; la reciente ola de escándalos ha sacudido la política nacional. Recordemos la investigación sobre fiestas con drogas y menores, involucrando a empresarios de peso, y el caso de los asiáticos que operaban una red de tráfico sexual. Además, el hijo de un ex gerente del BCR está bajo la lupa por presunta seducción de menores. Parece que la corrupción y los problemas sociales se han convertido en la norma, y la confianza ciudadana está por los suelos. La verdad, qué vara tenemos que aguantar.
El tema de las jornadas 4x3 ya se convirtió en un verdadero mamotreto político, cargado de intereses económicos y partidistas. Algunos argumentan que es necesaria para impulsar la economía y crear empleos, mientras que otros aseguran que afectará negativamente a los trabajadores, alargando sus jornadas y comprometiendo su salud. Las opiniones están divididas y la polarización política no ayuda a encontrar una solución viable. Este cuórum roto es quizás la manifestación más clara de la parálisis que vive nuestro Congreso.
Con tanta controversia y tanto panorama turbio, me pregunto... ¿cree usted que los diputados realmente se preocupan por el bienestar de los costarricenses o están más enfocados en sus propios intereses y agendas políticas? Déjeme saber su opinión en los comentarios. ¡Vamos a debatir sobre este tema candente!
